Corporaciones se adueñan de los sistemas alimentarios y de los recursos naturales de África

Leonida Odongo expone de forma contundente el impacto negativo que las empresas transnacionales tienen en África. Además, comparte alternativas populares basadas en la agroecología como una solución viable.

Las empresas transnacionales son compañías que tienen su registro en países del Norte Global, pero también cuentan con subsidiarias o filiales en países del Sur Global. Estas empresas a menudo se benefician de la disponibilidad de recursos naturales y mano de obra económica en los países del Sur Global, así como también se aprovechan de las leyes laborales débiles que son comúnmente encontradas en las naciones en desarrollo.

África ha sido y continúa siendo afectada por las acciones negativas de las empresas transnacionales en relación con el trabajo, la alimentación, el medio ambiente y muchos otros aspectos. Estas consecuencias han tenido un impacto significativo en la región, generando problemas que persisten hasta el día de hoy. África se ha convertido en una nueva frontera para los negocios, lo cual se puede observar a través de la presencia de muchas empresas multinacionales que operan en el continente.

Sucursales transnacionales en África

¿Cuántas transnacionales han establecido sucursales, por ejemplo, en la República Democrática del Congo para extraer minerales, y estos mismos minerales no redundan en ningún beneficio para el pueblo congoleño? ¿Cuántos refugiados y refugiadas congoleñas están dispersas por el mundo, sin poder regresar a casa debido a los conflictos?

Los recursos naturales deberían traer prosperidad y bienestar a las personas, pero lo que vemos en África es que traen sufrimiento por la acción de las transnacionales, el surgimiento de grupos rebeldes, una gestión inepta de los recursos y la exclusión de los ciudadanos y ciudadanas de los procesos de toma de decisiones sobre sus beneficios. En diferentes regiones de África, como Cabo Delgado en Mozambique, el descubrimiento de nuevos recursos naturales está generando complicaciones en la vida cotidiana de las personas.

Según el informe de Human Rights Watch, la provincia de Cabo Delgado está experimentando una crisis humanitaria debido a la explotación de petróleo y gas. Esta situación ha llevado a desplazamientos masivos y actos de violencia sexual y de género contra mujeres y niñas.

La agricultura industrial y el monocultivo tienen un impacto negativo en el cambio climático, ya que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero. Además, estas prácticas también están afectando la disponibilidad de recursos naturales vitales, como el agua. En algunas ocasiones, las empresas transnacionales pueden limitar el acceso a estos recursos por parte de las comunidades locales que los utilizaban tradicionalmente.

Privatización y militarización

Cuando las empresas realizan sus operaciones, a menudo buscan la privatización y luego recurren a la militarización, en muchas ocasiones mediante la contratación de servicios de seguridad privada. Cuando se descubren los recursos naturales en áreas que antes no contaban con ninguna seguridad institucional, se producen grandes cambios y un aumento significativo de la actividad. Lamentablemente, en muchos casos esto conlleva abusos hacia las comunidades locales. 

En algunas regiones, las vías locales han sido privatizadas, lo que ha llevado a la necesidad de tomar desvíos para evitar el pago de peajes. Lamentablemente, se han reportado casos en los que empresas están arrojando sustancias tóxicas en fuentes de agua cercanas a estas comunidades, generando preocupación por la salud y bienestar de sus habitantes.

La actividad minera de las empresas transnacionales tiene consecuencias negativas para las comunidades locales, particularmente en lo que respecta a la contaminación del agua. Los desechos generados por estas empresas suelen ser redirigidos hacia las fuentes de agua cercanas, lo que afecta gravemente la salud de las personas que dependen de ellas. En consecuencia, el acceso a agua limpia y segura se convierte en algo inalcanzable y solo queda como un sueño lejano.

Aumento de la violencia en África

Las empresas transnacionales a menudo se ven implicadas en violaciones de los derechos humanos, lo que dificulta el trabajo de los defensores del medio ambiente. En situaciones extremas, la lucha por proteger los recursos naturales puede poner en peligro la vida de las personas comprometidas con esta causa. En todo el mundo, hay numerosos ejemplos de valientes defensores de los derechos humanos que han sacrificado sus vidas en su lucha por proteger los derechos de la Madre Naturaleza. Como el caso de la activista contra la minería sudafricana Mama Fikile Ntshangase, quien fue baleada y asesinada en su casa. Otro ejemplo es Joanna Stuchburry, asesinada por su trabajo de protección ambiental en Kenia. El activista ambiental NasakoBesingi ha sido blanco de amenazas por oponerse a las operaciones transnacionales en su país, Camerún. En otros países, como Uganda, según informa la organización GRAIN, las comunidades locales están siendo desalojadas a punta de pistola.

La violencia sexual es una problemática extendida en las empresas multinacionales, especialmente en el sector agrícola. Ha sido documentado que las mujeres son presionadas a participar en actos sexuales a cambio de empleos informales o promociones.

Comisión de Derechos Humanos de Kenia

La publicación “Wilting Bloom” de la Comisión de Derechos Humanos de Kenia revela que las mujeres que trabajan en el cultivo de flores también enfrentan problemáticas como explotación económica, violencia sexual, exceso de trabajo y salarios bajos.

La presencia de empresas transnacionales en África ha generado un aumento en los niveles de desigualdad en la región. Lamentablemente, algunas de estas empresas están involucradas en prácticas que explotan y maltratan a los trabajadores, a pesar de haberse comprometido con los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de la ONU. Es importante promover una mayor responsabilidad corporativa para garantizar el respeto a los derechos humanos en todas las fases de sus operaciones.

Poder corporativo, semillas y producción de alimentos en África

La producción de alimentos en África tampoco está libre de depredaciones transnacionales. Vemos una serie de dobles estándares aplicados cuando los mismos pesticidas que fueron prohibidos en Europa llegan a África y son vendidos y consumidos por las personas a través de los alimentos, como lo muestra el informe del Centro Africano para la Biodiversidad [African Centre forBiodiversity]. 

En las plantaciones, la fumigación aérea de plaguicidas provoca enfermedades respiratorias e infecciones cutáneas. Los sistemas alimentarios y el medio ambiente están cada vez más dominados por empresas, lo que lleva a la mercantilización de otros recursos, como los mercados de carbono. Esto implica que se estén comercializando las emisiones de carbono para cumplir con los objetivos de reducción del cambio climático.

Las semillas tienen un papel fundamental en la producción de alimentos. Son la base de nuestra alimentación ya que, sin ellas, no sería posible cultivar los alimentos que se necesitan para satisfacer nuestras necesidades nutricionales. Como afirmó el visionario Thomas Sankara, es importante tener conciencia sobre quién tiene el control sobre nuestra comida, ya que esto puede influir en nuestra independencia y libertad. Las grandes corporaciones han comprendido el poder que tienen sobre las naciones al controlar los alimentos. Por esta razón, han expandido su influencia sobre las semillas en una estrategia para dominar aún más este campo. 

Cláusulas punitivas por guardar semillas

La captura corporativa de semillas obliga por ley a los agricultores y agricultoras a comprar semillas que venden las transnacionales en tiendas especializadas. Una lectura rápida de varias legislaciones en África sobre semillas y cultivos confirma la existencia de cláusulas punitivas que inhiben la práctica de guardar, compartir e intercambiar semillas entre agricultores/as.

Cidi Otieno de la Liga de Campesinos de Kenia[KenyanPeasants League] dijo una vez que “reducir los espacios de ciudadanía va más allá de la libertad de información o la interferencia con la libertad de expresión o la libre circulación; este proceso ocurre cuando los agricultores y agricultoras no pueden conservar sus semillas originarias porque las leyes prohíben el uso de sus semillas conservadas; cuando se promulgan leyes que prohíban el uso del estiércol de bovinos, caprinos, ovinos y aves de corral”. 

La producción de semillas la dominan las grandes corporaciones, lo que ha llevado a convertirlas en simples mercancías. A medida que esto ocurre, se va perdiendo la diversidad que es una característica vital de las semillas originales. En los tiempos actuales, surge la preocupación en relación al intercambio y uso de semillas que solían ser compartidas libremente por nuestros ancestros. Ahora, algunas empresas están patentando estas semillas, lo cual ha generado controversia. Utilizarlas sin pagar regalías puede considerarse como un delito según las leyes actuales.

Detrás de las ganancias excepcionales, la explotación laboral

Es lamentable que muchas empresas transnacionales opten por emplear un enfoque de trabajo informal en lugar de contratar a trabajadores formales. Aprovechan la falta de regulaciones laborales sólidas, la disponibilidad de mano de obra barata y la limitada capacidad para negociar por parte de los trabajadores. Esto crea una situación desfavorable para los empleados, quienes se ven privados de beneficios y protecciones laborales adecuadas. En África, con la alta tasa de desempleo, cuando se abre una vacante, miles de personas se postulan.

Cuando las transnacionales vienen a África, los puestos mejor pagados suelen reservarse para los extranjeros, aunque aquí hay personas cualificadas que podrían ocupar esos puestos. Los casos denunciados de protestas, por ejemplo, del pueblo Turkana, en la frontera norte de Kenia, contra la compañía petrolera británica Tullow Oil confirman esta deplorable práctica de marginación de los habitantes de la región.

Nuestro trabajo, nuestras herramientas

Organizaciones como Haki NawiriAfrika desempeñan un papel importante al llevar a cabo trabajos de educación técnica y política en relación a la justicia alimentaria. Su objetivo es concienciar a las comunidades sobre los procesos de producción de alimentos, promover la agroecología y fomentar debates sobre este tema crucial. Los foros tafakari son espacios de diálogo comunitario que buscan fomentar cambios en las actitudes hacia los alimentos. Estos encuentros promueven la reflexión sobre qué comemos, de dónde provienen nuestros alimentos y cómo se producen. El objetivo es generar conciencia y transformar nuestras prácticas alimenticias. Estos foros también incorporan la discusión de los cambios en las políticas gubernamentales y la concientización de sus impactos en las comunidades.

En las comunidades, se están creando espacios dedicados a la agroecología y al trabajo con pequeños agricultores. Allí, se promueve el aprendizaje y el intercambio de conocimientos sobre antiguas tradiciones agrícolas y cómo estas prácticas contribuyen a una alimentación sostenible.

En estos espacios, los miembros más experimentados de las comunidades participan activamente. Comparten valiosas experiencias relacionadas con la alimentación y dietas ancestrales, a la vez que se discuten los daños causados por el consumo de alimentos procesados. 

Mujeres de África

Veronica Kalondu, una mujer de 91 años originaria de Machakos, Kenia, es un maravilloso ejemplo de aprendizaje intergeneracional. Ella comparte historias del pasado en las que nos habla sobre su experiencia en la práctica del pastoreo. En aquellos tiempos, solía llevar consigo una vianda que tendría que durar hasta la noche. En su discurso, ella destaca la importancia del valor nutricional de los alimentos indígenas y cómo la música se utilizaba como un estímulo durante el proceso de cultivo.

Además, hace referencia a los bosques frondosos que una vez existieron y lamenta su deforestación actual. Según sus palabras, en tiempos pasados la comunidad local no solía depender de la ayuda alimentaria debido a la disponibilidad de comida. Sin embargo, en la actualidad, con días más cálidos y escasez de alimentos, su comunidad recibe asistencia alimentaria conocida localmente como “molio”. 

Según Verónica, la comida ha perdido su estatus de arte en la actualidad y los niños ya no comparten momentos con sus abuelos escuchando relatos del pasado sobre comida y alimentación. La situación actual hace que tanto las madres como los padres estén ocupados tratando de satisfacer las necesidades básicas de sus familias.

La resistencia de las comunidades

Por otro lado, la agroecología reconoce la importancia del aprendizaje internacional y de la construcción de movimientos, y desafía las estructuras de poder en torno a la producción de alimentos, como los derechos sobre la tierra, al crear espacios para que los grupos marginados participen en los procesos de toma de decisiones.

La resistencia enfocada en las personas es perfectamente factible, pero solo se logra cuando las comunidades se organizan y tienen una visión clara de sus objetivos. Sí, los tentáculos de las transnacionales están repartidos por todo el mundo, pero vale la pena celebrar las formas de resistencia que surgen en diferentes partes de África donde estos tentáculos se están cortando uno a uno.

Leonida Odongo es una defensora de la justicia social en Nairobi, Kenia. Su trabajo se centra en temas relacionados con la alimentación y la justicia climática. Es activa en diferentes organizaciones, como la Marcha Mundial de las Mujeres y el proyecto Espacios Reducidos de Ciudadanía [Shrinking Civic Spaces]. Leonida desempeña un papel crucial en la lucha por los derechos humanos y en promover un cambio positivo para su comunidad y para el mundo.

Ecoportal.net

Con información de: https://capiremov.org/