El aceite de palma de la empresa Agropalma en Brasil, tiene diez certificados diferentes de ecológico, justo y sostenible. Empresas multinacionales como Ferrero, Kellogg’s y Nestlé lo compran. Pero, al parecer, en muchas tierras de las plantaciones proceden del comercio ilegal. La población denuncia violaciones de los derechos humanos.
Agropalma, el mayor productor de aceite de palma de Brasil, está considerado un modelo mundial en el sector. La empresa brasileña está certificada con diez sellos internacionales de cultivo, “ecológico, justo y sostenible“ de palma de aceite: Entre ellas se encuentran el sello ecológica de la UE (Reglamento ecológico de la UE), el del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA Organic) y JAS de Japón, la etiqueta de comercio justo IBD de Brasil, así como la certificación Roundtable for Sustainable Palm Oil (RSPO) y Palm Oil Innovations Group (POIG).
Entre los clientes de aceite de palma de Agropalma figuran 20 comerciantes internacionales de aceite de palma y fabricantes de alimentos, como Alnatura, Danone, Ferrero (Nutella), Kellogg’s, Mars, Mondelez (Oreo), Nestlé, PepsiCo, Unilever (Langnese) y Upfield (Rama).
Agropalma y los proyectos REDD+
Según Agropalma, 39.000 hectáreas de plantaciones certificadas de palma aceitera, de las que 4.000 son ecológicas, se talaron en la selva amazónica del estado de Pará entre 1982 y 2002. Además, la empresa reclama como suyas 64.000 hectáreas de “bosque protegido”, en las que Agropalma ejecuta supuestos proyectos de protección del clima (REDD+).
Gran parte de las tierras de Agropalma procedrían al parecer de la apropiación ilegal de tierras estatales, de comunidades locales y de pequeños propietarios residentes, informa Publica. Agropalma está acusada de acaparamiento de tierras y 58 mil hectáreas han sido anuladas por los tribunales, titula el diario Ver O Fato en un detallado artículo de fondo sobre la empresa de aceite de palma.
Las personas afectadas se quejan también de la violencia, los bloqueos por parte de la empresa de carreteras y el acceso a lugares públicos como ríos y cementerios. Organizaciones como Global Witness denuncian graves violaciones de los derechos humanos, y el Colegio de Abogados de Brasil, habla de pésimas condiciones de trabajo, explotación y contratos mordaza en las plantaciones de Agropalma.
El punto de partida del aceite de palma – La selva en el tanque y en el plato
Con 66 millones de toneladas por año, el aceite de palma es el aceite vegetal que se produce en mayor cantidad. Actualmente, las plantaciones de palma se extienden sobre 27 millones de hectáreas de tierras. En una superficie del tamaño de Nueva Zelanda, las selvas, las personas y animales quedan sometidas a la expansión de estos „desiertos verdes“.
Su bajo precio en el mercado global y su fácil procesamiento industrial han permitido que en la actualidad, uno de cada dos productos industriales de supermercado lo contengan entre sus ingredientes. Además de en las pizzas congeladas o precocinadas, galletas, y margarinas, el aceite de palma se encuentra también en las cremas corporales, jabones, maquillajes, velas y detergentes.
Lo que casi nadie sabe: actualmente en la Unión Europea se utiliza 61% por ciento del aceite de palma en la producción de energía -51% (4,3 millones de toneladas) para la producción de biodiésel y 10% (0,8 millones de toneladas) en centrales eléctricas para la producción de electricidad y calor.
En España en 2017 se utilizaron 1,2 millones de toneladas de aceite de palma para produccir biombustibles. El país importó un total de 1,7 toneladas de aceite de palma.
La desacertada política de energías renovables de España y de la UE es una causa importante de la deforestación de las selvas tropicales. La Directiva de Energías Renovables que rige desde 2009 prescribe una mezcla obligatoria de agrocombustibles en el la gasolina y en el diesel.
Repetidamente, ecologistas, defensores de derechos humanos, comunidad científica y recientemente también miembros del Parlamento Europeo exigen excluir el aceite de palma de los agrocombustibles y las centrales de producción energética desde 2021 -sin éxito. El 14 de junio de 2018, los estados miembro decidieron seguir permitiendo el uso del aceite tropical de palma como „bioenergía“ hasta 2030.
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Para: Empresas alimentarias, certificadoras internacionales y asociaciones que otorgan sellos, autoridades brasileñas
“¡Rechazamos el etiquetado fraudulento! Empresas certificadoras y alimentarias garanticen que no haya acaparamiento de tierras ni violencia”
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