Ya consumimos pan con trigo genéticamente modificado

Los argentinos son los primeros en consumir pan elaborado con trigo genéticamente modificado. Bioceres-Indear lo confirmó al anunciar que 25 molinos ya han incorporado el cereal con esta nueva variedad de trigo. La aparición de cultivos transgénicos que contienen el peligroso agrotóxico glufosinato ha sido condenada por más de 1.000 científicos, productores (agroecológicos y agroindustriales) y organizaciones sociales y ambientales.

Las investigaciones que demuestran que los transgénicos son supuestamente "inocuos" son confidenciales y las realizan las empresas que los venden. "Es un hecho de gravedad inusitada desde el punto de vista de la salud pública", denunció el Instituto de Saneamiento Social y Ambiental (InSSA), Físico de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

A principios de marzo, Bioceres-Indear dio a conocer la noticia. Es de trascendencia internacional: por primera vez, el trigo genéticamente modificado (llamado "HB4") se convirtió en un alimento de consumo masivo (comida, pizza, empanadas, fideos y demás productos realizados con harina). Y lo que es peor, el consumidor no puede estar segura de si está comiendo el cereal transgénico o no. Vale aclarar que Argentina no tiene etiquetas para los organismos genéticamente modificados (OGM).

La opinión del InSSA-UNR sobre el trigo genéticamente modificado

El Instituto de Salud Ambiental (InSSA-UNR) remarcó que no se han publicado estudios clínicos independientes en revistas académicas que prueben la seguridad del trigo HB4 para uso humano. En Argentina los transgénicosse aprueban mediante estudios realizados por las mismas empresas y los informes son de carácter confidencial.

El InSSA, que publicó en reiteradas oportunidades investigaciones que confirman que hay personas enfermas de cáncer en los pueblos fumigados, muestra otro factor peligroso del trigo transgénico. "Va acompañado con el herbicida glufosinato de amonio, cuya toxicidad sobre el ambiente y la salud ya ha sido demostrada en numerosos trabajos científicos, así como también se ha evidenciado que no se degrada y que incluso es posible detectarlo hasta en ultraprocesados"

Los científicos instan a "los responsables de las políticas públicas" a divulgar las pruebas científicas sobre los efectos nocivos de estos cultivos. "Consideramos urgente que las autoridades prohíban la comercialización e incorporación del trigo Hb4 en las harinas para producción de productos comestibles y/o sucedáneos de la alimentación humana", destacan.

En una carta abierta en 2020, más de 1.000 científicos del Conicet, Argentina y 30 universidades públicas rechazaron la versión transgénica del trigo: "Esta autorización remite a un modelo de agronegocio que se ha demostrado nocivo en términos ambientales y sociales, causante principal de las pérdidas de biodiversidad, que no resuelve los problemas de la alimentación y que amenaza además la salud de nuestro pueblo confrontando la seguridad y la soberanía alimentaria". También aportaron muchos estudios que explican los peligros de los nuevos OMG pero ninguno de ellos se tuvo en consideración por parte del gobierno nacional.

Bioceres-Indear, impulsora del nuevo trigo HB4

Bioceres-Indear es la impulsora de este nuevo trigo transgéncio. Se presenta como una "sociedad anónima nacional", entre cuyos accionistas figuran el llamado "rey de la soja" Gustavo Grobokopatel y el multimillonario Hugo Sigman, pero cotiza en la Bolsa de Nueva York desde 2021. Para el proceso de aprobación también fue crucial la colaboración nacional a través de los recursos y las políticas clave del Conicet y la Universidad Estatal del Litoral. Raquel Chan, referente científica del organismo y socia de Bioceres niega los impactos sociales, ambientales y sanitarios del agronegocio.

Mauricio Macri estuvo en el acuerdo sobre el trigo transgénico durante su gobierno, pero decidió frenarlo por temor a perder mercados de exportación (principalmente Brasil) ante las advertencias de productores, exportadores de trigo y organizaciones de cosecheros. Los consumidores no quieren transgénicos en sus platos. El acuerdo definitivo llegó en mayo de 2022, cuando Julián Domínguez (entonces ministro de Agricultura) dio luz verde a la propuesta de Bioceres-Indear (firmada por Luis Gustavo Contigiani).

Rechazo desde las organizaciones sociales

"La responsabilidad del Gobierno es total. Desde la autorización sin pruebas de inocuidad, sin contemplar los efectos negativos en el campo y también con sus políticas científicas, con Raquel Chan como emblema, al servicio del sector más concentrado del agronegocio", denunció el Agustín Suárez de la Unión de Trabajadores del Campo (UTT).
Sobre la gravedad de este arroz, dijo: "No solo se contaminará al trigo convencional sino que este transgénico, y sus agrotóxicos, irán directo a nuestros cuerpos, al de nuestros hijos. Las consecuencias serán muy graves y se verán en el mediano y largo plazo. Es criminal"

Desde la Multisectorial Paren de Fumigarnos de Santa Fe, que lleva dos décadas denunciando los efectos de la agricultura sobre la salud y el medio ambiente, el herbicida glufosinato. más tóxico que el glifosato. Además, se ha descubierto que tiene teratogenicidad, neurotoxicidad y genotoxicidad".

Esta Multisectorial, junto con muchas otras organizaciones del país, que impulsan la campaña "Con nuestro pan no" ha advertido del impacto que esto puede tener en los productores: "No es posible la coexistencia de trigo transgénico y no transgénico debido al proceso de 'contaminación genética' que ocurre durante la polinización y cuyos residuos de agrotóxicos quedarán en la harina obtenida. En sociedades empobrecidas y culturalmente trigo-harina dependientes, es un claro peligro de salud pública" Y advierte que el proceso de aprobación de los transgénicos viola la Ley General del Ambiente y el artículo 41 de la Constitución Nacional, y otras normativas que protegen la salud y el medio ambiente. Además piden que no se siembre más en territorio argentino el trigo transgénico, que no se lo mezcle con el trigo tradicional y recuerdan: "La salud no se negocia".

Ecoportal.net

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