Los pequeños productores de alimentos de la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy, se benefician con el diseño de un nuevo deshidratador solar destinado a la conservación de frutas y hortalizas.
Se trata de un equipo desarrollado por el Centro INTI-Salta que permite el secado indirecto de alimentos. De esta manera se evita exponer los alimentos a los rayos solares, conservando así sus propiedades nutricionales y color. Otra diferencia con la técnica de secado a la intemperie es que al aplicar esta tecnología, el proceso es más rápido: el secado tradicional de hortalizas puede demorar de cuatro a seis días, tiempo que con el secador solar se reduce sólo a dos.
Al momento de diseñar el equipo se tuvo en cuenta tanto la facilidad para su construcción como la disponibilidad y el acceso a los materiales en el mercado nacional. El deshidratador está construido con hierro, madera, policarbonato y espuma de polietileno aluminizada.
El Centro INTI-Salta trabaja con deshidratadores solares desde 2007: los primeros modelos se conocieron como «Don Bosco» y «Aureliano Buendía». Esta nueva versión, apodada «El Quebradeño», fue adaptada a las necesidades locales y su puesta en funcionamiento se concretó en la localidad jujeña de Maimará, a 2.400 metros sobre el nivel del mar.
El rediseño del secador se realizó a partir del pedido de diversos productores quebradeños. Fue entonces cuando técnicos del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar (IPAF) y el INTI se pusieron a trabajar en forma mancomunada. “Encontramos una solución para adaptar el secador en el que ya veníamos trabajando. Éste es un equipo que se va modificando de acuerdo a las necesidades de cada región”, comentó Martín Altamirano, integrante de INTI-Salta.
El diseño
El deshidratador está compuesto por dos partes: el colector, donde se capta la radiación solar y se calienta el aire, y la cámara de secado, donde se coloca el producto a deshidratar.
El colector posee un área de colección de 2 m2 y está constituido por una cubierta transparente de policarbonato y un absorvedor de chapa acanalada negra, con aislación en los laterales y en el lado inferior. De allí parte el aire caliente hacia la cámara de secado que contiene tres bandejas de 0,5 m x 1 m dispuestas una arriba de la otra. La capacidad de carga del secador es de unos 8 kilos de tomates frescos.
Los productores que quieran acceder a esa tecnología pueden comunicarse con el especialista Martín Altamirano al correo: [email protected]