Si algo dejó claro el papa Francisco, es que la humildad es una de las virtudes más importantes que puede tener el ser humano y cómo sería de esperar, así querría que fuera su lugar de descanso. Uno en que representara sus creencias y su infinita humildad. Así sería el complemente para el Final del funeral del Papa Francisco y su emotiva ceremonia.
El papa a su tumba eterna
Con hermosos cantos y la mirada triste de los presentes y los pensamientos de millones de personas en todo el mundo, el papa es preparado para ser llevado a su lugar de descanso eterno. Esperamos que el papa esté sentado al lado de Dios, mirando cómo celebramos su partida y prometemos llevar su mensaje hasta la posterioridad.
Cómo es la tumba del papa
Antes de su partida, el papa Francisco pidió que su tumba fuera hecha de mármol, pero no uno cualquiera, sino aquel que venía de la tierra dona nacieron y vivieron sus abuelos. Un deseo muy simbólico que demuestra que el papa nunca olvidó sus raíces más lejanas.
Y es que la piedra elegida es originaria del pequeño pueblo italiano en la región de Liguria, entre los acantilados y el mar, cerca de Lavagna. Esta será la que resguardará los restos de nuestro querido papa. Cuando el cardenal Rolandas Makrickas lo anunció, dejó un gran sentimiento de emoción en la comunidad donde vivieron los abuelos maternos del Sumo Pontífice.
Vale la pena mencionar que la tumba será tan sencilla como es posible, no hay ostentación alguna; es solo piedra, una profunda conexión familiar y mucha historia. Tendra una única inscripción que dice «Franciscus». Además claro, de su cruz pectoral.
Un material que representa al papa
Es resistente como lo fue el papa Francisco, sencillo para ser parte de la tumba del líder de la iglesia y cálido, como solo él supo destacar en la historia del Vaticano. Se llama pizarra de Lavagna, es un material tan oscuro como la tinta, pero no la actual, sino la antigua; con la que se escribieron las páginas más importantes de la humanidad. O, así es como suele ser descrito por quienes lo extraen habitualmente, quienes se conocen como los «spacchini».
La presidenta de del distrito de la Pizarra de Liguria, Franca Garbarino, lo describe así: «No es una piedra noble, pero es la piedra del pueblo. Humilde, esencial, cercana. Como el papa Francisco. Devuelve el calor, como una caricia. No impone, acompaña. Y combina con todo, como él, que supo dialogar con todos».
El últimos adiós al papa Francisco
Si en algo coincidimos todos, es que el papa deja un vacío inmenso en el mundo. En momentos cuando el caos, la división y la guerra parecen ganar terreno en nuestra sociedad. Pero es justo en estos momentos, cuando la oscuridad parece invencible, que el amanecer está por llegar. El papa Francisco nos dejó un enorme legado y siempre creyó que nosotros, aún después de su partida, continuariamos por el camino del bien, sirviendo a Dios y haciendo el bien, sin mirar a quién; cómo él lo hizo.