A lo largo de nuestra vida, las mujeres estamos acostumbradas a los cambios permanentes tanto en el plano físico como emocional. La menopausia es uno de estos cambios fuertes, que muchas veces generan inquietud o temor por la falta de información.
Hace unas décadas, nuestra esperanza de vida era mucho menor, por lo tanto la etapa de menopausia era reducida. Hoy, las mujeres somos más longevas gracias a la mejora de la calidad de vida, pero debemos afrontar por un período mayor las molestias y enfermedades de esta etapa.
Trastornos como sofocos, irritabilidad, insomnio, osteoporosis o enfermedades cardiovasculares pueden aquejarnos por unos años durante el climaterio.
Soluciones naturales para las molestias
Entre las soluciones más eficaces que presenta la fitoterapia se encuentra la soja, que reduce los sofocos hasta en el 50% de los casos y mejora el perfil lipídico ayudando a regular los niveles de colesterol.
Las isoflavonas que contiene la soja tienen una estructura química que les permite actuar en los mismos lugares que algunas hormonas femeninas, cumpliendo en parte el papel de los estrógenos, cuya disminución durante la menopausia puede provocar la aparición de sofocos, sudoraciones o enfermedades del corazón.
Si bien la soja es una de las más empleadas, existen otras plantas que pueden mejorar la calidad de vida de la mujer en esta fase.
Es importante conocer los efectos de cada planta y las posibles interacciones con otros fármacos ya que podrían estar alternado su efecto.
Hierbas para cada síntoma de la menopausia

Sofocos: junto a la soja, la cimicífuga es una de las plantas más eficaces en el alivio de los sofocos, ya que disminuye los niveles de LH, hormona luteinizante implicada en la aparición de la reacción vasomotora acompañada de taquicardia.
Ansiedad, irritabilidad e insomnio: la planta más popular para el tratamiento de estos trastornos es la valeriana, que mejora los estados de ansiedad, tensión e insomnio. Aunque no presenta toxicidad, puede potenciar el efecto de algunos antihistamínicos, antiepilépticos y barbitúricos.
Depresión leve: numerosos estudios científicos avalan la eficacia del hipérico, también conocido como hierba de San Juan, en el tratamiento de síntomas propios de la depresión leve, como el decaimiento y la pérdida de interés. Entre los efectos adversos de esta planta se encuentran la fototoxicidad. También puede interactuar con otros fármacos, especialmente con los empleados en el tratamiento del cáncer y sida, anticoagulantes y tratamientos hormonales.
Trastornos cardiovasculares: el gugul o gugulón, un árbol originario de India y Pakistán, está indicado para el control de las hiperlipidemias, hipercolesterolemias e hipertrigliceridemias. En las personas con propensión a desórdenes intestinales puede provocar diarreas. Debe utilizarse con precaución en el caso de disfunción hepática, hipertiroidismo o procesos diarreicos. Por otra parte, el hamamelis, un arbusto parecido al avellano, y la vid roja permiten mejorar la circulación periférica y los síntomas característicos de los procesos varicosos.
Dolores osteomusculares: la acción antiinflamatoria y analgésica del harpagofito, una planta herbácea originaria de Africa, facilita el alivio de las afecciones reumáticas degenerativas, artritis, tendinitis y otros dolores, como gota y lumbago. No es recomendable el consumo en casos de úlcera gástrica y duodenal.
Sobrepeso: entre las plantas más eficaces para combatir el sobrepeso se encuentran el té verde y la alcachofa. El té verde favorece la eliminación renal de agua y es coadyuvante en el tratamiento de la obesidad. Esta planta no presenta efectos adversos importantes, aunque por su contenido en cafeína no es recomendable el consumo en personas sensibles a esta sustancia. La alcachofa está indicada en dispepsias no ulcerosas, disfunciones hepatobiliares, hiperlipidemias, tratamiento del sobrepeso y regímenes especiales.
Envejecimiento de la piel: la onagra o prímula es eficaz en el tratamiento de trastornos cutáneos, (dermatitis atópica), procesos inflamatorios crónicos (artritis reumatoide) y previene el envejecimiento cutáneo. Además, se utiliza habitualmente para el tratamiento de ciertos síntomas premenstruales, como la mastalgia o dolor de mama. Puede interactuar con fármacos antiepilépticos y fenotiazinas, empleadas en el tratamiento de la esquizofrenia.
Otras recomendaciones para esta etapa
En cualquiera de los dos tratamientos, además, se debe recomendar:
- practicar ejercicio aeróbico periódicamente,
- llevar una dieta sana,
- evitar el tabaquismo,
- mantener una vida sexual activa,
- proteger el suelo pélvico
- y aumentar las actividades intelectuales.
Una vez controlados los síntomas y molestias y estando bajo control médico, la menopausia puede resultar una etapa de plenitud para reconectar con nosotras mismas.
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