Los últimos años han sido alarmantes ya que el calor del océano se ha hecho más intenso de los años anteriores. El departamento nacional de asuntos oceanográficos y atmosféricos de Estados Unidos (NOAA) Confirmó que el 2019 fue el segundo año más caliente registrado, aumentando desastres naturales y muertes masivas de animales.
Las temperaturas del océano fueron las más altas de la historia, donde se vieron reflejados los efectos del cambio climático. En consecuencia, hasta un millón de aves marinas murieron en el mar en menos de 12 meses en una de las muertes masivas más grandes de las que se tiene registro en la historia.
Científicos aseguran que el incremento de la temperatura marina, que se viene dando desde 2013, se intensificó en un fenómeno de El Niño que duró de 2015 a 2016. Con ello, se generó una zona de agua cálida de 1.600 kilómetros que fue la culpable y terminó provocando estragos en varios ecosistemas.
La investigación publicada en la revista Plos One indica que esta gran área de agua inusualmente cálida, a la que denominaron “The blob” (la gota), es la gran culpable de la muerte de las aves y otros animales.
En esta gran mancha de agua cálida la temperatura se elevó entre 3 y 6 grados centígrados de la normal. Una cresta de alta presión calmó las aguas del océano, lo que significa que el calor permanecía en el agua, sin tormentas para ayudar a enfriarlo.
Aunque a primera vista esto no parece un aumento muy alarmante en la temperatura, en realidad generó muchísimos estragos en los ecosistemas de la región: disminuyó drásticamente la producción de algas microscópicas, crecieron algas nocivas de forma masiva y murieron muchísimos animales.
Si bien leones marinos, frailecillos copetudos y ballenas barbadas también murieron, la escala de muertes de aves marinas (murres), fue incomparable y los científicos aseguran que el número total de muertes de acerca al millón.
Cerca de 62.000 murres muertos o moribundos llegaron a la costa, pero es probable que el número total de decesos se acerque al millón, ya que solo una pequeña fracción de las aves que mueren en el mar llega con las olas, dijeron investigadores de la Universidad de Washington, en la investigación publicada.
Los murres probablemente murieron de hambre porque la Mancha causó más competencia por menos presas pequeñas. El calentamiento aumentó el metabolismo de los peces depredadores como el salmón, el bacalao y el halibut, lo que significa que estaban comiendo más de lo habitual. Estos peces comen el mismo pez pequeño que los murres, y simplemente no había suficiente para todos.
La Mancha devastó la población de murres. Con alimentos insuficientes, las colonias reproductoras en toda la región tuvieron dificultades reproductivas durante años después, según el estudio. La población no solo disminuyó drásticamente, sino que los murres no pudieron reponer esos números.
Durante la temporada de reproducción de 2015, tres colonias no produjeron una sola cría. Ese número aumentó a 12 colonias en la temporada 2016, y en realidad podría ser aún mayor, ya que los investigadores solo monitorean una cuarta parte de todas las colonias.
“La magnitud y escala de este hecho no tiene precedentes”, dijo el investigador principal John Piatt y agregó: “Fue sorprendente y alarmante, y una advertencia de bandera roja sobre el tremendo impacto que el calentamiento oceánico sostenido puede tener en el ecosistema marino”.
Fuentes: cnnchile.com cnnespanol.cnn.com intriper.com emergente.mx