Los años no pasan por Cristiano Ronaldo. El ahora jugador de la Juventus luce, cada vez que se quita la camiseta, un cuerpo cincelado al estilo de los héroes de la antigua Grecia. Detrás de esa esbelta figura con abdominales muy marcadas, se esconde una exhaustiva dieta y muchas horas de gimnasio a la semana.
Esa perfección en la silueta le ha llevado a ser objeto de muchos estudios, en los que se ha determinado que cuenta con solo un 7% de grasa corporal cuando la media de los futbolistas es del 10% u 11%. El promedio entre los atletas y ciclistas ronda entre 10 y 14, pero son porcentajes nada recomendables para el cuerpo de una persona fuera del deporte de élite y ni tan siquiera es ideal para los propios deportistas. Y es que se mueven parámetros muy al límite porque después de consumir el glucógeno, la fuente de energía del cuerpo es la grasa. Ronaldo cuenta con una genética única que facilita que tenga tanto volumen en los músculos, especialmente en los cuádriceps, y le permiten saltar más que la mayoría dentro del área. Tiene a su servicio la maquinaria ideal para dedicarse al fútbol y para firmar una etapa en la Juve tan gloriosa como la que tuvo en el Madrid. Por algo, el equipo italiano ha pasado a ser, desde su fichaje, en un claro candidato a la Champions League de las apuestas en las competiciones UEFA, junto al Madrid, el Manchester City el Barcelona.
Crossfit, un método de entrenamiento efectivo
Ronaldo no solo prepara su cuerpo para cada partido con cinco comidas diarias, poco sabrosas desde el punto de vista de algunos colegas de profesión, y con ejercicios como planchas frontales, press de banca, dominadas, remo y otros. También invierte mucho tiempo en la recuperación y por ello ha adquirido en propiedad una máquina hiperbárica de las que permiten la recomposición celular en tiempo récord, de ahí que visite la enfermería con tan poca asiduidad a lo largo de una temporada. En cualquier caso, no está al alcance de todos los bolsillos.
Dicho de otra manera, no es ni sano ni económico intentar emular un torso como el de Ronaldo. Una persona normal debe moverse entre un 15% y un 20% de grasa corporal y seguir una rutina menos exigente para prevenir lesiones. Tres entrenamientos diarios a alta intensidad pueden ser suficientes para bajar los michelines, sin necesidad de recurrir a una dieta esclava. Es por algo que los centros de crossfit tienen tanto éxito entre el común de los mortales desde hace unos años. Se trabaja bajo la supervisión de un ‘coach’ cualificado que varía los ejercicios en cada sesión, alternando grupos musculares para evitar por repetición el estancamiento muscular. De esta manera, el cuerpo no se acomoda y evoluciona constantemente dentro del rango de cada uno.
El hecho de estar a las órdenes de un ‘coach’ es lo más parecido a contar con un entrenador personal en clases grupales, con el añadido de que es más asequible. Te puede ayudar con la dieta, te corrige la postura corporal y aconseja de manera individualizada sobre el peso a cargar. Además, adapta las sesiones de trabajo a la condición física de cada uno. Por ejemplo, alguien que no pueda con su propio peso en una dominada, usará una goma que le ayude a elevarse en la barra.
Y el crossfit no es el único deporte completo y beneficioso para el organismo. La natación es muy completa y saludable, como lo son también el running, el montar en bicicleta, el yoga o el pilates. El deporte sin una dieta adecuada no producirá los resultados deseados. Los expertos recomiendan realizar cinco comidas al día e ingerir la base los carbohidratos en el desayuno y el almuerzo, mientras que la cena se debe componer de proteínas mayoritariamente para no engordar. Entre el desayuno y el almuerzo hay que comer fruta, así como en la merienda.