Estas plantas, conocidas como malezas o yuyos, pueden provocar grandes daños a la agricultura cuando crecen en medio de un cultivo comercial. Además también se desarrollan intempestivamente en jardines o terrenos baldíos.
Si bien se les atribuye una connotación despectiva, últimamente comienzan a ser valoradas por sus altos valores nutricionales y paulatinamente están ganando mercado en el “mundo gourmet”.
Asimismo también los productores se están animando a cultivarlas de manera comercial, mientras que las personas desde sus casas lo están haciendo en su patio o huerto, interesándose en la manera de aprender a utilizarlas.
Aunque parezca una novedad, el consumo de estas hierbas reivindica el conocimiento ancestral de pueblos originarios.
Malezas comestibles: ¿malas hierbas o buenas hierbas?
Hay diferentes malezas comestibles que, al comenzar a cultivarse de manera comercial, diversifican la producción de los cultivos. Además crecen muy rápidamente y no son muy exigentes.
Algunos ejemplos de este tipo de hierbas son: diente de león, acedera, cerraja, tréboles, capiquí, alfilerillo, flores de caléndula, verdolaga, ortigas, berro, cardos y malva.
Estas plantas pueden utilizarse en ensaladas, para agregar a sus comidas y también a modo de infusión. El caso más emblemático es el de la rúcula, que durante mucho tiempo se la consideró una maleza y hoy es una hortaliza muy consumida en el mundo.
“Cada una tiene sus particularidades y propiedades nutracéuticas, sabores y texturas. Algunas tienen gustos muy fuertes, otras no. Lo importante es probarlas de poco y conocerlas para saber si no nos caen mal y si queremos agregarlas a la cocina”, expresó la agrónoma Marcela Harris, investigadora de la Facultad de Agronomía de la UBA al sitio especializado en Agronomía y Ambiente “Sobre la Tierra” (SLT), respecto a estos nutritivos ejemplares.
Del mismo modo destacó que solo consumimos el 1% de las 17.000 especies comestibles que existen en el planeta.
La médica neuquina Adriana Marcus también hizo un aporte importante en la materia, a partir del conocimiento que adquirió junto a comunidades mapuches de la Patagonia.
Entre otros libros de su autoría, en “De malezas y buenezas” denomina como “buenezas” a nueve plantas consideradas malezas pero que tienen usos medicinales y que hasta entonces habían sido ignoradas por los comensales, productores y verduleros.
Cómo cultivar diente de león en casa
La planta de diente de león(o achicoria amarga) crece salvajemente alrededor de los caminos y en los patios. Su flor amarilla es la que luego se convierte en el “panadero” al que todo niño le pide un deseo y sopla para que vuele con el viento.
Por lo general, estos son eliminados por los jardineros y muchas veces se colocan productos para evitar que nazcan. Sin embargo, hay personas que optan por cultivarlos ya que -lejos de ser malos- traen muchísimos beneficios a nuestro organismo y son perfectamente comestibles.
Esta planta contiene potasio, magnesio, calcio, fosforo, hierro y cobre por lo que es muy nutritiva para el organismo y colabora en la prevención de enfermedades como anemia, osteoporosis, problemas de circulación, etc.
Se pueden incluir sus hojas y flores en ensaladas y otros platos fríos. También se puede usar su raíz para elaborar café. Y, por supuesto, la forma más común de aprovechar las propiedades medicinales es haciendo infusión de diente de león.
Aunque es una planta silvestre que crece de forma espontánea en climas fríos y templados, también la podemos cultivar en casa.
Paso a paso
Prepare los semilleros: simplemente entierre las semillas a unos 3 mm y cúbralas con tierra dejando unos 4 cm cuadrados entre una y otra. Los semilleros pueden estar compuestos de compost y arena.
Riegue bien.
Cuando la plántula mida de unos 10 a 15 cm la podemos trasplantar a su lugar definitivo.
Durante el verano debemos prestar especial atención al riego, no dejando pasar más de 3 días sin regarla. Se puede adaptar tanto a zonas con luz directa como a la semisombra.
Con abonar ligeramente dos veces al año será suficiente para cubrir sus necesidades y mantenerla sana. También es aconsejable exfoliar sus hojas una vez a la semana con humus líquido para que luzca colorida, saludable y libre de plagas.
Una vez más, los conocimientos tradicionales de los antiguos nos conducen a la conclusión de que contenían mucha sabiduría, por lo cual actualmente se están recuperando y revalorizando.
Sus abuelos seguramente le contaban historias en donde iban a recoger berros a los arroyos, cardos a las rutas o dientes de león al patio. Esas “malas hierbas” resultaban ser buenas, y de hecho en la actualidad también lo son.
Si miramos con detenimiento nuestro jardín probablemente podamos encontrar alguno de estos nutritivos vegetales que pueden hacer más variada y sana nuestra dieta.
Ecoportal.net
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