Las reformas constitucionales para establecer la reelección indefinida para el cargo de presidente de la república en Latinoamérica son poco comunes, reduciéndose únicamente a países que son considerados con regímenes antidemocráticos como Venezuela o Nicaragua. No obstante en días recientes, el Congreso salvadoreño presentó un trámite acelerado para aplicar esta misma resolución y extender el período del actual presidente Nayib Bukele hasta el año 2033.
Para Bukele la reelección indefinida no atenta contra la democracia
Luego de haber sido presentada y aprobada la reforma constitucional de manera express el pasado 31 de julio y de recibir múltiples cuestionamientos referidos a los riesgos que corre la democracia salvadoreña, el presidente Nayib Bukele se pronunció señalando que las opiniones de países europeos u organizaciones no gubernamentales que levantaron su voz son irrelevantes para su país.
En ese sentido, expresó de forma contundente que El Salvador es una nación absolutamente soberana, que ha decidido levantarse y que por ser pequeña precisamente llama la atención de todas las potencias que pretenden emitir juicios en contra del liderazgo y de las decisiones que se toman en su país. Así entre sus palabras llegó a comparar en que si escogieran pasar a un régimen parlamentario como los europeos igual serían criticados.
Críticas a la reforma provienen del exterior y de la oposición
La reelección indefinida planteada mediante la reforma constitucional aprobada por el Congreso de El Salvador con 57 de los 60 votos posibles, inmediatamente fue objeto de fuertes cuestionamientos, en cuanto a su ilegalidad y la forma en la que se convalida mediante la misma un esquema que haría que Bukele se eternice en el poder, aún cuando su popularidad llegara a bajar.
De ese modo, diversas ONGs se pronunciaron, señalando que esto conflagra un golpe a la democracia pues la reelección indefinida resulta en un mecanismo de perpetuación que deslegitima la posibilidad de establecer opciones para los diferentes cargos, más aún cuando se trata del cargo presidencial. Estos son los argumentos que la diputada Claudia Ortiz, utilizó para introducir un documento de impugnación de esta reforma.
La diputada del partido Vamos, adverso al presidente Bukele concurrió ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia para presentar un documento de demanda en contra de las reforma que contempla la reelección indefinida, cuyos basamentos son la inconstitucionalidad que van contra el derecho a la libre elección con alternancia en el poder dentro de un sistema democrático.
El propio Bukele había estado en contra de la reelección indefinida
A pesar de expresar su felicitación al Poder Legislativo de El Salvador, debido a la aprobación de la reelección indefinida, la eliminación de la segunda vuelta electoral, la sincronización electoral para todos los cargos de decisión popular y la reelección indefinida, el presidente salvadoreño habia manifestado en otras oportunidades que este mecanismo era innecesario que además no contaba con un esquema de aprobación definido.
Oposición considera poco probable el avance de la impugnación
A pesar de que organizaciones como Human Right Watch y otras ONGs apoyan la iniciativa de la diputada Ortiz y muestran su preocupación por la posible ruptura del hilo democrático en El Salvador, estos y los presentantes de la impugnación reconocen que el país tiene debilidades institucionales que pudieran impedir el avance de este procedimiento, como lo es el hecho de que los funcionarios tienen militancia a favor del presidente Bukele.
Es ese aspecto, aunque la Sala de lo Constitucional ha sido electa por una mayoría del partido Nuevas Ideas, afín a Nayib Bukele, espera llamar la atención sobre la reforma instantánea a 5 articulos constitucionales desde el Congreso, sin revisión del texto legislativo y sin presentación de este ante la ciudadanía, de forma que la presión extranjera e interna conlleve al retiro de la reelección indefinida en El Salvador.