Imaginen un país con abundante energía: petróleo y gas, luz solar, viento (y dinero), pero al que le falta una clave esencial para la vida: el agua.
Qatar es un país con recursos hídricos naturales escasos, procedentes de puntuales precipitaciones y aguas subterráneas esquilmadas. Sin agua superficial y una precipitación promedio de 80 mm por año, Qatar depende de la desalinización para satisfacer la creciente demanda de agua.
El ingeniero de infraestructura Fahad Al-Attiya habla de las maneras inesperadas en las que la pequeña nación de Qatar en el Medio Oriente crea su suministro de agua.
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