Los químicos eternos son sustancias que generalmente provienen de los procesos industriales y que al ser vertidos en el ambiente interactúan con todas las formas de vida causando acumulación de estos y persistiendo en el habitat y en los seres vivos de manera intergeneracional durante millones de años. La cantidad de estos químicos son regulados por la EPA ya que pueden estar presentes aún después de múltiples procesos de filtración y tratamiento de las aguas, llegando a través de los sistemas de distribución de forma cotidiana y ser consumidos sin ni siquiera conocer su presencia en el líquido.
De este modo, tras años de investigación y lucha judicial fundamentalmente contra el vertido de estos químicos por parte de empresas como Dupont, en Estados Unidos, debido a los daños sobre la salud de poblaciones enteras relacionadas a esta compañía, se logró regular la proporción de estos químicos en el agua potable y además se logró declarar los índices de peligrosidad para advertir a la población en cuanto a estas sustancias.
Todo esto, se verá revertido con esta orden, pues se elimina la obligación del índice de peligrosidad como medidor de la capacidad de los quimicos de una generación a otra y se pierde también la obligación de declarar el riesgo de padecimiento de enfermedades como el cáncer, infertilidad, entre otros. Por lo que, tanto las productoras de estos químicos como la empresas distribuidoras de agua se benefician con esta medida.
No todos los químicos se verán afectados
La administración Trump dicta a través de la EPA el reverso de una medida tomada durante el gobierno de Joe Biden en la cual se fijan límites la cantidad de partículas de ciertos compuestos químicos en el agua potable, específicamente los perfluoroalquilados y polifluoroalquilados o PFA, que se encuentran en el agua debido a las descargas que se realizan en ríos y lagos durante los procesos de producción.
En ese sentido, la decisión gubernamental ha sido regular algunos de etos químicos eliminando por una parte su nivel de peligrosidad y por la otra incrementando el límite permisible para la afectación de la salud humana, de este modo, los PFA podrán mantener la misma cantidad de partes por millón en el agua potable que se consigue en la actualidad, sin que esto signifique el reconocimiento de algún riesgo para la salud.
No obstante, la orden de la agencia EPA, continuará estableciendo límites únicamente en los químicos antiadherentes específicamente lo que se conoce como «teflón» y espumas antiincendios, no obstante si estos fuesen producidos como sustitutos o con menor presencia de PFOA y PFOS, entoces quedarían fuera de la regulación, pues los límites quedan eliminados para el resto de los químicos eternos.
Asi mismo, la EPA y el gobierno de los Estados Unidos, apela al sentido común del consumidor en cuanto a la adquisición de productos con estos químicos presentes entre sus contenidos, eliminando la responsabildad de las empresas en cuanto al mínimo reconocimiento de la existencia residual de estos químicos incluso después de la potabilización del agua.
Empresas multinacionales Vs la salud humana, las organizaciones se quejan del retroceso que significa esta medida
Empresas como Dupont y 3M han enfrentado demandas durante décadas, en virtud de las investigaciones realizadas en los diferentes estados donde funcionan sus plantas principales, en los cuales, miles de personas se han visto seriamente afectadas aún cuando no tienen un contacto directo con las fábricas, por lo que se ha determinado la persistencia de estos químicos en el aire y agua del entorno.
El principal daño que causan los químico organico persistentes o químicos eternos en los seres humanos es la disrupción endocrina, un trastorno que se produce por la interrupción del ciclo normal de las hormonas en el organismo, mediante la suplantación de las moléculas originales por simuladores químicos que alteran el funcionamiento y que se ha demostrado se vuelven heredables hasta por 5 generaciones.