Los privilegiados del planeta han hecho del trasiego Sur-Norte el eje fundamental de su propio desarrollo. Es lo que sabemos que ha pasado con el oro, el azúcar, las telas y en todo caso con la mano de obra, por un tiempo Sur-Sur (de África a América, la mano de obra esclava) pero únicamente para integrar lo producido a la corriente Sur-Norte. Significativamente, las legislaciones nacionales de EE.UU. y Canadá, por ejemplo, son mucho más estrictas en materia de vertido de residuos a ríos o submarino a mares que las normas “internacionales” que promueve la agencia del gobierno de EE.UU. llamada engañosamente Banco Mundial en su promoción de la minería en los países del suburbio planetario. Y aun así, la investigación que publica ahora el SINC revela que los “frutos”, envenenados de la exacción minera en EE.UU. superan con creces todo lo previsto.