La población maya para su subsistencia intervino en la naturaleza eliminando bosques para crear una red de humedales con el fin de hacer agricultura. Esta actividad pudo haber contribuido a aumentar las emisiones de CO2 y metano.
Como muchas de las civilizaciones que fueron aumentando en población y frente a las inclemencias del clima como sequías o inundaciones, los mayas actuaron en consecuencia convirtiendo bosques en estructuras agrícolas de gran escala y compeljidad por donde circulaba agua para asegurar el riego de los cultivos.
“Estos humedales perennes fueron muy atractivos durante las duras sequías mayas, pero estos también tuvieron que tener cuidado con la calidad del agua para mantener la productividad y la salud humana”, explica Sheryl Luzzadder-Beach, coautora del estudio publicado en la revista PNAS e investigadora en la Universidad de Texas en Austin (EE UU).
El nuevo trabajo es el primero en combinar imágenes obtenidas por lídar –mediante un escáner láser aerotransportado– con evidencias de excavaciones antiguas de cuatro humedales en la cuenca del Río Bravo en Belice, lo que comprende un área de más de 14 km2.
Los resultados revelan que uno de ellos, el llamado Birds of Paradise, es cinco veces más grande que el descubierto previamente. Los científicos además encontraron otro complejo de humedales aún más grande en ese país.
Así el estudio muestra que los mayas tuvieron “impactos antropogénicos más tempranos, más intensos y de mayor alcance” en los bosques tropicales que los conocidos previamente. “Estas grandes y complejas redes de humedales pueden haber cambiado el clima mucho antes de la industrialización, y estas pueden ser la respuesta a la pregunta de cómo se alimentó una gran civilización de la selva tropical”, indica Tim Beach, autor principal del estudio e investigador en la universidad estadounidense.
Mayor emisión de gases

Para desvelar el extenso campo de humedales antiguos y las redes de canales, el equipo obtuvo 250 kilómetros cuadrados de imágenes láser de alta precisión para mapear el suelo debajo del dosel del bosque pantanoso. En su interior, los científicos descubrieron evidencias de múltiples especies de alimentos antiguos cultivados, como el maíz, además de conchas y huesos de animales.
La extensión de estos sistemas pudo aumentar las emisiones de dióxido de carbono con la quema de vegetación y de metano
Según los investigadores, la extensión de estos sistemas pudo aumentar las emisiones de dióxido de carbono con la quema de vegetación y de metano. De hecho, el mayor aumento de este último gas hace entre 2.000 y 1.000 años coincide con la formación de estos canales, así como los de América del Sur y China.
“Incluso estos pequeños cambios pudieron haber calentado el planeta, lo que proporciona una perspectiva aleccionadora para el orden de magnitud de los cambios más grandes durante el siglo pasado que se acelerarán en el futuro”, subraya Beach.
Los investigadores plantean la hipótesis de que la huella del humedal maya pudo ser aún mayor e imperceptible debido al arado, la degradación y el drenaje modernos. Los hallazgos se suman a la evidencia de los primeros impactos humanos en los trópicos, y plantean la hipótesis del aumento del dióxido de carbono atmosférico y el metano por la combustión, la preparación y el mantenimiento de estos sistemas de campo que contribuyeron al Antropoceno temprano.
Referencia bibliográfica:
Timothy Beach et al. “Ancient Maya wetland fields revealed under tropical forest canopy from laser scanning and multiproxy evidence” PNAS 7 de octubre de 2019.
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