La jardinería te hace feliz gracias a una bacteria

El gusto por la jardinería ya tiene su explicación científica. La razón de que nos sintamos felices cuidando nuestras plantas es una bacteria.

Pese a que cada vez estamos más lejos de ella, el contacto con la naturaleza es vital para la felicidad humana. Sus beneficios incluyen la práctica de ejercicio, socialización o exposición a luz natural. Hay una clara conexión entre una buena salud mental y haberse criado en una zona rural, rodeada de zonas verdes.

La explicación científica

La Universidad de Colorado descubrió una bacteria que tiene efectos en las personas con depresión. Su nombre es Mycobacterium vaccae, una bacteria no patógena que puede encontrarse en la tierra.

Esta bacteria aumentaba notablemente los niveles de serotonina y norepinefrina en el cerebro de ratones según el estudio. El efecto de la bacteria es equivalente a fármacos como el Prozac, utilizado comúnmente para controlar la depresión. El contacto con la tierra sería, en conclusión, un antidepresivo natural.

Los beneficios de la bacteria también incluían efectos antiestrés. No solo una mayor tolerancia, sino también una respuesta más lenta al mismo.

Además se ha utilizado en estudios relacionados con la quimioterapia, mejorando la calidad de vida de los pacientes. La bacteria combatía las náuseas y el dolor, mejorando su sistema inmunitario gracias a ciertos efectos antiinflamatorios.

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Lowry y su equipo han presentado en su estudio “Identificación y caracterización de un nuevo lípido antiinflamatorio aislado de Mycobacterium vaccae , una bacteria derivada del suelo con propiedades inmunorreguladoras y de resistencia al estrés” la confirmación de las cualidades de la bacteria: un ácido graso 10 (Z)-hexadecenoico .

Al conseguir aislar este ácido graso será posible utilizarlo a modo de vacuna para volver a las células inmunes a la inflamación.

“Parece que estas bacterias, con las que coevolucionamos, tienen un truco bajo la manga”, indicó Lowry. “Cuando son absorbidas por las células inmunes, liberan estos lípidos que se unen a este receptor y cierran la cascada inflamatoria…

Esta solo es una cepa de una especie de un tipo de bacteria que se encuentra en la tierra, pero hay millones de cepas diferentes en los suelos. Apenas comenzamos a ver la punta del iceberg, en términos de identificar los mecanismos por medio de los cuales han evolucionado para mantenernos saludables. Esto debería inspirarnos temor”.

Ecoportal.net

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