¨Mañana¨El documental que muestra cómo es posible salvar al mundo

“Demain”, dirigida por Cyril Dion y Mélanie Laurent. La película se convirtió en un fenómeno ecológico y social.

Mélanie Laurent es conocida por hacer el papel de Shosanna Dreyfus, una joven francesa judía a quien los nazis dejaron huérfana y que idea un plan para matarlos en una sala de cine. Laurent fue una de los protagonistas de Bastardos sin gloria, película nominada a ocho premios Óscar en 2009. Sin embargo, esta vez sus actuaciones no importan. Esta vez importa Demain (Mañana), el documental que codirigió con Cyril Dion y en el cual aborda los daños ambientales que sufre nuestro planeta y las soluciones que se están generando a su alrededor.

“Hace unos tres años Cyril Dion vino a mí estando yo embarazada y me habló de un estudio científico publicado en la revista Nature en 2012 que mostraba como conclusión el cambio ‘abrupto e irreversible’ que estaba sufriendo la Tierra. Lo que me mostró Cyril decía que mi hijo crecería en un mundo donde la comida, el agua y el petróleo serían difíciles de encontrar. Pensé: ¿cómo contárselo a la gente, que ya está harta de las catástrofes? Y ¿cómo llegar a millones de personas? Teníamos que hacer algo. En mi vida de actriz ya tenía muchos proyectos confirmados, pero cancelé algunos para dedicarme a fondo a la tarea”.

En Mañana aparecen algunos de los movimientos más novedosos del panorama ecologista, como los británicos Transition Towns (Ciudades en Transición) e Incredible Edible (Increíbles y Comestibles). También hay otras voces: Pierre Rahbi, el precursor de la agroecología en Francia; Vandana Shiva, líder feminista y ecologista india. Y las voces más importantes, las que no comparten fama ni posición mediática, como unos pequeños grandes agricultores del norte de Francia. Pequeños porque su huerto es modesto en cuanto a sus dimensiones. Grandes porque gracias a las técnicas de la permacultura y el cuidado manual están demostrando que son más rentables en términos relativos que las grandes explotaciones que echan mano de tractores y fumigadoras.

“Puestas una detrás de otra, las iniciativas como la permacultura, las monedas locales o las energías renovables dibujan un mundo posible. Lo que resulta desmoralizante es que sólo se trata de iniciativas aisladas, aunque, al mismo tiempo, sólo piden que las reunamos. Ya hay un mundo que funciona, que existe, en donde todo es posible. Ya hay soluciones disponibles en todos los campos. ¡Esto tiene que ser inspirador!”.

La película parte de un supuesto alarmista con sólida base científica: el estudio publicado en la revista Nature vaticina una catástrofe planetaria: la desaparición de parte de la humanidad hacia el 2100 como resultado de la combinación de la crisis económica, la ecológica y la social. El estudio, avalado por más de treinta y dos científicos, inspiró a Dion y Laurent a iniciar una road movie global para ir a la búsqueda de las nuevas ideas y personas que están cambiando la manera de hacer las cosas —en la agricultura, la economía, la energía, la política y la educación— y que pueden, por eso, impedir la profecía apocalíptica.

La película trasciende el análisis del contenido. Mañana se convirtió en un fenómeno social en todos los lugares donde se ha estrenado. Cuenta con numerosos seguidores, fans anónimos de estas ideas y de los gurús que nutren la cinta. Muchos fueron los que pusieron de su bolsillo para que la película, el sueño de dos jóvenes franceses, pasara de la categoría de utopía a la de realidad.

“El resultado superó nuestros sueños más locos. La gran fuerza de Mañana está también en el hecho de que miles de ciudadanos ayudaron a financiarla. Casi un tercio de los donantes pidieron, en contraprestación por su donación, que se plantaran árboles. Al principio, la gente a la que contactábamos estaba encantada con la idea general de la película. Pero nadie la financiaba. Si se quiere hacer dinero en el cine, el documental no es el camino. Los que decidieron acompañarnos no tenían ni idea de cuál iba a ser el resultado, confiaron plenamente en nosotros. Curiosamente, esto suponía mucha más presión para nosotros. Llegamos al primer lugar de rodaje, Detroit, al día siguiente de recoger fondos. Estábamos muy emocionados por haber reunido la cantidad deseada en 48 horas y, al mismo tiempo, nos daba miedo no estar a la altura de las expectativas de nuestros donantes”.

La cinta, que parecía imposible al principio, se convirtió en el proyecto de 10.266 personas que la financiaron a través de una campaña en la plataforma de micromecenazgo Kisskissbank. Se recaudaron 444.390 euros, cantidad que hasta la fecha es récord mundial de captación colaborativa para un documental.

El 2 de diciembre del año pasado, nueve personas asistieron al lanzamiento de Mañana en una sala de cine en el centro de París. Cinco meses después, más de un millón de personas han visto el documental que aún se exhibe en 130 cines de toda Francia. Se ha vendido en 30 países, entre ellos Colombia, donde se estrenó ayer con tres únicas funciones en Cineco Alternativo (jueves, viernes, y domingo). Esos nueve primeros espectadores aplaudieron al final de la cinta, cuando ya sólo quedaban los créditos en la pantalla. Sucede lo mismo en cada proyección. Lo mejor: del aplauso a la acción. En el documental se cuenta el caso de una empresa fabricante de sobres, Pochéco, instalada en el norte de Francia. Desde que se estrenó Mañana, sus pedidos se han doblado, lo que le ha permitido crear tres nuevos empleos. De eso se trata: que la masa sirva, que sea una bestia y se vuelva un amasijo de manos y mentes y uñas tratando, al menos, de ayudar. Tratando todos juntos de pensar en un mañana.

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El Espectador

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