Confirmado, el clima afecta el estado de ánimo

No es solo una percepción, el clima realmente influye en nuestri estado anímico. Un día ventoso, soleado, o la lluvia pueden generar cambios en cómo nos sentimos.

La influencia de la variabilidad climática en el estado de ánimo está bien reconocida, tanto en la cultura popular como en la investigación científica.

Pero a pesar de años de investigación sobre la influencia de la variabilidad climática en el estado de ánimo, todavía no se sabe por qué mecanismo ejerce el clima sus efectos. 

¿Cómo la luz del sol y un cielo despejado, por ejemplo, conducen a un buen estado de ánimo? Por el contrario, ¿cómo las nubes y la lluvia provocan mal humor? Un camino de investigación para comenzar a dilucidar los mediadores de los efectos del estado de ánimo inducidos por el clima es investigar las regiones específicas del cerebro que están asociadas con la variabilidad del estado de ánimo relacionada con el clima.

Es común que a veces describamos nuestro estado anímico con analogías referidas al clima, como por ejemplo cuando estamos tristes, lo relacionamos con un día gris. El clima refleja cómo nos sentimos por dentro, y esto no es una simple percepción.

Si bien el clima no nos afecta a todos por igual y hasta hay excepciones, es innegable que el clima influye en nuestra vida cotidiana, no solo por el impacto que genera en nuestras actividades, sino en nuestro estado de ánimo interior.

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Alteraciones del estado de ánimo

Es sabido que el clima afecta nuestro bioritmo al igual que a los animales, pero nosotros por ser seres “racionales” omitimos estas variables y continuamos nuestras rutinas y obligaciones diarias sea invierno, verano, llueva o haya sol.

Son muchos los estudios que comprueban estas influencias, a veces sutiles, pero que pueden acrecentarse a largo plazo, incluso llevar a estados anímicos complejos. 

Por ejemplo, existe una denominación clínica para el estado de ánimo negativo generado por el clima, se trata del “Trastorno afectivo estacional”. Se trata de una depresión que ocurre en los meses fríos del invierno como consecuencia de las bajas temperaturas y los días más cortos con menos luz solar.

Se ha comprobado también que la velocidad del viento y su orientación pueden ocasionar cambios en el humor generando por ejemplo estados de ansiedad y malestar, hasta irritabilidad. Esto se explica por los cambios en la ionización del aire.

La Universidad de Berkeley en California, ha aportado datos a las investigaciones sobre el tema, concluyendo que existe una relación entre las temperaturas elevadas y los hechos de violencia. Suponen que el calor extremo podría aumentar la irritabilidad que se traduce en niveles altos de violencia.

La lluvia por el contrario, generalmente se asocia con espectros del estado de ánimo que van desde la calma hasta la tristeza y nostalgia, dependiendo de qué tan moderada o fuerte se presente y de las tendencias personales. 

Cuerpo y mente

Nuestro cuerpo también se ve afectado por las variables climáticas. Por ejemplo, los días fríos y húmedos pueden provocar o acrecentar dolores musculares y articulares. Y los cambios bruscos de temperatura, suelen detonar estados alérgicos. Sentirnos físicamente mal, también trae sus consecuencias en el estado de ánimo.

Así que, a estar atentos a las variables climáticas y anímicas la próxima vez que nos sintamos distintos.

Ecoportal.net 

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