La supervivencia a modo de prueba vital: Equipo, aptitud y respeto mutuo

La supervivencia es una de las actividades de ocio más practicadas por los amantes de la naturaleza y el aire libre. Basada en una relación de respeto mutuo, su desempeño consiste en sobrevivir en la hermosa brutalidad del mundo natural. Y para hacerlo sin sufrir daños, los equipos tácticos y de supervivencia, como los que ofrece la tienda online Lamnia, son el amuleto.

Sobrevivir: Del hobby a la realización personal

Existe en el universo de los hobbies, que cada uno tiene como dedicación en su tiempo de ocio, una gran tendencia a las actividades destinadas a la supervivencia. En una de sus variantes más extremas y dispares, el plano del hobby de la supervivencia posee también la figura de los “preparacionistas”. Personas cuya obsesión es la de asegurar un espacio, como un búnker, dotado de mucho material y suministros con los que afrontar cualquier posible situación peligrosa. Contando con un gran sistema de ventilación, generadores eléctricos, comida en lata y un sinfín de artículos más con los que sobrevivir al apocalipsis.

No obstante, en un grado menos hiperbolizado y más común, hay muchas personas cuyo hobby ocupa la adquisición de utensilios para la supervivencia. Tanto si su ímpetu es el de un coleccionista de productos de dicha índole, como si gustan de perderse en zonas naturales hostiles durante un cierto periodo de días subsistiendo por si mismas. Una pasión que encuentra su foco en la adquisición de equipos tácticos, cuchillos de supervivencia e incluso bolígrafos y bolsas del mismo ámbito. Un modo de habituarse con todo un surtido de instrumentos útiles para la supervivencia.

Este tipo de productos pueden conseguirse en tiendas online como Lamnia, una web que cuenta con innumerables productos y equipos de supervivencia. Desde ropa, calzado, relojes y artículos de pesca, caza y tiro, hasta linternas tácticas, tomahawks o iniciadores de fuego. Un vergel del equipo de supervivencia con el que abastecerse para realizar cualquier actividad destinada a resistir en la entraña de la naturaleza por medios propios. Y es que no hay mayor realización personal que constatar la propia autonomía y la capacidad de adaptación en entorno hostil a través de la supervivencia.

Respetar la naturaleza sobreviviendo en ella

Hay algo muy hermoso en la relación de respeto mutuo para con la naturaleza que surge de ofrecerse a sobrevivir en ella. El mundo natural no entiende de debilidades. Descarga su ira pura con toda impunidad contra cualquier criatura que no se adapte a sus milenarias directrices fenomenológicas. De hecho, son los climas y los terrenos duros los que ponen de manifiesto el gran poder de la naturaleza, su intensísima y letal belleza que a tantos pintores, fotógrafos y aventureros ha cautivado desde siempre. No existe masoquismo alguno en querer penetrar en su fortaleza, sino una vasta noción de humildad para con todo cuanto ofrece.

Por ello, la supervivencia practicada no como una inevitable necesidad ante una situación hostil, sino como decisión premeditada, aporta un gran abanico de sentido y conocimiento a nuestras vidas. Del mismo modo que “no es el mar calmo el que hace bueno a un marinero”, el peligro ineludible de la naturaleza sitúa al ser humano en una disyuntiva vital: rendirse o seguir. Obviando el camino de la rendición, el éxito en la supervivencia significa la obtención de un inmenso amor y placer propio, así como un profundo respeto hacia el querido contrincante. Del mismo modo que sirve de ejemplo para uno mismo en el momento de afrontar otras fases de la vida.

En la naturaleza, un animal se abastece con sus propios medios para sobrevivirla. Unas condiciones innatas que permiten su desarrollo en tales circunstancias. La diferencia es que el ser humano, físicamente, apenas posee destreza para adaptarse a ella. El ingenio y la inteligencia, en cambio, son las herramientas que posibilitan su desempeño en tales territorios sin comprometer su integridad. Fruto de esa perspicacia son los utensilios que ha configurado para sobrevivir. Para cortar la maleza, pernoctar y caminar de forma segura con la máxima fluidez posible.

La supervivencia como aprendizaje vital

Acceder a la yincana de la supervivencia es entender las propias carencias, y del mismo modo aptitudes y habilidades, que se poseen en otros muchos estadios. La supervivencia enseña que hay que ahorrar energía para actividades innecesarias o imposibles en cierto momento. Demuestra que una buena estrategia y un mayor control sobre los propios pasos y el entorno asegura mejor el camino a seguir. Y obliga a apreciar de la misma tanto la excitación que promueve la aventura, como los recursos que brinda. Todo un crisol de aprendizaje, autoconocimiento y ampliación de perspectivas y horizontes con el que perfeccionar el brío y la robustez mental.

No se trata de demostrar poder o valentía a otros. Sino declararse a uno mismo como capaz ante cualquier cosa. Una dosis de autoestima con la que combatir las derivas del día a día tomando la metáfora adquirida de la supervivencia. Los espacios como Lamnia ofrecen los materiales indicados para aventurarse en tal catalizador catártico. Porque ninguna aventura empieza con un cielo azul, pero todos los finales, si el recorrido es bueno y la mente fuerte, acaban con un atardecer muy dulce.

Por Claudio Mazza