Para lograr una huerta sana sin el uso de productos químicos, se puede recurrir a algunas prácticas agroecológicas como la combinación de una diversidad de plantas: flores, aromáticas, hortalizas y frutales.
Las plantas aromáticas y medicinales aumentan la biodiversidad de la huerta llevándola a un equilibro natural, donde conviven armoniosamente hortalizas, flores, hierbas y yuyos.
La agroecología surgió en la década del ‘70, y recupera algunos principios de la ecología y los aplica a la gestión de sistemas productivos más sustentables y amigables con el ambiente.
Flores para la huerta
Se suelen utilizar entre la huerta plantas florales como Caléndula (Calendula officinalis) o Taco de Reina o Capuchina (Tropaeolum majus) Se las conoce como “plantas trampa”, porque el color amarillo o anaranjado de sus flores resulta un atractivo para los pulgones. Cuando estos insectos aparecen en la huerta, son las primeras especies en afectarse y no se diseminan por otras plantas.
Además, es más sencillo el control de esta plaga ya que se concentra en estas florales. Una opción además de plantarlas directo en la huerta, es preparar macerados que, además, sirven para repeler gusanos, pulgones, chinches y orugas cortadoras.

Macerado de flores
Caléndula
Macerar una taza de hojas y flores de Caléndula en medio litro de agua durante un día.
Luego, filtrar la mezcla con un lienzo fino.
Diluir en 1,5 litros de agua con una cucharada de jabón blanco.
Pulverizar sobre las plantas al atardecer.
Taco de Reina
El Taco de Reina ahuyenta las chinches de los zapallos y los pulgones y moscas blancas que atacan rosas, frutales y hortalizas. También funciona como “planta trampa” para captar pequeñas avispas predadoras e insectos minadores –característicos de los cítricos– y, por su tipo de crecimiento extensivo, se utiliza como cobertura de suelo.
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