Los Path, son una familia del sur de Georgia que vive en una granja. Está vivenciando la crianza de sus hijos sin tecnología y al parecer están todos muy felices.
Esta familia se está haciendo famosa por su estilo de vida, hasta llegaron a participar del reality show “Bienvenidos a Plathville”, para mostrarle al mundo que una familia es más unida lejos de la televisión, las computadoras y los teléfonos celulares.
El matrimonio Plath tiene 9 hijos de entre 6 y 21 años, que crecieron corriendo descalzos en una granja de 22 hectáreas. La pareja, Kim y Barry han criado a sus hijos lejos de la televisión y hábitos de consumo nocivos como los refrescos.
Kim, es una naturópata que se especializó en musicoterapia en la universidad, mientras que su esposo trabaja como planificador de transporte. Sus hijos son Ethan, de 21 años, Hosanna de 20, Micah de 18, Moriah de 17, Lydia de 15, Isaac de 13, Amber de 10, Cassia de 8, y Mercy de 6 años.

La pareja convirtió su extensa tierra en un entorno protegido para sus hijos que está libre de la influencia de las redes sociales y el mundo exterior, lo que les ha obligado a encontrar formas creativas de entretenerse. Pero sus tácticas de crianza parecen que ha generado críticas: “Nada en contra de mis padres, pero, ya sabes, no estoy de acuerdo con todo lo que dicen y piensan”, admite Moriah, su segunda hija mayor.
Sin embargo, su hermano mayor, Micah, parece estar más adaptado a la vida agrícola. Cría vacas de carne y le gusta estar activo. En su tiempo libre, trabaja en su tienda de carrocería arreglando su camioneta. “He crecido sin un televisor. No creo que necesite uno”, asegura Micah.
Sin tener acceso a las redes sociales o a la televisión, los niños no tienen ni idea de figuras notables en el deporte y el entretenimiento, incluidos Justin Bieber y LeBron James.
Isaac, el hijo menor de la pareja, dice que ama el fútbol, el baloncesto y el fútbol americano, pero no sabe quién es uno de los jugadores más populares de la NFL de todos los tiempos.
¿Sabes quién es Tom Brady?, le pregunta un productor, pero el nombre del famoso quarterback de los Patriots no le suena: “No lo creo”, confiesa Isaac.
Y aunque Lydia dice que ha “oído hablar de Spider Man”, no puede explicar quién es él aunque le insistan: “Um, algo que no sé”, admite.
Mientras que algunos les parecería extraña su educación, los tres hijos más pequeños de Kim y Barry, Amber, Cassia y Mercy, dicen que “aman la granja”.
Estos padres no convencionales, creen firmemente que sus hijos están más conectados entre sí que aquellos que han crecido con acceso a la televisión y a los teléfonos celulares.
Ethan, el hijo mayor de los Plath, se casó recientemente con su esposa Olivia, una joven de 21 años que ha tenido una educación más indulgente. De hecho, se ha encargado de presentarle cosas nuevas a Ethan, incluida el azúcar, la televisión, el alcohol y las redes sociales.
“Tengo una perspectiva diferente de la vida, así que entro en escena y traigo el cambio. Y he causado un huracán”, dispara Olivia.
Pero, ¿qué dicen los expertos sobre el uso de tecnologías en los niños?

No se trata de apartarlos, sino de evitar sus efectos nocivos.
La psicóloga Sheri Madigan investigadora de la Universidad de Calgary, Canada, realizó una reciente investigación sobre el daño que producen las tecnologías en los niños: “En concreto, cómo les afectaría el tiempo que pasan delante de pantallas. Sheri se refiere a la televisión, ordenadores, videojuegos, tabletas y teléfonos móviles. Este estudio muestra que, en exceso, el tiempo frente a la pantalla puede tener consecuencias para el desarrollo de los niños”.
Por ejemplo, ya se sabía que el abuso de la tele hace que el habla avance más lentamente entre los más pequeños. Que las pantallas perjudican el sueño de los menores en una etapa crucial. Y que incluso en niños más mayores, alrededor de los diez años, también parecen disminuir su desarrollo cognitivo.
“Los resultados de este estudio apoyan por primera vez la asociación direccional entre el tiempo de pantalla y el desarrollo infantil”, explica el estudio. “Cuando un niño en particular mira demasiado las pantallas, termina teniendo un desarrollo peor en comparación con lo que esperábamos que hiciera”, añade la investigadora.
El libro, escrito por Joe Clement y Matt Miles, cita una investigación que dice que el riesgo de depresión en jóvenes de secundaria aumenta un 27% cuando se hace uso de las redes sociales desde el móvil. Además, los adolescentes que usan un smartphone al menos tres horas al día tienen muchas más probabilidades de cometer suicidio. Aquí incluso se ha encontrado que durante 2014 la tasa de suicidios en menores de edad superó a la de homicidios, esto al menos en los Estados Unidos.
Clement y Miles basan su libro en las acciones que han tomado personalidades como Jobs y Gates, quienes rara vez dejaron que sus hijos probarán o usaran los productos que ayudaron a crear, esto porque supuestamente la tecnología digital causa una adicción difícil de enfrentar.
Bill Gates siempre ha sido abierto ante este tema mencionando que sus hijos no tuvieron un móvil hasta que cumplieron los 14 años. Hoy día la edad promedio de los jóvenes ante su primer teléfono es de 10 años. El fundador de Microsoft también ha comentado cuando tuvo que limitar el tiempo que pasaba su hija ante la tecnología, esto después de empezar a desarrollar una adicción a un videojuego.
El caso de Steve Jobs es similar, durante una entrevista en 2011 el aquel entonces CEO de Apple mencionó que sus hijos tenían prohibido usar el recién lanzado iPad, ya que la cantidad de tecnología usada por su hijos en casa siempre ha estado limitada.
Esta familia está demostrando que vivir sin tecnologías no afecta la inteligencia de los niños, de hecho, se desarrollan perfectamente normal y de una manera mucho más saludable.
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