Agua potable: El planeta en crisis

De todas las crisis sociales y naturales que debemos afrontar los seres humanos, la de los recursos hídricos es la que más afecta a nuestra propia supervivencia y a la del planeta. Ninguna región del mundo podrá evitar las repercusiones de esta crisis que afecta a todos los aspectos de vida, desde la salud de los niños hasta la alimentación de los seres humanos.

Perú: Entre la codicia, la indiferencia y la ignorancia

Al gobierno del señor García no le importó que el proyecto Minas Conga esté ubicado en cabecera de cuenca de las provincias de Cajamarca-Celendín y Hualgayoc y a través del ANA autorizó el uso de las aguas. A él no le interesó el futuro de los ríos Jadibamba, Chirimayo, Chugurmayo, Punre y Rejo, afluentes del Sendamal (Celendín), Chaullagón, afluente del Chonta (Cajamarca) y el Quengorío, afluente del Llaucano (Bambamarca). No le pareció importante que en el lugar se ubiquen más de 20 lagunas y que exista un complejo de humedales circundantes. El agua escasea y escaseará cada vez más. Seguramente muchos ojos de agua y algunas cataratas se perderán.

Minería y crisis del agua

Actualmente 31 países, habitados por menos del 8% de la población mundial, están enfrentando déficit crónicos de agua dulce. Pero para el año 2025 se prevé que 48 países enfrentarán estos déficit, que afectarán a más de 2 mil 800 millones de habitantes, es decir, el 35% de la población mundial proyectada. Los países ricos consumen, por término medio 12 veces más agua que los países pobres. Del total consumido, el 85% lo es por el 12% de los seres humanos que habitan la Tierra.

Agua y Minería Transnacional. Desigualdades hídricas e implicaciones biopolíticas

El presente trabajo analiza la incidencia de la minería metalífera transnacional en la producción económicopolítica de la ‘escasez del agua’ y su impacto en la profundización de las desigualdades hídricas a nivel mundial. En clave de ecología política, se procura desnaturalizar la noción misma de ‘agua’, devolviéndole su complejidad en tanto recurso y fuente de poder clave en la dinámica de las sociedades humanas. Para ello se contraponen las concepciones del agua propias de las culturas pre-modernas con la visión que la razón científica moderna inaugura de la misma.

El agua. Un problema para quien mira sin ver… por los demás. “La estrategia del pie de la montaña”

Desarrollar un modelo “mesoamericano” del manejo de los recursos hidráulicos, permitirá grandes ventajas como evitar los escurrimientos rápidos de las aguas pluviales que erosionan los piedemonte y provocan catástrofes en los asentamientos humanos y una mejor preservación de la flora y la fauna silvestre, privilegiando aquellas que son favorecidas por los microclimas de las cañadas. Contribuirá a la recarga de los mantos acuíferos del subsuelo, los cuales alimentan los pozos; evitará sustancialmente gran evaporación de agua que ocurre en los vasos de las grandes presas; amortiguará en gran medida el proceso de calentamiento del ambiente por la desertificación de los valles centrales; y finalmente contribuirá a la preservación de la pocas áreas que quedan destinadas a la agricultura de pie de monte y del lecho de los valles.

La problemática del agua dulce

El problema de la falta de agua para uno de cada cinco habitantes del planeta no es un problema de carencia, sino de mala gestión. Se hace necesario crear una nueva cultura del agua, en la cual se priorice su uso como un derecho humano inalienable y se realice una gestión ecosistémica sustentable de este recurso, en lugar de considerarlo, como se hizo hasta ahora, como un mero producto mercantil.

Informe Especial, “Agua que no has de beber”: ¿El agua tapa otros intereses?

En muchos lugares del mundo la explotación minera avanza a ritmo vertiginoso. Esto implica un consumo desmesurado de agua, además del saldo de un territorio arrasado. Las mineras nunca (o casi nunca) son locales. Se trata de firmas de capitales estadounidenses o canadienses, principalmente, para el caso de América Latina, o de capitales europeos. Cabría preguntarse: ¿por qué, aún siendo originarias de los países militar y económicamente más poderosos, y que son los más injerencia tienen en ellos, los organismos multilaterales, como el BM, no advierten los riesgos de la actividad minera para el agua, un bien que al mismo tiempo denuncian que marcha rumbo a la escasez?

¿De quién es el agua?

La vida nació en el agua. El agua es vida y la vida es agua. No hay vida sin agua; está en las células, en los alimentos, en el transporte de nutrientes y en los organismos vivos -en algunos representa el 90% de su biomasa-. Cuando comemos un kilo de carne de vaca no vemos que para producirla se han necesitado hasta 100.000 litros de agua. Es pues, un elemento vital, vinculado a los ecosistemas, imprescindible, perentorio e insustituible. Por eso decimos que tiene un valor incalculable. Y por esta razón, el poder, especialmente el económico, tiene un extraordinario interés en hacer negocio con ella.

El nuevo (des)orden alimentario internacional

En los países desarrollados, los problemas alimentarios dejan de estar ligados a la escasez de alimentos, para depender de su exceso y nocividad. Esta transformación se produce a través del cambio forzado de la dieta, cada vez más lejos de las necesidades biológicas de las personas y de las tradiciones alimentarias de los pueblos y más cerca de los intereses de las multinacionales. El “nuevo orden” de la alimentación globalizada presenta perfiles paradójicos: nunca ha habido tanta información alimentaria, ni tantas políticas contra el hambre y sin embargo, nunca ha habido tanta inseguridad alimentaria. De esta paradoja se deriva una pregunta radical ¿Por qué el hambre, la obesidad y las epidemias parecen tan negativos como inevitables?

Conflictos y demanda ambiental en torno al agua en la región metropolitana Córdoba-Orizaba, Veracruz

La sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales se movilizan a través de foros sociales y cumbres mundiales y regionales por la defensa del agua. Reivindican el acceso al agua como un derecho humano fundamental, se oponen a la privatización de los servicios y ecosistemas productores de agua, pugnan por una gestión integral de cuencas y su conservación con la participación social, respetando los derechos de los pueblos y comunidades que ostentan los recursos hídricos. Las demandas más sobresalientes se oponen a las tendencias privatizadoras impulsada por organismos financieros internacionales y corporaciones trasnacionales que pretenden el control mundial de los recursos hídricos.