Un nuevo reporte de la ONG World Animal Protection expone las alarmantes tendencias del turismo con elefantes alrededor de Asia, las cuales se espera que empeoren cuando los operadores de estos lugares traten de recuperar los ingresos perdidos por el impacto causado por el COVID-19.
Hoy, 12 de agosto, se celebra el Día Mundial del Elefante, el mamífero terrestre más grande del mundo amenazado por la industria turística, principalmente en Asia, junto a otros actos de crueldad.
A pesar de la creciente demanda por un “turismo ético” y de la conciencia por la angustia que provocan los paseos en elefante, la inmensa mayoría de estos animales cautivos en Asia sigue sufriendo una crueldad permanente, a la vez que vive en condiciones sumamente inapropiadas. Y desafortunadamente, es muy probable que esta situación empeore debido tanto a la cantidad de elefantes en cautiverio que siguen siendo criados para la industria turística, así como a la debacle económica causada por el COVID-19.
Antes de dicha enfermedad, se estima que toda la industria turística de elefantes en cautiverio generaba entre USD 581.3 millones a USD 770.6 millones de ventas por año a expensas del sufrimiento de estos animales. Hoy, con muy pocos turistas, tanto los propietarios como las instalaciones, están realizando grandes esfuerzos por alimentar a sus elefantes y pagar a sus trabajadores.
Actualmente, hay más de 3.800 elefantes en cautiverio en 357 campamentos a lo largo del continente asiático. Tailandia tiene tres cuartos de estos elefantes y se ha visto un impactante aumento del 70% en estos números en solo 10 años, según la tercera edición del informe Los Elefantes no son mercancías. Este, el más reciente estudio, compara una investigación hecha durante los últimos 10 años en el turismo con elefantes, en donde se evalúan lugares en Tailandia, India, Laos, Camboya, Nepal, Sri Lanka y Malasia.
La India, por ejemplo, es hogar del segundo número más alto de elefantes utilizados para el turismo (luego de Tailandia) y de 21 campamentos que albergan 509 elefantes. El reporte encontró que el 45% (225) de estos son mantenidos en condiciones inadecuadas. En Sri Lanka, fueron evaluados 13 lugares que albergan 188 elefantes, lo que demostró un aumento del 13% o de 22 elefantes en cautiverio desde 2015. Más elefantes están viviendo en condiciones inadecuadas –24% (46) comparado con 22% (36) en 2015.

Los turistas deben conocer la verdad de lo que sucede al interactuar con elefantes
A lo largo de la investigación, la ONG ha hallado de forma sistemática, una extrema crueldad hacia los elefantes cautivos en todos los países. Han presenciado la separación de las madres y sus crías, severos métodos de entrenamiento, restricción de movimientos, nutrición deficiente, poca o ninguna atención veterinaria, privación social y castigo.
En la mayoría de las instalaciones turísticas, los elefantes están encadenados por largos períodos cuando no se ocupan en actividades con turistas, a menudo, en aposentos inapropiados, con pisos de concreto y en condiciones antihigiénicas. Por lo general, tienen poca o ninguna interacción social con otros elefantes y están destinados a realizar actividades estresantes y agotadoras que nada tienen que ver con su comportamiento natural.
Y los turistas, inconscientemente, han promovido estas crueles prácticas al ser parte de pequeñas interacciones con elefantes, como bañarlos y tomarse fotos con ellos. Las investigaciones demuestran que hay una creciente conciencia sobre el sufrimiento que causan los espectáculos al estilo circense y los paseos sobre los elefantes. Sin embargo, los lugares que ofrecen espacios para bañar a los elefantes, se han vuelto muy populares en los últimos cinco años, e incluso en Tailandia, estos sitios se han triplicado. Los lugares que ofrecen este tipo de experiencias también se disfrazan a menudo de santuarios y centros de rescate, engañando a los turistas.
Las estadísticas halladas son aterradoras, pues revelan que dentro de los países analizados, 2.390 (63%) de elefantes están sufriendo y viviendo en condiciones deplorables en 208 instituciones, y de estos, solo 279 (7%) viven en lugares con altos estándares de bienestar.
Como se detalla al comienzo de esta nota, los elefantes representan un gran porcentaje del negocio para los operadores de turismo debido a que ofrecen interacciones en espectáculos, paseos, baños o exposición para las fotografías que buscan ser compartidas en las redes sociales.
Audrey Mealia, Directora Global de Vida Silvestre en World Animal Protection afirma:
“Para muchos turistas, viajar a Asia y no tener un encuentro con un elefante es inconcebible, ya sea en un espectáculo, en un paseo o en un baño. Lamentablemente, estos turistas amantes de los elefantes que quieren vivir una experiencia única en la vida están apoyando la demanda de un gran problema que causa un sufrimiento inimaginable que pocos ven, pero que ocurre detrás de escena”.
“Estos animales inteligentes y sociables son las víctimas de un comercio que los explota en grandes cantidades. Los turistas necesitan saber la verdad: cualquier elefante al que usted pueda acercarse lo suficiente para tocarlo, es un elefante que ha sido sometido a un aterrador abuso. No solo se trata de los paseos o espectáculos al estilo de los circos, también aquellas oportunidades que ofrecen algunos llamados santuarios, orfanatos y centros de rescate para bañarse o tomarse fotos con los elefantes. Estos lugares no son inocentes, son crueles”.
Las consecuencias de la pandemia en la vida de los elefantes
El COVID-19 también ha mostrado la estrecha relación entre enfermedades que pueden transmitirse de animales a personas. La tuberculosis ha sido documentada tanto en elefantes como en los manhouts (sus cuidadores), aunque este riesgo para la salud humana es raramente publicitado.
El cambio debe empezar ya para proteger a los elefantes de Asia y por un período que gradualmente:
Debido al parate de la industria como consecuencia de la pandemia, muchos de los campamentos donde habitan los elefantes, se vieron obligados a cerrar y a despedir a su equipo de trabajo, por lo que quedaron pocos para cuidar a estos seres vivos. World Animal Protection ha proporcionado fondos a 13 campamentos que tienen prácticas éticas y amigables con los elefantes alrededor de Asia, para ayudarlos a superar estos momentos difíciles y así mantenerlos a flote.
Todos somos responsables de salvar al mamífero terrestre más grande del mundo
Como una solución sostenible y a largo plazo, la organización aboga por la prohibición de la reproducción en cautiverio de los elefantes utilizados para el turismo comercial, a fin de evitar que las futuras generaciones de estos animales sufran este trauma. Los turistas también tienen cierto poder sobre esto y pueden alejarse de las prácticas poco éticas y elegir lugares donde pueden ver a los elefantes en su hábitat natural o apoyar a los campamentos con altos estándares de bienestar.
Para la mayoría de los elefantes, no es posible volver a la libertad, así que un santuario real es la mejor opción. Estos lugares funcionan solo con un modelo de observación, que igualmente crean trabajos e ingresos para los locales que quieran unirse como cuidadores (manhouts).
World Animal Protection hace un llamado al mundo, desde los turistas y gobiernos, hasta los operadores de esta industria, para que asuman la responsabilidad y acaben con la explotación de animales silvestres, para siempre. Si hay menos demanda, habrá menos elefantes sufriendo.
La organización benéfica también hace un llamado a los líderes del G20 para que impongan una prohibición global al comercio de fauna silvestre y así eliminar las amenazas de futuras pandemias que pueden afectar nuestra salud y la economía.
Ecoportal.net
Fuente: World Animal Protection
Es una gran pena que personas inescrupulosas, sigan haciendo lo que les da la gana con otros seres que merecen respeto. Deben ser sancionadas con la cárcel. es inaceptable hacerse rico a costa del bienestar o la vida de otros seres, tanto de personas como de animales. Deben ir a la cárcel y pagar una indemnización por todos los tipos de daños que ocasionan.