Un equipo de científicos de materiales, se han abocado a la terea de diseñar un cuero ecológico a partir de biomasa derivada de hongos. Cuenta con un gran potencial por ser más barato y más sostenible que el cuero animal o sus derivados plásticos.
El cuero de animales ha sido utilizado por los seres humanos durante miles de años, pero ahora, por la magnitud de su uso y la forma de obtenerlo, se a convertido en un problema grave. La ganadería industrial genera un impacto en el ambiente, y el tratamiento para procesar el cuero con químicos peligrosos también impacta negativamente. A esto se suma las crecientes preocupaciones éticas relativas a las formas en que se cría el ganado.
Existen actualmente alternativas a los cueros derivados de animales. Estos “cueros sintéticos” se realizan a partir de polímeros de plástico como el cloruro de polivinilo (PVC) o el poliuretano (PU) que también dependen de las sustancias químicas derivadas de los combustibles fósiles. Se trata de productos más sostenibles, veganos, pero también presentan algunos problemas a nivel de impacto ambiental. Si bien estos materiales prescinden de muchos problemas que se encuentran en la producción de cuero tradicional, dependen de químicos tóxicos para su producción, no son biodegradables como la mayoría de los productos plásticos.
La idea de que los hongos se usen como base para la producción de materiales y textiles no es nueva. En la década de 1950 los fabricantes de papel descubrieron un polímero llamado quitina, que se encuentra en las paredes celulares de los hongos, que se podría usar para producir papel de escribir. Más recientemente, estos compuestos derivados de los hongos se han usado para crear de todo, desde materiales de construcción hasta textiles de moda.
El cuero derivado de los hongos es una innovación relativamente nueva

Los conocedores de hongos, saben que debajo de lo que vemos de su estructura por sobre la tierra, hay una red de ramas y crecimientos enhebrados conocidos como el micelio. Es a partir de esta estructura de micelio que se puede producir el cuero.
Los hongos crecen en los subproductos agrícolas y forestales como el serrín, un material perfecto para el crecimiento del micelio fúngico.
En solo dos semanas, la biomasa fúngica se puede cosechar y tratar física y químicamente para obtener como resultado “unas hojas parecidas al cuero y con propiedades materiales y táctiles comparables”, según el artículo publicado en la revista Nature Sustainability por Bismarck y un equipo de investigadores.
El artículo informa que los avances en los procesos de fabricación han dado como resultado que el cuero derivado de hongos pueda ahora satisfacer las “expectativas funcionales y estéticas de los consumidores”. Además, argumenta que el cuero derivado de hongos supera los problemas éticos que enfrenta el cuero animal y los problemas ambientales que enfrentan los cueros sintéticos por ser un material biodegradable.
La ampliación de la producción de cuero con hongos a niveles industriales es quizás uno de los obstáculos que quedan por superar en esta naciente industria. Pero puede que esto no sea un problema por mucho más tiempo. El año pasado un equipo de Finlandia reveló el desarrollo de lo que afirmaban ser un novedoso proceso industrial que puede aumentar la producción de cuero de hongos.
Bismarck y sus colegas creen que las alternativas de cuero derivado de hongos van a jugar un papel importante en los futuros mercados de tejidos. Es sostenible, barato, ético, biodegradable y respetuoso con el medio ambiente, dice Bismarck.
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