Un estudio realizado por la fundación Changing Markets dejó al descubierto que los productos lácteos para bebés, comercializados por compañías como Nestlé, no tienen base científica para respaldar los beneficios que dicen promover.
El documento desenmascara a las compañías y aclara: “Este informe representa la primera investigación de los cuatro mayores fabricantes (Nestlé, Danone, Mead Johnson Nutrition 1 y Abbott) de fórmulas de leche de vaca para lactantes de menos de un año, y las diferencias de precios entre ellas en 14 mercados a nivel global. El estudio concluye que las diferencias cada vez mayores entre los productos no están basadas en la ciencia, sino en investigaciones exhaustivas sobre las preferencias de los consumidores, guiándose por un deseo de aumentar la cuota de mercado y los beneficios de los fabricantes”
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— Changing Markets (@ChangingMarkets) 9 de abril de 2019
El estudio llamado “Sacando el Jugo”, analizó los productos lácteos de Nestlé, empresa que se había propuesto“eliminar los compuestos de sacarosa de sus productos para bebés menores de 12 meses” y no complió. Nestlé aún continúa equiparando sus productos para lactantes con la leche materna, a pesar de la ausencia de base científica.
La leche de fórmula es el producto alimentario envasado de mayor crecimiento, indica el documento. “El mercado de leches de fórmula es extremadamente rentable, en la actualidad representa 47 mil millones de dólares estadounidenses al año, y está previsto que aumente en un 50 por ciento para el año 2020.
La organización alerta que las leches para lactantes tiene una composición cuya regulación obedece a múltiples niveles. Internacionalmente, la más socorrida por estas compañías es de los años 80, el Codex Alimentarius, y en ella se definen “los requisitos mínimos para niveles de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas, etc.) y micronutrientes (minerales, vitaminas, etc.) en leches de fórmula para lactantes y de continuación”.
Pese a dicha regulación, la composición nutricional de los productos lácteos para bebés no es muy supervisada, y con ello el “cumplimiento de las normas regulatorias en las leches para lactantes que se venden en todo el mundo. Aunque las leches para lactantes se perciben como un producto altamente controlado, las autoridades dependen en gran medida de la autorregulación del sector”.
“Sacando el jugo” concluye que el “informe deja al descubierto la falta de base científica bajo los productos de SLM que los fabricantes venden en los diferentes mercados. Los fabricantes lanzan constantemente nuevas leches de fórmula al mercado con varias reivindicaciones distintas”.
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