El día de hoy, martes 22 de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) constató que las divergencias en las balanzas por cuenta corriente de las grandes economías se ampliaron en el año 2024, pero advierte que recurrir a aranceles para corregir los déficits tendrá resultados limitados en la reducción de esos desequilibrios y además efectos negativos en la situación macroeconómica.
Según el informe sobre el sector externo publicado este martes, en el que analiza las 30 mayores economías del mundo, el año pasado los déficits por cuenta corriente se ampliaron en EU, Australia o Brasil, mientras que China, la eurozona, Japón o Corea del Sur tuvieron superávit. Por ende, el reporte calcula que el incremento del desequilibrio entre economías se amplió al cierre de 2024 en 0.6 puntos porcentuales del PIB mundial y alcanzó su máximo en una década.
Un escaso impacto en los aranceles
Además de las transacciones de bienes y servicios de la balanza comercial, la cuenta corriente incluye las rentas y transferencias de capital con el exterior. Se utiliza para conocer la situación del país respecto a sus transacciones internacionales, de forma que si hay superávit, el país gana dinero de sus intercambios, y si hay déficit, lo pierde.
El informe del FMI indica que los impuestos aduaneros no son una buena herramienta para tratar de corregir desequilibrios en la balanza por cuenta corriente y puntualiza que solo tienen un impacto menor y parcial sobre el conjunto de las mismas; por lo tanto, una mayor escalada de las tensiones comerciales, incluyendo la implementación de aranceles, tendría importantes efectos macroeconómicos negativos.
Esta argumentación contradice los argumentos del gobierno de Donald Trump para justificar su guerra comercial y la activación de gravámenes sobre las importaciones que proceden de otros países. No obstante, el FMI traza modelos que indican que los aranceles actúan como shock de oferta negativos y, por ello, la posible reducción de un déficit en la balanza comercial acaba contrarrestada por disminuciones de la inversión y del ahorro como consecuencia de la menor confianza que la guerra comercial genere en empresas y consumidores.
Combatir el déficit con políticas internas
Ninguna de las tres recomendaciones que hace es nueva, ya que a China le sugiere potenciar su demanda interna, que sigue siendo muy débil, y Europa la invita a incrementar su inversión en infraestructura pública. En ese sentido, el reporte estima como positivas las decisiones que se están tomando tanto en el gigante asiático como en el viejo continente.
El FMI ve con buenos ojos que Pekín adoptara un objetivo de déficit más elevado o implementara emisiones de deudas a largo plazo, así como mayores subsidios sociales, de cara a fortalecer el gasto y consumo de los hogares chinos, por lo cual Europa ve positivo tanto la relajación en materia presupuestaria para inversión en defensa como el monto de unos 7 millones de dólares que el sector privado alemán ha prometido gastar en infraestructura.
A EU el FMI vuelve a recomendarle mayor consolidación presupuestaria, la cual puede ayudar a reconstruir los márgenes de maniobra fiscal y aumentar el ahorro; sin embargo, los autores del informe no han podido incluir el plan fiscal y presupuestario de Trump, recientemente convertido en ley y cuyos recortes tributarios podrían aumentar hasta 3,3 billones de dólares el déficit de la primera economía mundial.
Cambio de percepción del dólar
El informe también trata de aclarar por qué el dólar ha ido despreciándose tras el retorno de Trump al poder en enero, en contra de los pronósticos que apuntaban a que la incertidumbre global desatada por el republicano llevaría a los inversores a apostar por un valor seguro como es el verde, por lo cual las políticas arancelarias, las peores perspectivas de crecimiento de EU o la creciente preocupación por su sostenibilidad fiscal han cambiado la percepción de que el dólar es un valor refugio.