El colágeno es una proteína necesaria para el buen funcionamiento de músculos, huesos, piel y articulaciones. Pero el cuerpo humano a cierta edad, deja de producirlo, es por ello que se recurre a fuentes externas para incorporarlo al organismo.
En cuanto a la piel, el colágeno es responsable de su elasticidad y firmeza. A medida que pasa el tiempo y llegados los 25 años, el organismo disminuye la producción de esta proteína. Como consecuencia, la piel pierde brillo y su hidratación natural.
Algunos profesionales de la estética, recomiendan que las mujeres comiencen a consumir suplementos con colágeno al acercarse a los 40 años o en la menopausia, mientras que los hombres pueden esperar un poco más, cerca de los 60 años.
El colágeno se encuentra también en la naturaleza y podemos aprovechar estas fuentes.
¿Cómo obtener colágeno de la cáscara del huevo?

El huevo es rico en colágeno natural, “la membrana de la cáscara contiene el 40 % de colágeno junto con otros componentes como aminoácidos, carbonato de calcio y lisozima”, una proteína muy importante porque es antibacteriana, antiviral, antiinflamatoria, analgésica, antitumoral y antioxidante.
Para aprovechar los beneficios que tiene el huevo para la piel, se utilizan los restos de clara que quedan en su cáscara.
Con los dedos y muy suavemente, la clara se aplica en el contorno de los ojos y al rededor de los labios, donde suelen formarse arrugas y se deja secar por unos minutos. Luego se retira como una fina película y se enjuaga bien. La piel quedará tersa.
Esta clara también es muy útil para tratar irritaciones de la piel y en la cicatrización de pequeñas lastimaduras como cortes o arañazos.
Otra forma de aprovechar lo que ofrece el huevo, es dejar secar bien por dos días la membrana que se encuentra en la cáscara y luego pulverizarla con un molinillo de café o mortero.
Este polvo resultante se ingiere con un poco de agua como fuente natural de colágeno y también puede ser incorporado a jugos naturales u otras bebidas.
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