La forma en que el mundo experimenta el fútbol y el resto de las disciplinas deportivas está cambiando. Es un momento en el cual las plataformas digitales están en pleno auge impulsadas con más fuerzas desde la llegada del coronavirus.
En épocas de aislamiento, no se permitía acudir a lugares de juego para apostar algo de dinero. Pero luego también nos dimos cuenta de que esta forma de apostar era mucho menos nosciva para el planeta, ya que reducimos las emisiones tanto del transporte hacia los sitios de apuestas, como reduciendo el gasto de energía de estos sitios, ya que las plataformas digitales requieren de mucha menos electricidad que las presenciales. Incluso podemos ir más allá en nuestros cálculos, agregando que se evita toda la contaminación derivada de la construcción de estos enormes espacios destinados al esparcimiento.
En la actualidad, estamos transcurriendo el Mundial de Qatar y el mundo de las apuestas se puso al rojo vivo con este evento.
Uno de los sitios líder dentro del mercado de las apuestas en línea es scommesse Italia. Este tipo de emprendimientos digitales han llegado para quedarse, no sólo para la comodidad de las personas, que desde sus hogares pueden interactuar con sus necesidades lúdicas sin correr peligro de ningún tipo de contagio de enfermedades.
Además las personas manejan el dinero totalmente en forma electrónica, lo que permite una seguridad que no se tenía cuando un apostador salía de un lugar de apuestas sobre todo en horas nocturnas.
Casinos físicos vs. plataformas digitales
Por otra parte, debemos tener en cuenta que estas aplicaciones generan un impacto ambiental mínimo, ya que la energía que se utiliza en comparación en una sala de apuestas, como por ejemplo un casino, respecto a un sitio de apuestas on-line es inmensa.
Se estima que por ejemplo un casino puede gastar cinco veces más energía por metro cuadrado que un hospital. Por ejemplo, en Las Vegas, los casinos consumen una quinta parte de toda la electricidad de la ciudad. Al entrar a uno de estos establecimientos, impacta la iluminación. Existe una enorme cantidad de luces, desde la iluminación del local, la luz emitida por las pantallas, las luces de los juegos, las ruletas, entre tantas otras cosas.
Según una estimación obtenida tras un análisis de expertos, la iluminación comprende aproximadamente el 30% del consumo eléctrico de un casino. Otro 35% del consumo eléctrico corresponde a las máquinas de juego, que son el centro de todo casino. Además de esta estadística
Toda actividad realizada por los seres humanos tiene un impacto ambiental por mínimo que sea. Esto significa, cualquier alteración o modificación que sufre el medio ambiente como consecuencia de la acción del hombre. Hoy en día, las empresas cada vez más piensan cómo su actividad está afectando al entorno natural. Numerosas actividades contribuyen directa o indirectamente al cambio climático.
Ante el impacto del cambio climático, los sitios de apuestas en línea presentan una alternativa interesante a los establecimientos de juego tradicionales que consumen muchos recursos. De esta forma, el juego online se convierte en una opción de entretenimiento que respeta más el medio ambiente, colaborando de esta manera con el planeta, en esta lucha constantes de seguir haciéndolo habitable.
Si bien es cierto que los casinos físicos como cualquier otra sala de apuestas, como los bingos, han estado trabajando para reducir su impacto ambiental en los últimos años, las plataformas digitales tienen la ventaja de tener a sus usuarios virtualmente conectados y de esta manera no consumen recursos.
Las salas de juego online funcionan en servidores online. En la actualidad existen servidores con bajo consumo de energía para resguardar el medio ambiente, reduciendo por completo la emisión de carbono a la atmósfera.
En el caso de las salas de apuesta online, el consumo de materia prima es prácticamente inexistente lo cual es otro punto a favor del casino online. Y el dinero como ya lo hemos dicho es electrónico por lo que no es necesario ningún tipo de dinero impreso, algo que contribuye con el planeta porque al no usar papel se evita no solo la tala de árboles, sino también se ahorra en la cantidad de agua necesaria para transformar esa madera en papel.