La dieta antiinflamatoria es aquella que huye de los alimentos procesados y se decanta por el consumo de alimentos naturales, consiguiendo un estado mayor de bienestar general. No se considera un plan de adelgazamiento para quitarse unos kilos de más, sino que lejos de ser transitoria, debe convertirse en un estilo de vida, prolongándose en el tiempo
Tal y como nos comenta la Dra. Belaustegui del blog Vida Potencial, el objetivo de la dieta antiinflamatoria es disminuir la inflamación crónica del organismo. Es un modo de alimentación que trae muchos beneficios, ya que la salud del cuerpo depende, en gran medida, de los alimentos que se consumen.
Como se sabe, una dieta inadecuada hace que el cuerpo se resienta, pierda energía y abra la puerta a posibles enfermedades. En la actualidad, se abusa de los alimentos ultraprocesados, con exceso de conservantes, de aceites refinados y de azúcar y, además, pobres en vitaminas, minerales y otras sustancias necesarias para mantenerse sanos. Es habitual que aparezcan diferentes síntomas, como cansancio, debilidad, dolores de cabeza, entre otros. Son indicadores claros de que hay que cambiar el tipo de alimentación.
Beneficios de llevar una dieta antiinflamatoria
Muchas enfermedades metabólicas, tales como la obesidad, están relacionadas con un proceso inflamatorio que se puede controlar con la alimentación. La dieta antiinflamatoria tiene como objetivo cuidar la salud a través de los alimentos que se ingieren, en los que abundan las frutas y verduras frescas y se huye de los alimentos procesados, con excesos de grasas y azúcares. Estos son algunas de las razones por las que se debe seguir este tipo de alimentación.
1. Una dieta para todos y para siempre
Esta es una de sus principales ventajas, especialemente para las familias, ya que no se trata de hacer un régimen para perder peso, sino de mantener de forma permanente un estilo de vida saludable en el que la alimentación juega un papel esencial. Por ese motivo, es ideal para toda la familia, incluidos los niños, porque consiste, simplemente, en comer sano. Aunque los niños, con caracter general, son reticentes a comer vegetales, de forma progresiva pueden ir acostumbrando su paladar y contarán con todas las vitaminas, minerales, proteinas y resto de nutrientes que necesitan para crecer fuertes y sanos.
A diferencia de cualquier dieta común, que se sabe que no se puede llevar a cabo permanentemente, esta sí, de hecho es lo más recomendable.
2. Alimentación sana igual a control de peso
Aunque como ya se ha comentado no es una dieta pensada para bajar de peso, llevar una aliemntación saludable ayuda a mantener el cuerpo en el peso ideal. No se trata de dietas milagros donde se ven los resultados en pocas semanas, pero no cabe ninguna duda de que llevando un consumo de alimentos equilibrado y practicando ejercicio con regularidad, el organismo se mantenedrá en un peso adecuado.
En este sentido, hay que tener en cuenta que es el azúcar y las harinas refinadas los principales responsables del aumento de peso progresivo. Eliminándolos de la dieta, también se irán poco a poco los kilos de más.
3. Mayor control del oxígeno en el deporte
Gracias a la dieta antininflamatoria, el organismo consigue una mayor fluidez y contención del oxígeno cuando se practica una actividad física. En la práctica deportiva, se siente menos fatiga y malestar. Además, las diferentes afecciones que sufre el cuerpo por consumir alimentos no recomendables desaparecerán con tan solo ingerir productos más saludables y que aporten más nutrientes al cuerpo.
Todos estos nutrientes ayudan al organismo a recuperarse mejor tras un sobreesfuerzo realizado por alguna práctica deportiva.
4. Limpieza del hígado
Tomar una dieta antiinflamatoria de forma continuada permite al organismo eliminar toxinas más fácilmente. Eso, además de un bajo consumo de grasas perjudiciales, beneficiará a diferentes órganos, entre los que se encuentra el hígado, que funcionará mejor y podrá llevar más facilmente su limpieza y depuración.
5. Aumento de la vitalidad
La inflamación del cuerpo va acompañada de pesadez, malestar, falta de agilidad, cansancio, fatiga… Estos factores hacen que la persona que la padece no sienta bien en su día a día, se le haga más pesado y, además, tienda al sedentarismo por falta de energía.
Como un pez que se muerde la cola, la inflamación favorece, de este modo, el aumento de peso, la obesidad… Sin embargo, una dieta antinflamatoria es una dieta saludable que le aporta al cuerpo todo lo que necesita para funcionar correctamente, por lo que las personas que la siguen no solo se notarán más deshinchados, más ligeras, sino mucho más llenos de vitalidad y energía.
Estas nuevas sensaciones llevará a las personas a querer hacer más cosas, a mantenerse más activas, ya sea con la práctica de algún deporte o simplemente saliendo a nadar o a pasear. Por este motivo, tal y como se insistía desde el principio de este artículo, lejos de ser una dieta transitoria con un objetivco concreto, llevar este tipo de dieta es el objetivo en sí mismo para mantenerse saludable.