A la Universidad de Harvard le toca atravesar una de las mayores crisis institucionales de su historia debido a un anuncio que llega por parte del gobierno de Estado Unidos al suspender el otorgamiento de nuevas subvenciones federales.
Esta medida, oficializada el lunes por la secretaría de Educación, Linda McMahon, forma parte de una campaña más amplia de la administración Trump para modificar el panorama de la educación superior en el país. La decisión responde, según las autoridades, a una serie de “fallas graves” detectadas en la gestión académica y administrativa de la institución.
En una carta dirigida al rector Alan Garber, el Departamento de Educación informó que Harvard no podrá acceder a nuevos fondos públicos mientras no cumpla con exigencias específicas en materia de gobernanza, transparencia y diversidad de pensamiento.
Trump señaló que Harvard debe aprender a financiar sus operaciones
Ante el recorte de fondos, el gobierno de Trump señaló que Harvard debe financiar sus operaciones con su propio patrimonio, con un fondo de dotación que supera los 53 mil millones de dólares, la universidad es la más acaudalada del país.
Además, sus autoridades advirtieron que no pueden usar libremente esos recursos debido a restricciones impuestas por los donantes (Trump ofrece $1000 a los migrantes). Sin embargo, Harvard destina alrededor del 5% de su fondo anual a cubrir gastos operativos lo que representa un tercio de su presupuesto.
Asimismo, si se eleva ese porcentaje podría comprometer la rentabilidad a largo plazo del capital invertido, afectando la sostenibilidad financiera de la institución. Aun así, el gobierno considera que el respaldo económico privado de Harvard justifica la suspensión del apoyo estatal.
La universidad argumenta que la decisión vulnera la Primera Enmienda y otras normativas federales
Pese a recurrir a su dotación, McMahon sugirió que la universidad busque el respaldo de exalumnos millonarios para cubrir el déficit presupuestario generado por la pérdida de subsidios públicos. Así es como la institución presentó una demanda contra la administración federal para impedir la cancelación de 2.200 millones de dólares en subvenciones previamente asignadas.
La universidad argumenta que la decisión vulnera la Primera Enmienda y otras normativas federales, y en sus declaraciones, el rector Alan Garber reconoció que algunos cuestionamientos, como los referidos al antisemitismo y a la falta de diversidad ideológica, pueden tener algo de fundamento.
Por su parte, insistió en que el congelamiento de fondos remarca una amenaza directa a la autonomía académica y a la libertad institucional pero Harvard dejó en evidencia que no quiere ceder ante lo que considera una intromisión política injustificada.
Acusación de antisemitismo, censura ideológica y esto podría afectar a otras instituciones
¿Es este un ajuste necesario o una amenaza que corre por la independencia universitaria? pese a que se habla de Harvard, hay otras universidades que quedaron bajo observación. El gobierno extendió medidas similares a otras instituciones de alto perfil como Columbia, Cornell y la Universidad de Pensilvania.
A partir de esto es que se exige un mayor alineamiento con los criterios que la Casa Blanca considera importantes para el buen uso de los fondos públicos. Sin embargo, Trump dejó en claro que no tolerará lo que interpreta como adoctrinamiento ideológico, restricciones a la expresión conservadora o fallos en el control de discursos que considera hostiles a Israel.
En medio del conflicto con Medio Oriente, desde el año pasado se llevan a cabo protestas propalestinas en varios campus que provocaron la reacción de la Casa Blanca, acusando a varias universidades, entre ellas Harvard, de permitir expresiones antisemitas. En este sentido, el gobierno sostiene que la institución no acató el fallo de la Corte Suprema de 2023 que prohíbe el uso de la raza como criterio en la selección de los estudiantes.