Al recibir un e-mail, ya es un clásico que al pié figure alguna leyenda ecologista como “piensa antes de imprimir este correo, el consumo de papel provoca la tala masiva de árboles” En otros casos, los e-mail de servicios te sugieren optar por facturas online, incluso, dándote algunos beneficios extras.
Pero te has cuestionado ¿cuánta energía se consume para enviar un e-mail y si es contaminante?
En Francia tomaron cuenta de que el envío de correos electrónicos genera contaminación y se a solicitado a las grandes empresas acotar el uso de correos electrónicos, especialmente los envíos masivos de campañas publicitarias. La finalidad: ahorrar energía.
En cifras, cada día se envían más de 250.000 millones de correos electrónicos. De esa cantidad, cerca del 80% es spam que terminan en la bandeja de “correo no deseado” y otro tanto que no llegamos a abrir y lo eliminamos a la papelera.
¿Cuánto contamina un e-mail?
La pregunta del millón es cuánta energía se utiliza cada vez que mandamos un e-mail. Es difícil de cuantificar porque no se trata de algo palpable como una carta en la que se puede evaluar el papel, sellado, tinta, etc.
Pero se sabe que detrás de cada envío de un e-mail hay toda una infraestructura que, aunque no la veas, existe. Escribir un mensaje, mandarlo y almacenarlo conlleva un importante consumo de recursos que no solemos ver.
Para hacerlo un poco más visible, un grupo de investigadores han estudiado la cantidad de gas de efecto invernadero (CO2) producido cada vez que enviamos un e-mail para medir su impacto en el medio ambiente.
Los resultados estimaron que un correo electrónico estándar tiene un impacto de 4 gramos de CO2 y un e-mail con un archivo adjunto puede alcanzar los 50 gramos. ¿Pero esto es mucho o poco? Para que lo visualices mejor, según el experto Mike Berners-Lee, el uso del e-mail durante el período de un año, puede generar 136 kilos de CO2, o lo que es lo mismo, recorrer 322 kilómetros en coche. Seguro que mucho más de lo que pensabas.
La Agencia para el Medio Ambiente y el Control de la Energía de Francia es más pesimista. Calcula en 19 gramos las emisiones de CO2 de un correo electrónico entre dos individuos. Con 20 e-mails se consumiría tanta energía como recorrer un viaje de 1.000 km.
Si estas estimaciones las trasladamos al ámbito empresarial, las cifras se disparan. Por ejemplo en 2010 se generaron 130 millones de toneladas de CO2, una cantidad que podría llegar a los 340 millones en 2020 según los expertos.
Así que el próximo envío piénsalo dos veces… quizá un pequeño aporte sea utilizar texto plano y ante la necesidad de enviar imágenes, hacerlo en baja resolución.
Y no sólo el envío de correos electrónicos genera contaminación, el uso en general de internet también tiene sus costos ambientales.
Ecoportal.net