Cuida tus dientes naturalmente

Millones de bacterias habitan en nuestra boca. Mantener los dientes limpios, llevar una alimentación equilibrada y reducir el estrés ayuda a hacerles frente.

La caries es la tercera enfermedad más extendida en el mundo según la Organización Mundial de la Salud, después del cáncer y las enfermedades cardiovasculares.

No obedece a un fenómeno natural, sino que afecta sobre todo a sociedades que toman azúcar refinado.

Del mismo modo que una buena salud dental favorece la vitalidad, la caries refleja a menudo un estado de salud general afectado. Aparece por una desestabilización de las defensas bucales, en la que también influyen la predisposición personal o terreno homeopático, la calidad de la saliva –a menudo modificada por el uso de fármacos– y la alimentación.

Qué comer para tener dientes saludables

La dentición adulta incluye ya 32 dientes. Cada uno tiene una función de seccionar, fragmentar o triturar los alimentos, que deben pasar al tubo digestivo muy masticados para favorecer la digestión.

Para desarrollar unos dientes fuertes y mantenerlos sanos es importante llevar una dieta equilibrada y rica en sales minerales. Frutas y verduras, cereales integrales y semillas aportan en general los nutrientes necesarios. Las algas constituyen un buen complemento por su riqueza mineral.

Conviene asimismo evitar las bebidas carbonatadas, pues su contenido en fosfatos favorece la descalcificación de los dientes. Por otra parte, masticar hortalizas crudas como el apio o la zanahoria contribuye a fortalecer los dientes.

Hacer ejercicio también es importante, pues para que los minerales se depositen es necesario mover los músculos.

Cepillarse correctamente

En principio conviene cepillarse cada vez que se come algo, sobre todo si es dulce, y siempre tras el desayuno, que suele aportar azúcares, y antes de acostarse, para compensar la menor salivación.

Cuando no sea posible lavarse después de comer, se aconseja terminar con una fruta de pulpa consistente, como una manzana: la masticación masajea las encías y favorece una cierta limpieza.

Mascar chicles sin azúcar para limpiar los dientes no es aconsejable, pues estimula la formación de jugos gástricos que podrían producir acidez o gastritis.

Al cepillarse hay que evitar hacerlo violentamente para evitar la retracción de las encías y el desgaste de los cuellos de los dientes, fuente de sensibilidad al frío y al calor.

Con un cepillo de filamentos suaves y cabezal mediano, se posee un arma anticaries eficaz, a condición de usarla correctamente:

  • Es necesario cepillar la cara externa e interna de los dientes con movimientos verticales, y las caras masticatorias con movimientos horizontales, tomándose el tiempo suficiente, de 3 a 5minutos.
  • La seda dental se emplea para limpiar entre los dientes.
  • En caso de retracción de encías existen unos cepillos pequeños llamados interdentales muy eficaces.
  • Conviene usar un cepillo suave y sintético. Los de origen orgánico, más duros, son antihigiénicos si no se secan bien después del uso pues facilitan la proliferación de microorganismos.
  • El cepillado eléctrico es el más adecuado. Un minimotor eléctrico que se adapta al mango da al cepillo unos impulsos helicoidales óptimos para el cepillado. Cepillarse con un cepillo manual puede eliminar hasta un 70% de la placa; con uno eléctrico, se elimina entre el 90 y el 95%.

Las plantas medicinales que cuidan nuestros dientes

Existen numerosas plantas y resinas que ayudan a cuidar la boca. Aunque todas ellas se pueden utilizar al natural en enjuaguees o compresas, algunos dentífricos naturales las incluyen también entre sus ingredientes.

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  • Anís. En infusión alivia encías inflamadas. Masticar algunas semillas reduce el mal aliento.
  • Bardana. La infusión combate la tensión muscular y el dolor de cabeza relacionado con la articulación de la mandíbula.
  • Manzanilla. La infusión para encías inflamadas y aprensión.
  • Clavo. El aceite esencial, diluido en aceite de oliva, se aplica sobre las encías para bajar la inflamación. Masticar los clavos previene el mal aliento.
  • Cola de caballo. El enjuague con la infusión elimina las infecciones de la piorrea.
  • Consuelda. Una compresa humedecida con infusión alivia el dolor articular de la mandíbula, fracturas dentales o el ajuste de los aparatos de ortodoncia.
  • Chumbera. Las flores en infusión aumentan el flujo de saliva.
  • Eucalipto. El enjuague con infusión para encías inflamadas.
  • Hierba de gato. La infusión relaja antes de un tratamiento.
  • Menta. La infusión para encías inflamadas. El aceite esencial, como anestésico tópico.
  • Milenrama. La infusión, en enjuague y bebida, alivia los síntomas tras el tratamiento.
  • Mirra. El aceite esencial diluido alivia la piorrea y la sensibilidad al frío. Uso tópico.
  • Regaliz. La infusión en enjuague o bebida inhibe la producción de placa bacteriana.
  • Romero. En infusión alivia las encías inflamadas.
  • Salvia. La infusión para úlceras bucales y mitigar la aprensión antes de un tratamiento.
  • Tomillo. En gárgaras, la infusión baja las inflamaciones.
  • Violeta. La infusión, aplicada con un bastoncito de algodón, mejora las llagas.
  • Propóleo. No es una planta sino la resina que las abejas recolectan y mezclan con su propia cera. Lo usan para sellar el panal, protegerse del frío y otros insectos y controlar a hongos y bacterias. La actividad antimicrobiana del propóleo se debe a la apeginia, que inhibe la adhesión de la placa bacteriana al diente.

Ecoportal.net

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