Para frenar el cambio climático y cuidar al planeta Tierra, es clave la forma de producir y consumir los alimentos. Así lo advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO)
Del total de emisiones de Co2 anuales, el 34% provienen de la industria de la alimentación en etapas de producción, comercialización y consumo según datos de la FAO. En peso, esto equivale a unas 18.000 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono.
Pese a que el panorama es oscuro, van surgiendo a nivel mundial diferentes movimientos para revertir la situación. Tal es el caso de la reducción del consumo de productos de origen animal, la compra de productos de cercanía “Km 0”, la reducción de residuos “Zero waste”
El objetivo de estas tendencias es generar la menor huella ambiental posible durante el proceso de alimentación evitando, por ejemplo, la generación de residuos, especialmente los plásticos, y el desperdicio de comida.
Qué significa Zero waste?
Esta corriente aplicada al rubro alimenticio es posible de implementar poniendo en práctica algunas reglas básicas como evitar el uso de plásticos y envases de un solo uso. Esto se logra por ejemplo, comprando productos a granel y llevando su propio envase, preferentemente de vidrio.
También se pueden cambiar las pajitas o popotes de plástico por las de cartón, bambú o metal.
Si las frutas están algo “pasadas de maduro” la idea es repensar recetas para poder aprovecharlas. En caso de no ser posible, ofrecerlas a los animales como chanchos y gallinas y cómo última medida, compostarlas para que vuelvan a la tierra.
Otras formas zero waste
Desde Cero Residuo han hecho la siguiente lista con otros gestos que puedes tener en tu día a día para minimizar el impacto de la huella ambiental:
- Apuesta por una crema solar sostenible. Cada año se vierten en el agua entre 6.000 y 14.000 toneladas de crema solar en mares y océanos, dañando gravemente la fauna y flora del medio marino. Algas, corales y peces son algunos de los seres vivos afectados por la proliferación de los químicos en el agua. Es por ello por lo que podemos cambiar la tradicional protección por un solar natural, respetuoso con el medio ambiente y con nuestra piel.
- Di no a las botellas de plástico. Si en cuanto sales a la calle sientes la necesidad de comprar una botella de agua, ¿por qué no llevarla desde casa? Existen un sinfín de alternativas Residuo Cero a ellas como las botellas de acero inoxidable, la mejor opción ya que es un material muy higiénico que no retiene olores ni sabores.
- En verano, ahorrar agua es posible. Evita el despilfarro de esta fuente de vida con fáciles hábitos cotidianos como ducharte en vez de bañarte y hacer estas duchas más cortas, o cerrar el grifo cuando no lo estés usando o usar la lavadora y lavavajillas a plena carga y con el programa ECO.
- Sustituye las bolsas de plástico. Acostúmbrate a decir que no cuando te ofrezcan una bolsa de plástico para guardar la compra. Esto no significa que tengamos que llevar los artículos en la mano, para ello existen las bolsas reutilizables que nos sacaran de más de un apuro. Las hay de malla de algodón orgánico para guardar la fruta o de tela de algodón, entre otras opciones.
- Sí al café, no a las cápsulas. El café es necesario en cualquier época del año, pero en verano nos hace estar despiertos en las tardes de tanto calor. Sin embargo, ¿sabías que cada año se tiran a la basura la friolera de 7.000 millones de cápsulas de café en todo el mundo? Una excelente alternativa Zero Waste es optar por un filtro de café reutilizable fabricado en tela de algodón orgánico con certificado GOTS. Es apto para lavar a máquina y te durará muchos años.
- Pasa del plástico en la cosmética e higiene personal. si viajas o te desplazas, o incluso, si te quedas en casa, apuesta por los champús sólidos, jabones sólidos, pastas de dientes sin plástico, compresas de tela, copas menstruales, etc. Hay un amplio catálogo de productos para convertirnos en zero waste en este aspecto, sin dejar de cuidarnos. Por ejemplo, Armonia Cosmética Natural, cuyos envases son 100% reciclables y sus fórmulas son respetuosas con el medio ambiente. De hecho, están hechos con aluminio que es el segundo metal más empleado en arquitectura, transporte y ahora también en cosmética, debido a su gran maleabilidad, su resistencia y a su fácil reutilización, ya que el aluminio es completamente reciclable de manera indefinida y sin perder sus cualidades. Los champús de Armonía, además, están compuestos en un 96% por ingredientes naturales y tienen una fórmula vegana y libre de sulfatos. En cuanto a la higiene personal, usar copa mentrual en vez de tampones o compresas también reducirá considerablemente el impacto medioambiental.
- Ahorra dinero y cuida al medio ambiente con desodorantes en crema o sólidos. Es un producto que usamos a diario y más en verano que sudamos por las altas temperaturas. Sin embargo, los que vienen en formato aerosol son más complicados de reciclar, por lo que podemos sustituirlos por alternativas más sostenibles.
- Hay vida más allá del papel de aluminio o el papel film. Son otros de los reyes en cuanto a productos de usar y tirar. Los empleamos para envolver el bocadillo y demás snacks que nos llevamos a la playa o al picnic a la montaña sabiendo que su vida útil es cortísima. Pero existen otras opciones como porta bocadillos y snacks reutilizables y biodegradables, con cierre de botón ideal para transportar el sándwich. Muy interesantes son también los wraps de cera de abejas impermeables y moldeables indicados para llevar contigo snacks y otros alimentos pequeños.
- Reduce el uso de pañuelos o servilletas. Una gran opción es cambiar las tradicionales servilletas por servilletas de tela, de manera que la generación de residuos de tu día de picnic o de playa sea casi igual a cero. Cuando llegues a casa, solo tienes que introducirlas en la lavadora y estarán listas para la siguiente excursión.
- Haz compost con los residuos orgánicos. Aunque intentemos no desperdiciar comida y cocinar siempre lo justo para cada momento, es inevitable que haya restos de alimentos. Es el caso de la piel de patata o la cáscara de mandarina, por poner dos ejemplos sencillos. ¿La solución a estos deshechos? El compostaje, una técnica mediante la cual los residuos orgánicos se transforman en abono que podemos utilizar para nuestras plantas.
- Aprovecha el buen tiempo para comprar a granel. Disfruta del sol y olvídate de los supermercados convencionales con sus luces artificiales, donde lo encontrarás todo envasado en plástico desechable. Pasea por las calles y vuelve a los comercios locales, al mercado y a las tiendas a granel.
- Utiliza el tren o el autobús. El verano es sinónimo de viajes. Es por ello por lo que el tren o el autobús es más eficiente y contamina menos que ir en vehículo propio. Un autobús emite 68 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro, mientras que ir en coche propio representaría unos 105 gramos de CO2. Además, existen alternativas como viajar en vehículo compartido.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) estima que el coste económico directo de pérdidas o productos desperdiciados es de 900.000 millones de euros por año.
Con algunas de estas acciones, es posible evitarlo, es cuestión de compromiso y organización.
Ecoportal.net
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