El suplicio de un león y las rápidas consecuencias

La conciencia social ecológica experimenta un crecimiento político ascendente, que se desliza por todas partes en forma acelerada, gracias a los medios electrónicos que ha creado el orden social existente. Las informaciones del Internet, radio y  televisión sobre las crisis de la naturaleza se propagan con la velocidad de un rayo, produciendo la sensación de dar varias vueltas el orbe terrestre. La existencia de distintas fuentes de noticias complementa el panorama informativo y motiva, a su vez, inmediatas reacciones de respuesta.

¿Qué es la crisis ecológica?

La ecología política basa su teoría y praxis en la reflexión y acción en la lucha contra la llamada “crisis ecológica” y en la propuesta de nuevos modelos de producción y consumo compatibles con los límites ecológicos del Planeta y la justicia y ética socio-ambiental. Pero ¿qué llamamos exactamente crisis ecológica? ¿En qué fenómenos concretos se manifiesta y qué relaciones guarda con el sistema socio-económico actual?

¿De verdad soy ecológico?

Se nos olvida que puedo decidir si cambio de móvil, si cambio de vehículo, si compro latas de aluminio, si adquiero botellas de plástico por muy reciclables que sean, si cambio de ordenador o de cámara fotográfica, si voto o no… Puedo decidir si actúo o no. Es mi responsabilidad. Debo aceptarla. Lo demás es una negación, sólo colabora a mi inmadurez y a que no sea coherente entre lo que pienso, hago y digo.

Del anticapitalismo y el ecologismo como alternativa política

Anticapitalismo es el término que se ha ido imponiendo para designar un horizonte de ruptura con el actual orden de cosas. A menudo se señala críticamente el carácter negativo del concepto, pero esto es sólo una verdad a medias puesto que el anticapitalismo, como lo entendemos buena parte de quienes nos situamos en este campo, desemboca directamente en la formulación de propuestas alternativas a las políticas dominantes que apuntan hacia otro modelo de sociedad.