Este sábado 24 de mayo, pueblos indígenas de varios países de América Latina expresaron la importancia de resguardar los recursos naturales en el Amazonas, selva que representa un ecosistema vital para la regulación climática, además de ser conocida como la región de mayor biodiversidad del planeta, donde ni siquiera se tiene un número exacto de la cantidad de animales que habitan ahí.
Organizaciones como la COICA, ORPIA, AIDESEP, COIAB, CONFINAE y OPIAC están aliadas a los pueblos indígenas provenientes de países como Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, México y Venezuela, que buscan la reivindicación de los derechos indígenas sobre grandes porciones del territorio del Amazonas, que abarca geográficamente a todos estos países.
Demandas y preocupaciones de los pueblos indígenas
Líderes de distintas comunidades indígenas, han reclamado por la violación sus derechos y el arrebato de recursos naturales, manteniendo la postura de que solamente si están unidos serán capaces de lograr un cambio significativo en su situación. En declaraciones de Pedro Chávez del purépecha de México, mientras estén reunidos con vida, defenderán a la madre naturaleza.
El pueblo Sarayuku, asentado en tierras ecuatorianas, hizo denuncias contra el gobierno ecuatoriano por el incumplimiento en el retiró de explosivos destinados a actividades petroleras. Alberto Talco de los cancuamo de Colombia, hizo un llamado de atención debido a como las comunidades indígenas están siendo “abandonadas” ante la indiferencia de los estados por proteger sus derechos.
El clan saamaka, tribu afrodescendiente de Surinam, exigió a su gobierno el reclamo de tierras que según un fallo de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), aprobó concesiones para la explotación de madera sin la necesidad de un consentimiento previo por parte de los pobladores, con lo que se ha dado una devastación sin precedentes.
Al respecto, el ganador del premio Goldman en 2009, Wanze Eduards oriundo de Surinam, hizo una crítica a la ONU y a la conferencia de las partes (COP), afirmando pasividad por parte de estas organizaciones ante esta situación, lo que ocasiona una indecisión sobre los derechos de las tribus indígenas y promueve la no resolución de los problemas a los que se enfrentan en sus territorios.
Un paraíso terrenal siendo desolado por la avaricia humana
La Amazonía ha sido víctima de una explotación encarnizada en las últimas décadas debido a la concentración de recursos naturales que hay en el territorio, dicha explotación de recursos ha generado cambios en el ecosistema que ha sido perjudicial para la biodiversidad del entorno y las comunidades cuyos hogares se encuentran en esta maravilla de la naturaleza.
Los ríos en zonas afectadas por la minería ilegal presentan elevadas cantidades de mercurio en el agua, muy por encima de los límites establecido por las entidades reguladoras, esto debido al uso de este metal en el proceso de extracción de oro, lo que envenena la fuente de agua de animales y personas por igual. La minería ilegal a menudo está ligada a la violencia, el crimen organizado, la invasión de territorios indígenas y la explotación laboral.
Con el fin de deforestar áreas y convertirlas en tierras de pastoreo, agricultura, se inician incendios intencionados, los cuales suelen salirse de control y quemar grandes extensiones de bosque. En los últimos años se han registrado la mayor cantidad de incendios simultáneos, mayormente durante las estaciones secas. Los incendios matan animales, destruyen habitas y liberan grandes cantidades de CO2, afectando la calidad del aire.
Otra industria que ha explotado y deteriorado constantemente el Amazonas es la petrolera, debido a la construcción de infraestructura la exploración y explotación de este recurso, se ha producido deforestación y un aumento en la contaminación del suelo y el agua, a causa de derrames petrolíferos. Estas actividades normalmente se hacen sin el consentimiento previo de las comunidades indígenas lo que afecta directamente su estilo de vida.