Ventajas del renting de fotocopiadoras e impresoras para las PYMES
Comprar una o varias fotocopiadoras e impresoras no es una inversión económica para las PYMES. El precio suele ser elevado, siendo una de … Leer Más
Comprar una o varias fotocopiadoras e impresoras no es una inversión económica para las PYMES. El precio suele ser elevado, siendo una de … Leer Más
Julia, una persona octogenaria, vive sola y necesitaba reparar un grifo que perdía agua. Su arreglo le salió gratis, ya que lo pagó con las horas que había conseguido enseñando a hacer punto a una estudiante. A pesar de su edad, está bien de salud y es una usuaria frecuente de uno de los más de 300 bancos del tiempo que hay en España. Ella hace compañía a otros mayores, enseña a cocinar a los jóvenes y, a cambio, le prestan ayuda con asuntos fiscales, practica gimnasia y arreglan los pequeños desperfectos que van surgiendo en su casa. Es sólo un ejemplo de cómo en medio de una crisis tan atroz como la que sufrimos cada vez más personas sustituyen el intercambio de dinero por tiempo.
De todas las crisis sociales y naturales que debemos afrontar los seres humanos, la de los recursos hídricos es la que más afecta a nuestra propia supervivencia y a la del planeta. Ninguna región del mundo podrá evitar las repercusiones de esta crisis que afecta a todos los aspectos de vida, desde la salud de los niños hasta la alimentación de los seres humanos.
La economía mundial está proponiendo una resignificación de la importancia del valor de varios servicios ambientales que previamente no eran considerados. “Ojos que no ven, corazón que no siente”, por lo menos para el caso de los economistas, lo que no entraba en términos de valor económico proveniente de la naturaleza, no contaba en sus cálculos. Un error grosero, tanto en el cálculo como en la forma de validación crematística que nos ha llevado a enfrentar la peor crisis de civilización desde la última glaciación.
Ante el avance del frente petrolero, minero o sojero se repite el mismo testimonio, como si quienes hablaran formaran parte de una misma comunidad, de un mismo territorio. Celina, joven de la localidad de Yanta, situada en los Andes peruanos, afirma: “Si la minería (transnacional Majaz-Río Blanco) entra acá destruye todo, destruye el medioambiente, el agua, si no hay agua no podríamos vivir”. Se repiten las denuncias pero también las luchas en multitud de lugares separados por miles de kilómetros: en Ecuador, Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, México, Panamá… Y cada vez en más territorios.
Para quienes viven en la pobreza, los Objetivos de Desarrollo del Milenio no han sido nunca objetivos abstractos o meras aspiraciones, sino que constituyen el camino hacia una vida mejor. Una vida con acceso a alimentación e ingresos adecuados, servicios básicos de educación y salud, servicios de agua potable y saneamiento y al empoderamiento de la mujer. En pocas palabras, el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio es un hito importante en nuestra búsqueda de un mundo más justo y pacífico.
Un Turismo Sostenible implica el respeto por las culturas, la inclusión de los pobladores locales en los procesos económicos de la actividad turística y la conservación del medio ambiente. Los proyectos de responsabilidad social en las empresas de servicios turísticos, es uno de los nuevos modelos que debe incorporar la industria del turismo como una filosofía esencial de su trabajo.
El Acuerdo General de Mercados de Servicios (General Agreement on Trade in Services, GATS), exige a los países conceder el mismo tratamiento a los proveedores de servicios extranjeros que a las empresas locales. No obstante, los países en desarrollo se muestran poco dispuestos a hacer esto, debido a su actual mínima capacidad de regular los negocios transnacionales.
Para las mujeres latinoamericanas, trabajadoras o no, los Tratados de Libre Comercio suscritos por sus gobiernos con Estados Unidos profundizan la discriminación y exclusión, en la medida en que en esas naciones el neoliberalismo se arraiga como política económica.
Desde las modificaciones a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, llevada a cabo en 1992, el sector privado en la generación de energía eléctrica en México ha crecido sustancialmente, especialmente el extranjero, bajo la figura de productores externos de energía, autoabastecimiento, cogeneración, importación y exportación.