Quienes buscamos llevar una vida más saludable comenzamos un camino de fuertes cambios de hábitos. Lo primero que solemos replantearnos es nuestra alimentación cuando nos enteramos de la cantidad de agroquímicos que poseen y de los perjuicios de los ultraprocesados. Pero ¿qué pasa con nuestra piel? ¿Somos conscientes de que es el órgano más grande de nuestro cuerpo y que por ella también nos “alimentamos”?
Muchos de nosotros estamos en pleno cambio hacia una vida más saludable. Nos damos cuenta que los alimentos que nos ofrece la industria no son del todo buenos, nos volcamos a los mercados de alimentos orgánicos y en el mejor de los casos, tenemos la oportunidad de cultivar nuestra propia comida.
El siguiente paso, en este replanteo de nuestra forma de vida, es cambiar nuestros hábitos de higiene. ¿Con qué nos lavamos los dientes? ¿Qué cremas colocamos en nuestra piel? ¿Qué champú usamos para nuestro cabello? Así, nos enteramos que la piel es el órgano más grande que tenemos y que por él se generan intercambios con el medio, pudiendo absorber también sustancias nocivas para nuestra salud.
¿Comerías algo que contenga derivados del petróleo?
Esta pregunta parece exagerada, pero una vez que comprendemos que por la piel también nos alimentamos, comenzamos a comprender por qué usar champú natural, como así también a inclinarnos a elegir productos más saludables para nuestra higiene personal en general.
En el caso particular de nuestro pelo y cuero cabelludo es habitual que con el uso de champús, cremas de enjuague, baños de crema y otros productos similares, estemos siempre buscando y cambiando de marca. Tarde o temprano el cabello, que en un principio parecía verse bien en los primeros usos, luego se vuelve opaco, pesado, sin vida, incluso en algunos casos puede aparecer picazón en el cuero cabelludo, caída o problemas como caspa y seborrea, y hasta problemas hormonales.
Esto se debe a que los productos de cuidado capilar convencionales contienen ingredientes que no resultan saludables para nuestro cabello. La lista de estos químicos tóxicos es larga… solo por mencionarlos en forma general encontramos: Conservantes – Siliconas – Detergentes – Fragancias – Espesantes – Aditivos extra – Estabilizadores – Emulsionantes – Colorantes.
Ingredientes tóxicos a evitar:
Parabenos
El Parabeno es un tipo de conservante que se usa habitualmente en el champú, entre otros productos de higiene y cosméticos con el fin de que duren más en el tiempo.
Algunos estudios han demostrado que los Parabenos pueden aumentar la hormona estrógeno (hormona femenina) y pueden contribuir al riesgo de sufrir cáncer, especialmente el cáncer de mama en el caso de las mujeres.
El Parabeno además puede ocasionar efectos secundarios como por ejemplo eccemas en la piel.
Podemos detectar este ingrediente bajo los nombres de metilparabeno, etilparabeno, bencilparabeno o butilparabeno leyendo las etiquetas del producto.
Lauril sulfato de sodio (SLS)
Este componente es un tensioactivo cuya función es que el champú genere mucha espuma en contacto con el agua.
Erróneamente asociamos mayor cantidad de espuma con mejor higiene, pero estos sulfatos pueden resecar el cabello y hacer que pierdan sus aceites y humedad naturales. Además, pueden irritar el cuero cabelludo y ocasionar pérdida de cabello.
Formaldehído
El formaldehído puede dañar el ADN y ocasionar la caída del cabello en caso de una exposición excesiva. Nuevos estudios también advierten que este ingrediente aumenta el riesgo de padecer cáncer e irritar nuestra piel.
Debemos prestar especial atención a los productos de higiene capilar que ofrecen una función para control del freez o alisado porque además de queratina, pueden contener formol.
Ftalato
Los ftalatos, se utilizan como disolventes, como vehículos de los aromas o deotros ingredientes cosméticos, o como desnaturalizador del alcohol. Son disruptores endocrinos, lo que significa que pueden adelantar la pubertad en las niñas y reducir el recuento de espermatozoides en los niños. También es muy peligroso para el medio ambiente.
Propilenglicol
El propilenglicol también se encuentra en productos para el cuidado del cabello. Puede irritar el cuero cabelludo y producir molestias como picazón, sequedad y caspa en la piel. También ocasiona un exceso de sequedad, debilitamiento y decoloración del cabello.
Alcohol isopropílico
Los alcoholes que se usan comúnmente en los productos para el cuidado del cabello pueden hacer que su cabello quede extremadamente seco. Es necesario evitar alcoholes como el propanol y el isopropilo. Se utilizan principalmente como agentes espesantes en champús y es una de las causas más importantes de daño y caída del cabello.
Triclosán
Este controvertido ingrediente es un poderoso agente antifúngico y antibacteriano y puede estar presente en champú anticaspa. Puede ocasionar graves problemas como el aumento de padecer cáncer y afectar al sistema reproductivo.
Cómo elegir un producto capilar saludable
Cuantas más palabras difíciles de leer y pronunciar tenga una etiqueta de un champú, seguramente será menos saludable. Lo importante es que empecemos a reconocer las sustancias tóxicas que se encuentran en las formulaciones de los productos de higiene y evitemos usarlos.
Debemos prestar también atención a las estrategias de marketing engañosas. Muchas veces los envases vienen con leyendas como “Producto Bio” “Producto con ingredientes naturales” “Sin químicos” y similares que nos confunden. Es clave que nos tomemos unos minutos para leer las etiquetas antes de comprar.
Champú sólido, una buena opción
Seguramente en el último tiempo hemos escuchado mucho acerca del champú sólido como opción natural para quienes buscamos una higiene más saludable.
Que sea sólido, no implica que sea 100% natural. Muchas marcas comerciales están adoptando este formato como estrategia de marketing, pero al leer las etiquetas, son más de lo mismo.
Si queremos un champú sólido realmente natural, debemos contactarnos con fabricantes responsables, que certifiquen sus ingredientes o con emprendedores locales de confianza.
Este tipo de champú no sólo que no resultan nocivos para nuestro cabello, sino que lo higienizan de manera saludable buscando nutrirlo con ingredientes naturales. Muchos de sus componentes muchas veces suelen ser de origen sustentable o ecológico, lo que suma un punto extra a la hora de elegirlos.
Además, el champú sólido es fácil de transportar, no hay riesgo de derrames y son muy duraderos. Pero por sobre todo, no hace falta un envase que los contenga, de esta manera evitamos generar residuos contaminantes. Suelen comercializarse en envases biodegradables como cajitas de cartón o papel que podemos compostar fácilmente.
Como vemos, el champú sólido nos ofrece muchas ventajas a la hora de higienizarnos cuidando nuestra salud. Se trata de un buen cambio de hábito para quienes estamos en la búsqueda de habitar la tierra de una manera más respetuosa.