Seguramente en alguna ocasión sentiste un crujir en tus rodillas al agacharte, subir una escalera o al hacer ejercicio, pero es más normal de lo que piensas. Sino tienes dolor o inflamación no hay por qué alarmarse.
Te contamos a qué se deben estos crujidos de la rodilla, una de las articulaciones centrales de las piernas y cómo evitarlos.
Al iniciar una caminata luego de estar un tiempo sin actividad, las rodillas o tobillos pueden crujir con los primeros movimientos. Incluso muchas personas tienen la manía de hacer “sonar” las articulaciones de sus dedos o estirarse la espalda de manera tal hasta que crujan sus vértebras.
¿De dónde vienen estos ruidos?
Existen varios motivos para que las articulaciones crujan, pero lo más común es que ocurra cuando se realiza un movimiento poco habitual en el que se le exige a la articulación más de la cuenta.
En este caso, los ruidos se deben al “colapso parcial de microburbujas” que se encuentran en el líquido sinovial, el “lubricante” que baña y permite que las articulaciones funcionen correctamente. Estas crepitaciones en principio no representan un problema ni producen daño, por lo que no habría razón para alarmarse.
Otra causa se da en casos de artrosis, una enfermedad relacionada con la edad. Cuando el cartílago está muy dañado y desgastado, los huesos producen una fricción en la cápsula articular y generan ruidos. Pero en este caso, van acompañados de dolor e inflamación.
Si las rodillas crujen, hay que acudir al médico?
Cuando experimentamos los primeros ruidos en nuestras articulaciones solemos pensar que padecemos de artrosis o artritis reumatoidea, incluso que sufrimos alguna lesión en los cartílagos. Pero si no hay dolor o inflamación que reduzcan nuestra movilidad, no habría por qué preocuparse. De todas maneras, no está de más la consulta médica.
Habría que prestar atención si los crujidos se presenten luego de una caída o ante alguna exigencia inusual al hacer deporte. Deberíamos observar si surjen rojeces, si hay dolor o inflamación. En ese caso sí será necesario que un traumatólogo examine la articulación, incluso con una resonancia magnética.

¿Cómo cuidar nuestras articulaciones?
Para estimular la producción de líquido sinovial, responsable de lubricar las articulaciones, lo mejor es trabajar con movimientos amplios.
Ejercitar las articulaciones en todo su rango de movimiento hará que se genere más de este líquido encargado de facilitar el deslizamiento de huesos y cartílagos.
Además, con el ejercicio, se estarán trabajando los músculos, responsables de sostener y controlar los movimientos de las articulaciones.
Las actividades en las que no se realicen saltos ni giros abruptos son las recomendadas para cuidar las articulaciones, como es el caso de natación, bicicleta, remo, pilates, yoga, taichi, entre otras.
Es muy recomendable combinar esas actividades con entrenamiento con máquinas, pesas, cintas elásticas o con ejercicios que utilicen el peso del propio cuerpo para fortalecer los músculos.
También es posible cuidar nuestras articulaciones llevando una dieta saludable. Si sufres de demasiados “ruidos” o tienes dolor, con estos batidos podrás mejorar los síntomas.
¿Es posible correr si las rodillas crujen?
Sino hay dolor o inflamación, rojeces o calor en la zona, se puede realizar ejercicio y correr con las rodillas “crujientes”.
Incluso si se padece de artrosis, es posible correr, ayudará a reducir el dolor y relentizar la enfermedad. Así lo demostró un estudio realizado en Estados Unidos con 1203 pacientes de más de 50 años durante 8 años: correr les ayudó a reducir las molestias.
Trotar conduce a un ajuste positivo de todas las estructuras del sistema musculoesquelético inferior. Los músculos se desarrollan y son más capaces de absorber los golpes y las vibraciones. Los elementos pasivos como tendones, ligamentos y huesos se vuelven asimismo más resistentes. El ejercicio físico es la mejor forma de protegerse.
Referencias científicas:
- María E. Suárez Almazor et al. Running Does Not Increase Symptoms or Structural Progression in People with Knee Osteoarthritis: Data from the Osteoarthritis Initiative. Clinical Rheumatology.
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