¿Cultivo de soja libre de deforestación? ¿Paraguay es ejemplo de nación sostenible? La nueva “propaganda” verde.
El Instituto Nacional Forestal (INFONA) presentó un informe (1) que muestra que el 94,5% del área cultivada con soja en la región Oriental de nuestro país se encuentra completamente libre de deforestación. Estos datos han sido utilizados por el presidente Santiago Peña en muchos discursos públicos, el más importante de los cuales fue su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El presidente defendió el argumento de que Paraguay es un ejemplo de país responsable y “sostenible” porque promueve el desarrollo económico minimizando el impacto del cambio climático.
Estas declaraciones se alinean claramente con la agenda política y representan los intereses de los agronegocios, las finanzas y los terratenientes transnacionales. Ante estos hechos concretos, es necesario revelar ciertos elementos para que entendamos que en realidad la situación no es la que se afirma.
1- El informe de INFON sobre la soja no ofrece nada nuevo. Y también menosprecia a los demás
En resumen, el hallazgo clave del informe (2) es que el 94,5% de la soja cultivada en la región oriental no requirió deforestación previa entre 2005 y 2022. Uno de los principales argumentos del informe es la clara implementación de la “Ley de Deforestación Cero” desde 2004.
A primera vista, esta información parece extremadamente importante desde el punto de vista de la protección del medio ambiente. Sin embargo, si miramos un poco más de cerca el contexto general que rodea a la deforestación histórica y actual, nos damos cuenta de que claramente no nos dicen nada.
Por un lado, hay que demostrar que la deforestación en la región oriental tuvo lugar mucho antes. La deforestación masiva en la región oriental aumentó en la década de 1970 con el surgimiento de la agricultura mecanizada basada en la soja bajo tenencias de capital extranjero.
Deforestación en dictadura para plantar soja
En 2005, había un millón setecientas mil hectáreas (1.700.000 hectáreas) de bosque en la región oriental del país, frente a más de 8.500.000 hectáreas hace cuarenta años. Esta deforestación fue facilitada por la dictadura de Castro a través de planes de expansión agrícola, préstamos preferenciales a grandes terratenientes y especulación inmobiliaria tras la construcción de carreteras y dos grandes represas (Itaipú y Yacireta).
Los datos muestran: en 1945, había 8,8 millones de hectáreas de bosques en la región oriental del Paraguay, es decir, cubrían el 55% del territorio definido. Sólo 40 años después, en 1985, la superficie forestal restante se había reducido a más de 3,5 millones de hectáreas: más de 5 millones de hectáreas habían desaparecido, una disminución media de 125.000 hectáreas por año.
La deforestación aumentó especialmente entre 1968 y 1976, coincidiendo con la expansión de la frontera agrícola, la introducción del cultivo de soja de capital extranjero y la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú.
Durante este período, la deforestación promedió 212.000 hectáreas por año.
En 1991, la superficie forestal había disminuido a 2,4 millones de hectáreas, lo que representaba el 15% de la región Oriental (3). Además, en 2005 quedaron menos de un millón setecientas mil hectáreas de bosque en la región oriental del país, frente a las más de ocho millones quinientas mil hectáreas de hace 40 años atrás.
La deforestación no se ha detenido en el país ante el avance de la soja
Por otro lado, cabe señalar que si bien la deforestación en la región Oriental ha disminuido desde 2005, no se ha detenido a nivel nacional. Al contrario: en el siglo XXI la deforestación en el territorio de Paraguay se concentra en el Chaco.
Esto se debe a la migración de ganado hacia el Chaco tras la ampliación de las fronteras agrícolas en la región oriental con el fuerte desarrollo de monocultivos de soja transgénica. Estos cultivos pasaron de una producción de 3.000.000 de toneladas en 1.176.448 hectáreas en 2000 a una producción de casi 10.000.000 de toneladas en 3.500.000 hectáreas en 20144.
En este contexto, una parte importante de la producción ganadera se concentra en el Chaco: alrededor del 45% del hato bovino total se encuentra en la región Occidental, un aumento significativo en unos diez años cuando era sólo el 38% en esta región. En cuanto a la superficie dedicada a la ganadería, el 67,9% se ubica en la región Occidental y el 32,1% en la región Oriental (USDA, 2022).
Este proceso también se refleja en la dinámica de la tasa de deforestación en el territorio: desde 1986, el 88,4% de los pastizales plantados bajo bosque estaban en el Chaco y el 11,6% en la región oriental. Al mismo tiempo, el 66,3% de los pastizales plantados en campos naturales se ubican en la región Occidental y el 33,7% en la Oriental.
Cambios de uso en el suelo
Cabe señalar que en un período de 10 años, una superficie de alrededor de 2,5 millones de hectáreas que han sido registradas para cambio de uso de suelo se convertirán en pastos para ganado, con un volumen promedio de unas 250.000 hectáreas por año según el INFONA.
Incluso está algo claro que la deforestación disminuirá desde la aprobación de la Ley de Deforestación Cero.
Sin embargo, esto se debe al simple hecho de que casi todo lo que se puede registrar ya está registrado, y no a ninguna “responsabilidad” ambiental por parte de las corporaciones multinacionales ni nada parecido.
2. Utilizar los datos del informe para afirmar que Paraguay es un ejemplo de sostenibilidad económica y ambiental es altamente engañoso
El actual Presidente de la República, con base en estos datos, afirma que Paraguay es un ejemplo positivo en materia ambiental porque es capaz de equilibrar producción y cuidado ambiental. Lo mencionó en su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas (5).
Teniendo en cuenta que Paraguay es el segundo país más deforestado de América del Sur, estas afirmaciones son infundadas.

El gráfico anterior muestra que Paraguay tiene una tasa de deforestación más alta que países de mucho mayor tamaño y escala como Argentina y Colombia.
En términos de deforestación, nuestro país ocupa el segundo lugar después de Brasil, un país mucho más grande que nosotros en términos de superficie y población. Por otro lado, cabe señalar que la participación de Paraguay en las emisiones de gases de efecto invernadero se debe principalmente a la deforestación.

Según MADES (2023), el 41,26% de los gases de efecto invernadero a nivel nacional provienen del cambio de uso del suelo (que es otra palabra encubierta para no declarar que se trata de deforestación) y el 39,98% de la agricultura (que incluye incluir a la ganadería).
Estos datos muestran claramente la importancia de la deforestación desde la perspectiva de la contaminación ambiental.
Como el segundo país de América del Sur con la tasa más alta de pérdida de árboles y deforestación, una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero, es irónico afirmar que somos un país modelo en materia de sostenibilidad.
Referencias sobre la soja en Paraguay
1 Disponible en: https://nube.infona.gov.py/index.php/s/72DaFWHGPjgAbWA#pdfviewer
2 Cabe recalcar que en el presente escrito no se hace una crítica a la metodología utilizada en el informe. Si no más bien en la interpretación de las conclusiones por parte de las autoridades.
3 https://www.wrm.org.uy/es/articulos-del-boletin/paraguay-la-ley-de-deforestacion-cero-en-la-region-oriental
4 https://www.mades.gov.py/wp-content/uploads/2019/06/ENBCS-Final.pdf
5 https://twitter.com/SantiPenap/status/1704270363088052569?t=zIIUnUHPjDOmzNBkAOIGKw&s=08
6 Disponible en: https://unfccc.int/sites/default/files/resource/Cuarta%20Comunicaci%C3%B3n%20Nacional%20de%20Paraguay_UNFCCC%5B1%5D.pdf
Ecoportal.net
Con información de: https://www.baseis.org.py/