Los gorditos simpáticos y contentos como quien suscribe, las reposteras/os y degustadores de tortas, recurrimos muy frecuentemente a diferentes bebidas, como un cognac, para lograr humedecer y dar sabor diferente a las tortas y masas varias.
Solamente con el ánimo de compartir una receta que mucho rédito me da a la hora de disfrutar de un verdadero cognac artesanal, o al llevar de regalo a mis amistades. Esto es diferente y personalizado, puesto que con una buena etiqueta (nacida de la inspiración computarizada o por obra de un Corel), logramos también un toque personal y diferenciador.
La receta es barata y sencilla. Recomiendo hacer dos preparados para añejar uno de los dos y compartirlo con un chocolate o un puro (me fui de la ecología) según el placer.
Para hacer el cognac necesitamos:
- Una damajuana de vidrio de 5 litros con tapón de corcho.
- Veinte (20) ciruelas secas con carozo.
- Veinte (20) almendras con cáscara (enteras).
- Un (1) litro de alcohol puro de 96 º de botella de vidrio.
- Dos litros de agua destilada hervida y dejar entibiar.
- Voluntad y paciencia para esperar un tiempito.
A las ciruelas, digo manos al emboque:
Hacer pasar las ciruelas y las almendras (previamente lavadas) por el pico de la damajuana. Agregar el litro de alcohol y el agua tibia. Tapar y dejar reposar por lo menos dos meses.
Si queremos un cognac más oscuro, agregar un poquito de azúcar quemada a la mezcla.
¿Y para la torta?
Cualquier cosa menos nuestro cognac.
Un abrazo a todos y hasta otra receta, porque como buen Abogado soy buen Gourmet
José C. Corbatta