Pocos materiales han tenido un efecto mayor en nuestra forma de vida que el hormigón, un material duradero y versátil muy utilizado en la construcción. El problema es que la producción de hormigón conlleva grandes costes medioambientales, entre los que destaca una enorme huella de carbono.
La fabricación de cemento, el componente principal del hormigón, representa un enorme 7% de las emisiones globales de dióxido de carbono, en gran parte como resultado de la quema de piedra caliza para obtener calcio, que es esencial para la reacción entre el cemento y el agua para formar el hormigón.
Sin embargo, según los expertos de la Universidad de Tokio en Japón, este no tiene por qué ser así. Los científicos de la universidad han ideado un nuevo tipo de hormigón con carbonato de calcio, que pueden derivar del hormigón de desecho en los sitios de demolición, así como del CO2 capturado de los gases en los gases de escape industriales.
El resultado, dicen, es concreto que, si se produce en masa, podría tener una huella de carbono mucho menor.
“Nuestro concepto es adquirir calcio a partir del hormigón desechado, que de otro modo se desperdiciaría”, explica Ippei Maruyama, profesor del Departamento de Arquitectura de la universidad que fue un miembro clave del equipo de investigación. “Combinamos esto con el dióxido de carbono de los gases de escape industriales o incluso del aire. Y lo hacemos a temperaturas mucho más bajas que las que se utilizan para extraer calcio de la piedra caliza en la actualidad”.
Hormigón con carbonato de calcio
Los científicos dicen que se inspiraron para su invención en los depósitos de carbonato de calcio en los ecosistemas marinos donde la materia orgánica muerta se solidifica en fósiles. Luego se propusieron reemplazar el calcio en el concreto con carbonato de calcio, un sustituto menos intensivo en carbono.
El carbonato de calcio, explican, es muy estable, lo que significa que puede funcionar como un material de construcción duradero. Sin embargo, la versión prototipo de concreto producido con carbonato de calcio no puede reemplazar al concreto típico todavía porque no es tan fuerte.
Dicho esto, podría usarse en la construcción de casas más pequeñas y otras estructuras adecuadas.
“Es emocionante avanzar en esta área, pero aún quedan muchos desafíos por superar”, advierte el profesor Takafumi Noguchi, quien trabaja en la misma institución y fue otro miembro del equipo de investigación.
“Además de aumentar los límites de resistencia y tamaño del hormigón con carbonato de calcio, sería incluso mejor si pudiéramos reducir aún más el uso de energía del proceso de producción”, explica.
“Sin embargo, esperamos que en las próximas décadas, el hormigón con carbonato de calcio neutro en carbono se convierta en el tipo de hormigón habitual y sea una de las soluciones al cambio climático”, añade Noguchi.
Por Daniel T. Cross. Artículo en inglés