Estas son las diferencias entre cosméticos orgánicos, veganos y naturales
En la actualidad se destacan los movimientos ambientalistas y de protección animal alrededor del mundo y en esa línea también se incorporan los … Leer Más
En la actualidad se destacan los movimientos ambientalistas y de protección animal alrededor del mundo y en esa línea también se incorporan los … Leer Más
Los cosméticos y productos de belleza son una fuente importante de exposición química para la mayoría de las personas. Un producto de belleza … Leer Más
Estos edificios ecológicos diseñados por Luca Curci Arquitectos podrían un día crear una megalópolis costera en los Emiratos Árabes Unidos. Ciudades Orgánicas es un plan maestro con edificios de tierra y de mar, diseñados para adaptarse y evolucionar con los años y satisfacer las necesidades de las ciudades en crecimiento. El sitio cuenta con muchos espacios verdes, además de residencias, hoteles, espacios comerciales y todas las comodidades necesarias para una ciudad.
Los antibióticos revolucionaron el mundo de la medicina, miles de enfermedades que antes se consideraban incurables ahora eran curables gracias a ellos.
Muy pocas veces somos conscientes de que las palabras con las que nominamos la realidad son performativas. Es decir, configuran y condicionan nuestras actitudes con la realidad. Y, lo más sorprendente es que dichas palabras, repetidas por nosotros en la cotidianidad, fueron y son creadas para garantizar la hegemonía de ciertas ideologías y sistemas, incluso en contra de la misma Vida. Esto es lo que ocurre con la palabra naturaleza.
Hay muchos mitos, leyendas y creencias falsas en lo que se refiere a afrodisíacos naturales y otras sustancias que ayuden al ser humano a mejorar su vida sexual. Pero ahora una nueva investigación científica parece haber comprobado qué es falso y qué es cierto sobre los méritos de distintas sustancias naturales que, en el transcurso de la historia, se han presentado como afrodisíacos naturales.
Cuando llega la temporada de resfriados y gripes, es bueno tener una variedad de remedios caseros para la tos a mano. Cada familia … Leer Más
Las plantas nos ofrecen innumerables beneficios. Purifican el aire, aromatizan el ambiente, absorben malos olores, equilibran los niveles de ionización, capturan CO2, ayudan en la humidificación del ambiente, nos proveen de alimentos, medicinas, por mencionar algunos y además tienen el poder de ahuyentar plagas, insectos y microorganismos dañinos para el jardín y nuestra salud.
El concepto de desarrollo sostenible, nacido en Río’92, ya está en crisis. A nivel mundial, los poderosos insisten en un paradigma de desarrollo que sigue priorizando el crecimiento económico y la expansión de la mercantilización de los bienes, un modelo que está al servicio de las transnacionales. Por ello hay mayor desigualdad social, menor acceso a la tierra, al agua, a la comida, al empleo y a otros servicios elementales. Y la Madre Tierra continúa siendo herida. No es posible encontrar soluciones a la crisis de civilización dentro de este sistema. No es un tema tecnológico. No se puede gestionar la voracidad de un sistema insaciable que todo lo convierte en mercancía, no quiere reducir emisiones ni cambiar la matriz energética, sino que compra y vende carbono.
Al establecerse las primeras áreas naturales protegidas, con la finalidad de evitar que la industrialización, las nuevas agrotecnologías o la expansión de la población dañasen algunos lugares que parecían no haber sido tocadas por la destructiva mano del hombre, encontramos que en muchos casos no se trataba de espacios sin habitantes, sino por el contrario, de los territorios de sociedades humanas autóctonas. Los grupos étnicos, en general, cuentan con una larga experiencia en el manejo de los recursos naturales, puesto que han vivido desde tiempos inmemoriales en contacto directo con la naturaleza, obteniendo de ésta los benefactores necesarios para satisfacer sus necesidades. Aún cuando no hayan definido el concepto de desarrollo sustentable, llevan muchos años poniéndolo en práctica.
El 22 de marzo es una celebración señalada por la ONU desde 1993, que posibilita reflexionar sobre el hecho que casi dos tercios de la población mundial no tiene acceso a agua de calidad. En este caso el propósito es reflexionar sobre el tema desde la mirada medico-social y motivar a todos los trabajadores de la salud a actuar.
El presente artículo quiere servir como introducción a la lectura de las cronologías del conflicto social acontecido durante el segundo cuatrimestre de 2005, intenta presentar un panorama de estas experiencias en el período reciente.
Nadie puede negar que el primer despojo de la soberanía de estas tierras comenzó “justamente” a mano de nuestros propios antenados: los despiadados y codiciosos Wuinkas, que bajaron de los barcos europeos violando, saqueando y aniquilando todas las culturas originarias que ocupaban estos territorios.
Los árboles forestales transgénicos no provocan las mismas inquietudes para la salud como lo hacen los cultivos alimenticios genéticamente modificados (GM). Pero, en realidad, poseen una amenaza mucho mayor que los cultivos transgénicos porque impactan directamente sobre los bosques naturales.
Materia y energía representan escencialmente la misma cosa: la materia es energía "procesada", "estructurada", "conformada" y mantenida en el espacio y en el tiempo. Por lo tanto, la materia se crea, se desgasta, se degrada y "muere", es descompuesta y vuelta a crear en un ciclo perpétuo.
La fitoterapia europea ha aprovechado las plantas de Norte y Sudamérica, y millones de personas se benefician, en Europa, de fármacos que nuestro propio sistema médico considera demasiado inútil investigar, porque no son patentables. Los sistemas médicos asiáticos han aprovechado muchas menos plantas del hemisferio occidental, pero con notables excepciones como el Ginseng Americano, que es mucho más apreciado en China que aquí. En este número, nos centramos en las plantas americanas que se encuentran entre los agentes medicinales más intensamente estudiados del mundo.