Con el jabón derretido, puedes hacer un montón de cosas divertidas. Además de ser una forma genial de ahorrar dinero en jabones líquidos para las manos y otros productos de higiene personal.
Si tienes restos de jabón que pensabas tirar, ¡no lo hagas! Puedes aprovecharlos para hacer tu propio jabón económico para las manos o el cuerpo. Con unos pasitos muy sencillos, puedes derretir el jabón y utilizarlo para cualquier cosa que se te ocurra.
Método 1 Deshacer restos de jabón en la cocina
Junta todos los pedacitos de jabón viejos que encuentres. Deben sumar 100grs. (4 onzas), que es más o menos el peso de una barra de jabón normal. Si quieres, también puedes usar una barra entera que te guste para hacerla a tu gusto cambiando su color, forma, aroma…
¡Cualquier barra que tengas a mano está bien, ya sea completa, en trocitos o sobras!
Troza pequeño el jabón utilizando un rallador de queso. La idea es deshacer los trozos grandes y convertirlos en fragmentos más pequeños para facilitar su fusión con el calor.
Si no tienes un rallador de queso a mano, ¡no te preocupes! Puedes utilizar un rallador de cortezas de cítricos o incluso un pelador de papas para sacarle provecho, hasta un cuchillo muy afilado cortando lonjas muy finas.
Primero tienes que calentar los pedazos de jabón en una cacerola con como 8 o 9 tazas de agua. Pon la cacerola a fuego medio o bajo hasta que el jabón se derrita. Si quieres hacer uno más cremoso para el cuerpo en lugar de uno líquido para las manos, pues usa menos agua. Entre más agua le eches al producto, más aguado quedará.
No hay de qué preocuparse si quieres reutilizar una cacerola de cocina y no quieres contaminar la comida con residuos de jabón. Una opción es elegir una viejita específicamente para derretir el jabón, o incluso puedes comprar una baratita y usada en una tienda de segunda mano. Así estarás tranquilo/a y económicamente astuto/a.
Quita la olla de la hornalla de la cocina cuando esté ya derretido. Déjalo tapado por unas 12 a 24 horas para que se ponga más espeso durante la noche. Si no tiene la consistencia que deseas, puedes calentarlo nuevamente y hacer los ajustes necesarios.
Si aún no te fías de que quede consistente, dale una pasada con la batidora o licuadora para mezclarlo mejor. ¡Así no te quedará ninguna duda!
Método 2 Suavizar el jabón en el microondas
Tienes que cortar el jabón en cubitos y ponerlos en un tarro de vidrio, no de plástico. Los tarros de vidrio son mejores porque los de plástico podrían hacer que el aceite aromático se escape del jabón llenando de olor tu horno microondas.
Si estás pensando en hacer tus propias barras de jabón, asegúrate de pesar la cantidad justa antes para que encaje perfecto en el molde que vayas a utilizar. ¡No querrás quedarte sin espacio o tener demasiado jabón!
Si no sabes cuánto cabe en el molde, simplemente llénalo con agua y luego viértelo en una taza medidora. Así podrás saber con certeza la cantidad adecuada.
La verdad es que lo ideal sería añadir un poquito más de lo que cabe en el molde, así te aseguras de tener suficiente para que tu receta salga perfecta. No te preocupes por excederte un poco, ¡más es siempre mejor en este caso!
Envuelve el recipiente de vidrio con un film plástico apto y mételo en el microondas. Cubrirlo es clave para mantener la humedad dentro. Caliéntalo en intervalos de 30 segundos para asegurarte de lograr la consistencia deseada y que quede perfecto.
¡Ojo con calentar demasiado, que lo puedes arruinar! Mejor ir despacito y con buena letra para no echar a perder todo.
Dale unas vueltas al jabón para asegurarte de que se derrita por completo. Échale un vistazo para ver si hay grumos. Si encuentras alguno, simplemente vuelve a tapar el jabón y mételo en el microondas por otros 30 segundos.
Método 3 Derretir el jabón con agua hirviendo
Para desmenuzar el jabón, puedes utilizar un rallador de queso o incluso un pelador de patatas. Si cortas los trozos grandes de jabón antes, será mucho más sencillo derretirlo después. ¡Anímate a probarlo!
Ah, también puedes cortar las barras de jabón en cubitos si las tienes. Es una forma práctica de utilizarlas.
Toma una olla y llénala de agua. Ponla al fuego para que hierva. Si sabes cómo hacerlo, puedes optar por el método del baño María. Pero si no, una olla mediana también puede funcionar.
Pon los pedazos en un frasco de vidrio y coloca el frasco sobre una cacerola con agua caliente. El calor del agua hará que poco a poco el jabón se derrita.
Si estás usando jabón de leche de cabra, te sugiero que agregues una cucharada de agua por cada dos tazas de jabón. Esto ayudará a evitar que los pedacitos de jabón se peguen entre sí. ¡Así será mucho más fácil usarlo sin problemas!
Muévelo cada tanto. Hazlo seguido para que los pedazos empiecen a derretirse. Pero ojo, si lo agitas demasiado, podrían salir burbujas. Lo mejor es darle una buena mezcladita cada cierto rato, más o menos.
Si los pedazos no se derriten, échale otra cucharada de agua poco a poco, pero no te pases de 3 en total.
Cuando veas que el jabón esté muy suave, sácalo del fuego. Pero no te preocupes si no queda perfectamente suave, es normal que tenga algo de textura.
Para finalizar…
Una vez que tengas derretidos los trozos con cualquiera de estos métodos, puedes agregarle color con colorante vegetal de repostería, o comprar colores especiales para jabonería.
También puedes sumarle aroma, con aceites esenciales como lavanda para un efecto relajante, limón refrescante o romero revitalizante. Sabrás elegir el aroma de acuerdo a tu gusto y necesidad.
La forma del molde también le dará el toque final. Puedes hacer simplemente una barra y cortarla en lonjas gruesas o conseguir moldes de silicona de las formas más variadas.
Así que de ahora en más, a guardar cada pedacito de jabón y manos a la obra!
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