Más de un tercio del consumo total de energía en todo el mundo se utiliza en el uso de los edificios. Por lo que está claro que el cumplimiento de los objetivos climáticos globales depende en gran medida del sector de la edificación.
Por suerte cada vez se está tomando más conciencia al respecto y en este caso parte de la solución, está en nuestras manos. Podemos actuar contra los efectos del cambio climático con una construcción eficiente.
En muchos de nuestros hogares derrochamos energía en pequeños actos a veces difíciles de detectar, pero existen construcciones que reducen el consumo de energía sin que por ello tengamos que renunciar a nuestras necesidades básicas. Este es el caso de las casas pasivas o passivhaus (en alemán).
Passivhaus, más allá del ahorro de energía
El nombre “casa pasiva” tiene que ver con la búsqueda de la máxima eficiencia energética, pero va incluso más allá de eso. Una vez construida, la casa está situada con la orientación perfecta y tiene la estructura adecuada para que los beneficios se los provea la naturaleza, sin necesidad de gastar dinero de más, ni recurrir a recursos externos.
En este tipo de vivienda, las necesidades de consumo energético para la ventilación y calefacción no exceden los 15kWh/m² anuales. Esta cifra representa menos de la décima parte que otros edificios construidos de forma más tradicional. El total de las necesidades energéticas, incluyendo la calefacción, ventilación, aire acondicionado, producción de agua caliente sanitaria, iluminación y electrodomésticos no deben ser superiores a los 120kWh/m².
Podríamos entonces sostener que estas casas son realmente eficientes energéticamente, cómodas y ecológicas al mismo tiempo. El término “Passivhaus” definitivamente no es una marca, sino un concepto de construcción que sigue normas muy concretas para su certificación. Pero es importante comprender que la idea va más allá de la eficiencia energética. Esto es porque combinan el increíble ahorro en energía con un gran confort térmico.
Las Passivhaus constituyen todo un ejemplo de sostenibilidad. No son buenas únicamente en el plano económico, sino también en el social y el medioambiental. Hay muchos estudios que avalan la idoneidad para la salud de los que habitan este tipo de viviendas, ya que su renovación inteligente del aire, su incidencia de la luz solar y su construcción con materiales naturales y menos contaminantes que los convencionales ayudan a prevenir y reducir enfermedades e infecciones de las vías respiratorias como por ejemplo el asma.
Es importante especificar que más allá de su desempeño en cuanto a energía, una “Passivhaus” debe contar con la certificación que le corresponde. Es un tipo especial, por decirlo de alguna forma, de etiquetado energético, avalado por la International Passive House Association, la cual tiene criterios muy específicos para otorgar la certificación a una construcción.
Una de las zonas a tener en cuenta como críticas para obtener la certificación es la fachada de la casa o edificio en donde es necesario mantener un buen aislamiento para lograr la eficiencia térmica.
Certificación Passivhaus
Para obtener el certificado homologado es fundamental que cumpla los cinco principios básicos de un diseño Passivhaus:
-El aislamiento térmico: se consigue recubriendo o insertando en las paredes distintos tipos de materiales aislantes. Es fundamental a la hora de aislar una casa, el techo porque es lo que más expuesto al sol está. También se busca la utilización de técnicas de refrigeración pasiva como puede ser el cálculo de la sombra sobre las fachadas de la vivienda, que contribuyen a que permanezca fresca.
-Ventanas y puertas de alto aislamiento: fundamental para conseguir una alta eficiencia energética. Es importante colocarlas en una posición sur para que dejen pasar el sol para beneficiarse de la luz y el calor. También es importante tener la capacidad de bloquear el sol en verano para mantener un ambiente fresco cuando hace demasiado calor fuera. Deben tener un correcto montaje, por lo general se usan cierres de PVC o madera, también los hay de aluminio. Respecto a los vidrios los hay de doble, triple e incluso cuádruple acristalamiento.
-Eliminar los puentes térmicos y los puntos fríos en el interior de la vivienda: de esta manera se consigue incrementar el confort térmico para los que habitan la casa y la sensación de bienestar.
-Ventilación mecánica con recuperación de calor: Esto consiste en ventilar la casa usando un intercambiador de calor, así se calienta el aire entrante usando el calor del aire interior que va a ser expulsado.
-Estanqueidad al aire: es decir, sellar todas las uniones entre los diferentes materiales de la vivienda consiguiendo así que no haya infiltraciones de aire indeseadas ni corrientes de aire.
Consideraciones finales
La emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera es demasiado alta y sigue creciendo, lo que supone un gran problema para nuestro planeta ya que el clima sigue calentándose cada vez más.
Hay muchas decisiones que no están en nuestras manos, pero también hay algunas que sí lo están. A la hora de decidir tu próxima casa, piensa en el futuro del planeta y ten en cuenta estos conceptos.