Por obvio que resulte decir que la alimentación está estrechamente relacionada con la salud de nuestros mejores amigos, no todo el mundo le presta bastante atención. Hay que empezar a alimentar bien desde que son cachorros, cuidar los nutrientes, establecer horarios y rutinas y cambiar según la etapa de la vida en la que se encuentre, entre otras cosas.
Siempre viene recordar unos tips básicos de alimentación saludable para que no tener que lamentar ningún problema de salud en nuestros amigos peludos. Partimos de la base de que todo depende de los ingredientes y el proceso de elaboración del producto que elijas, así como de la edad. Pero veamos detalles más concretos.
1. Comida seca, la mejor
En la categoría de comida natural deshidratada para perros es el pienso seco. Conformará la mayor parte de la dieta del animal, si es que le das algo más, pues es la que más recomiendan los veterinarios. Pero debe tratarse de un producto adecuado, como la comida deshidratada Naku, con un completo y variado aporte nutricional.
Un aspecto fundamental de la comida deshidratada es que el producto variará en función del peso, la raza y la edad. La oferta es lo bastante variada, así que no cuesta encontrar un producto específico con pocos aditivos y conservantes (o sin ellos).
Para facilitar su ingesta, se le debe proporcionar junto a un cuenco de agua limpia.
2. Comida húmeda como complemento
Se oye mucho hablar de las propiedades de los diferentes tipos de comida, y la húmeda casi siempre sale perdiendo respecto a la seca. Sin embargo, tiene gran potencial como complemento y puede estar más recomendada en ciertos casos, para lo que conviene consultar al especialista.
Contiene alimentos como la carne de cordero, de pavo, de pollo o de ternera, que aparece mezclada con verduras como los guisantes y las zanahorias. Pero esa receta se varía hasta componer un catálogo inabarcable que también alberga pescados como salmón o cereales como el arroz. También varían los formatos, de patés y latas de conservas a salchichas.
Son muy fáciles de digerir, y esa es su principal ventaja. Como decíamos, puede estar más recomendada en circunstancias especiales, como después de una operación o en perros mayores y/o con problemas digestivos.
3. Los snacks, aliados en su educación
Los snacks no están pensados tanto como tentempié, como en el caso de los humanos, sino como herramienta de refuerzo a un comportamiento adecuado. Por eso son tan útiles, porque ayudan a crear vínculos, superar miedos, interactuar adecuadamente con otros perros y humanos, etc.
Hay muchos tipos de snacks y, en algunos casos tienen propiedades añadidas que los hacen útiles para eliminar el mal aliento, tratar las caries, etc. Debes fijarte en que son adecuados para su edad.
4. Evitar la comida humana
Hablamos de la comida casera que preparamos en casa para nosotros mismos, y de la que generalmente le damos al perro las sobras. No la aconsejamos porque no todos los alimentos de la dieta humana son recomendables para los perros, a lo que se suma el hecho de que los alimentos recomendables varían entre razas de perro.
Hay que informarse bien en nutrición canina para acertar, así que lo más cómodo y seguro es optar por los alimentos especialmente preparados para ellos. Por si aún así quieres darle a tu perro lo mismo que comes tú, la carne, el arroz y el pescado están entre lo mejor que pueden comer.
Tampoco habrá ningún problema si comen otras carnes, pescado, arroz, lechuga, zanahoria, espinacas, plátano, melón o pera. Alimentos como los perritos calientes, las patatas, el queso, las setas, la sandía, las manzanas, las frutas del bosque o el brócoli se deben consumir con moderación.
Deberías evitar langostinos, almendras, maíz, apios o cerezas y, por supuesto, los alimentos que pueden resultar tóxicos: chocolate, cacahuetes, nueces, cebollas, ajos, uvas, aguacates y granada, además de cervezas y gominolas.
5. Apostar por lo natural
Se habla mucho de la dieta BARF, de las siglas en inglés Biologically Appropiate Raw Food (Alimentación Cruda Biológicamente Adecuada). Pero no siempre se le da el enfoque adecuado, porque para acertar es necesario informarse bien.
Con ella se pretende volver a la alimentación de los antepasados salvajes del perro, de manera que está compuesta en un alto porcentaje por huesos con carne, seguido de carne magra y, en menor medida, por verduras, cereales y vísceras. No aparecen los cereales.
Con todo, nuestro consejo es que optes por alimentos fáciles de encontrar y que ofrecen garantías. Puesto a complicarte, deberías informarte muy bien, consultando tanto al veterinario como a un experto en nutrición canina.