Con el rebrote de enfermedades transmitidas por los mosquitos, los sapos y ranas han sido puestos en un pedestal por la creencia popular de que son claves para el control de estos insectos.
Pero lamentablemente, varias investigaciones sobre la alimentación de estos anfibios comprueban que ranas y sapos no serían claves en el control del mosquito Aedes aegypti.
El rebrote de dengue y zika ha puesto en alarma a la sociedad al punto de que se venden sapos por internet para el control de los mosquitos. La comunidad científica ha salido a desmentir que estos batracios tengan la capacidad de controlar la proliferación del Aedes aegypti, ya que solo significan un muy pequeño porcentaje en su dieta diaria.
Los estudios
Las investigaciones sobre la alimentación de ranas y sapos se viene realizando desde el año 1991 en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la Universidad Nacional del Litoral
El grupo de expertos en Herpetología, rama de la zoología que estudia a los reptiles y anfibios, lograron demostrar que en la dieta de las diferentes especies de sapos: Rhinella arenarum (sapo común), Rhinella schneideri (sapo buey o cururú) y Rhinella fernandezae (o sapito cavador), los mosquitos no son parte de ella, o los son mínimamente.
“En general, lo que más comen son coleópteros (escarabajos) y otras familias de insectos de especies terrestres. Dentro de la contribución de cada categoría de alimentos encontramos mayores cantidades de himenópteros (hormigas, abejorros, abejas y avispas) y ninfas de odonatos (libélulas en estado inmaduro). Las presas de mayor tamaño están representadas por arañas y milpiés”, explicó Rafael C. Lajmanovich, profesor titular de la cátedra de Ecotoxicología de la Escuela Superior de Sanidad “Dr. Ramón Carillo” (ESS) perteneciente a la FBCB.

El sapo es un controlador biológico
Sin bien el sapo no es la solución para el control de mosquito, resulta un aliado para combatir plagas en cultivos. Un estudio difundido en Agriculture Ecosystem and Environment que abordaba el tema de los anfibios como controladores biológicos en soja, así lo confirma.
Andrés Attademo explica: “Se examinaron los contenidos gastrointestinales de un total de 1963 presas dentro de las cuales identificamos 1.439 especies consideradas perjudiciales para las plantas de soja. En el mes de diciembre la presa consumida con mayor frecuencia fue la Acromyrmex spp, conocida vulgarmente como la ‘ hormiga cortadora de hojas ‘, mientras que en los meses de enero, febrero, marzo y abril fue bicho bolita o cochinilla“.
“Los resultados que obtuvimos nos permiten afirmar que los sapos podrían ser considerados como importantes agentes en el control biológico de especies perjudiciales en los cultivos de oleaginosas” concluyó.
Las fumigaciones son un problema
El uso de plaguicidas causan efectos letales y subletales en la población de anfibios según detalla Mariana Isabel Maglianese. Es necesario encontrar la manera de controlar al mosquito Aedes aegypti sin perjudicar a los anfibios que son claves para el control biológico natural en los ecosistemas.
Comprar un sapo por internet no es la solución al brote de enfermedades como en Dengue y el Zika. Es importante replantarse desde hábitos culturales como evitar acumular agua, juntar basura y mantener la limpieza de terrenos baldíos hasta el manejo de plagas en cultivos y las fumigaciones.
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