Recientes estudios han revelado una realidad que hoy en día puede afectar a millones de personas. Pues se ha podido evidenciar que todo lo que piensas y sientes puede afectar a los huéspedes que habitan en tu organismo. Por ello, a continuación, te explicamos el peligro que puede correr tu cuerpo con base en los estudios que se han llevado a cabo en los últimos tiempos.
Esto es lo que afecta a los huéspedes de tu cuerpo
La doctora en microbiología Silvana Tapia Paniagua ha publicado un libro que nos invita a conocernos mejor por dentro. Siendo este trabajo de divulgación un puente para entender y mejorar nuestro organismo a través de la recopilación de una serie de estudios.
Lo que se observó en estos estudios fue el cambio en la composición de las bacterias intestinales hasta en un 5%, producto del estrés. Evidenciándose la estrecha relación que existe entre el sistema nervioso y la microbiota intestinal.
Este porcentaje supone un gran riesgo, puesto que, mientras que con la dieta se puede modificar entre el 5 y el 20% de la microbiota intestinal, la genética del huésped puede variar entre el 1.9 y el 8.1%, debido al estrés.
Esto quiere decir que el estrés puede afectar a la microbiota casi lo mismo que la dieta, pero puede afectar lo mismo o más a la genética del huésped. Lo que podría aumentar el riesgo de desencadenar trastornos mentales como la ansiedad y hasta enfermedades degenerativas como el cáncer.
La relación entre la microbiota y el sistema nervioso
En la actualidad, se ha determinado que la microbiota intestinal juega un papel clave en lo que concierne a la maduración y el desarrollo del sistema nervioso central. Además, se ha evidenciado la importancia que tiene durante las primeras semanas de la vida.
En ese sentido, se ha demostrado que la microbiota y el sistema nervioso están conectados a través del llamado eje intestino-cerebro. Lo que implica una comunicación bidireccional entre ambos, que se mide por señales de tipo inmunitario, neuronal y endocrino.
Es de resaltar que las alteraciones del sistema nervioso también pueden afectar la microbiota intestinal. Esto puede provocar un ciclo que genere enfermedades gastrointestinales como la enfermedad de Crohn, el síndrome de intestino irritable, entre otras.
De igual forma, el desequilibrio en la microbiota o disbiosis puede contribuir al desarrollo de enfermedades neurológicas y de trastornos psicológicos. Que van desde el déficit cognitivo, los trastornos del espectro autista y hasta la depresión. Si sientes que estás padeciendo de esta última, puedes buscar ayuda de esta manera.
Estudios de la microbiota
Según Tapia, en el año 2011, un grupo de científicos del Instituto Karolinska de Suecia realizó un experimento a un grupo de ratones sin microbiota intestinal. Reflejándose una serie de cambios en su comportamiento, que lo asemejan a lo que ocurre en los humanos.
En él, se observó que estos ratones tenían niveles más altos de corticosterona, lo que es equivalente al cortisol en humanos, es decir, la hormona del estrés. Mostrando comportamientos más ansiosos que los ratones con microbiota, los cuales sí mostraban cautela ante situaciones nuevas.
Por otra parte, investigadores del Departamento de Ciencias Psicológicas de la Universidad de California estudiaron dos grupos de adultos sanos en tres momentos de estrés diferentes: el estrés biológico causado por arritmias sinusal respiratoria, estrés percibido y acontecimientos vitales estresantes.
El primer estudio analizó distintas mediciones de microbiota, entre los que mostraban buena variación de arritmia sinusal respiratoria y los que no. Dando como resultado que los que tenían mayor diversidad de microbiota dominaban mejor el estrés o tenían menos.
En el segundo estudio, observaron cómo las personas autopercibían el estrés. Evidenciándose que las más estresadas eran las que mayormente tenían Escherichia o Shigella. Y las que, además, no tenían bacterias del género Slackia, las cuales son beneficiosas porque producen sustancias anticancerígenas y antiinflamatorias.
En conclusión, el estrés influye directamente en los huéspedes que habitan en nuestros organismos, provocando en muchas ocasiones que se debilite nuestro sistema inmune. Además, si hay estrés, puede generar desde enfermedades gastrointestinales hasta trastornos como el espectro autista. Sin embargo, un reciente estudio también asocia a este último con otro factor que te explicamos en este artículo.