Después de más de 1600 años de perdida, se ha encontrado una de las Siete Maravillas del Mundo en el mar mediterráneo. Cabe destacar que nos referimos a las Siete Maravillas del Mundo antiguo, lista compuesta por la Gran Pirámide de Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia, la estatua de Zeus en Olimpia, el templo de Artemisa en Éfeso, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría. De esta agrupación, la única que está vigente en nuestros días es la Pirámide de Guiza.
¿Qué pasó con el resto de las Siete Maravillas del Mundo antiguo?
Hace un tiempo atrás, el foco del Mediterráneo estaba puesto sobre el lugar que ocupa el pez león. Sin embargo, hoy una de las Siete Maravillas del Mundo antiguo es la que acapara la atención. La mayoría de las Siete Maravillas del Mundo antiguo terminaron devastadas a causa de incendios o terremotos, excepto la pirámide, que sucumbió con el paso del tiempo.
La Gran Pirámide es la más antigua de la lista y la única que sobrevive en condiciones casi intactas. El resto de las obras de la lista fueron quemadas, destruidas o saqueadas. Pese a ello, los antiguos las homenajearon en pintura, prosa y poesía. Razón por la que en nuestros días nos es posible acudir a fuentes originales para saber cómo era su aspecto.
Hallan una de las Siete Maravillas del Mundo antiguo en el mar mediterráneo
Al igual que la pirámide mencionada, el Faro de Alejandría también estaba ubicado en Egipto. Su construcción tuvo lugar en la isla de Faros con más de 100 metros de altura. Actuó como guía para los navegantes del Mediterráneo. Levantado en el siglo III antes de Cristo, durante el reinado de Ptolomeo II, se conservó en perfectas condiciones por un periodo superior a 1000 años hasta que varios terremotos lo echaron abajo entre los siglos XIII y XIV.
Algunos de sus restos se utilizaron para levantar la ciudadela de Qaitbay. Esta fue una fortaleza a la entrada del puerto de Alejandría construida en el siglo XV. No obstante, otros terminaron hundiéndose con el faro. Recientemente, un grupo de arqueólogos ha interceptado 22 bloques monumentales de esta construcción del pasado, que durante siglos se habían sumergido en el puerto oriental de Egipto.
Corresponde a una nueva adquisición para el proyecto internacional PHAROS, una colaboración entre el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) de Francia, el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto y la Fundación Dassault Systèmes.
Restos encontrados de una de las Siete Maravillas del Mundo antiguo
El propósito de este proyecto es escanear los productos hallados para realizar un gemelo digital de lo que fue la construcción. Algunos de los retos encontrados fueron dinteles, jambas, umbrales y losas de pavimentos, con piezas de un peso entre los 70 000 y 80 000 kilos. Las piezas eran parte de la entrada del faro, que disponía de una arquitectura que fusionaba técnicas egipcias y griegas.
Si bien las ruinas podían verse desde 1968, hace décadas que se viene realizando un trabajo arqueológico sin descanso para recuperarlo. En 1994, el arqueólogo francés Jean-Yves Empereur estuvo a cargo de una exploración en la que documentó más de 3300 objetos. Dentro de su categorización, había esfinges, obeliscos y bloques de granito.
No ha sido hasta este momento, debido al uso de nuevas tecnologías, cuando han podido recuperarse las unidades de mayor tamaño. Se han desplegado investigaciones en el fondo marino por más de tres décadas. Tiempo en el que se han encontrado un centenar de fragmentos escaneados digitalmente.
El Faro de Alejandría podría volver a brillar, aunque digitalmente
Durante siglos, el Faro de Alejandría, una de las Siete Maravillas del Mundo antiguo, estuvo rodeado de leyendas, mitos y ruinas escondidas en las profundidades del mar. Hoy, el hallazgo de un equipo internacional de especialistas vuelve a poner su legado en alta estima. Aunque los terremotos acontecidos entre los siglos XIII y XIV lo hicieron desaparecer casi al 100%, su historia se negó a desparecer. En el fondo del mar mediterráneo permanecieron varios de sus elementos “esperando” por una segunda oportunidad. Al mismo tiempo, el cambio climático acecha la actividad del mar mediterráneo.
