¿Qué es el Desarrollo Local Sostenible?

El desarrollo sostenible es un proceso de cambio progresivo en la calidad de vida del ser humano, que lo coloca como centro y sujeto primordial del desarrollo, por medio del crecimiento económico con equidad social, la transformación de los métodos de producción y de los patrones de consumo que se sustentan en el equilibrio ecológico y el soporte vital de la región.

Este proceso implica el respeto a la diversidad étnica y cultural regional, nacional y local, así como el fortalecimiento y la plena participación ciudadana en convivencia armónica con la naturaleza, sin comprometer y garantizando la calidad de vida de las generaciones futuras.

El desarrollo local sostenible se centra en la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida humana en el ámbito local. Se construye a partir del protagonismo real de las personas (familias, niños/as, productores, organizaciones e instituciones locales).

Para que el desarrollo local sostenible sea una realidad, la comunidad debe fijar sus propios objetivos y metas, tener confianza en la fuerza de la misma comunidad, valorar y afirmar la cultura junto con el conocimiento tradicional propios y las formas autónomas de convivencia.

La cultura individualista de competencia mercantil, la baja autoestima, la dependencia política y económica de las instituciones centrales y agentes externos, falta de confianza en la capacidad de gestión comunitaria, son entre otros los obstáculos para alcanzar el desarrollo local sostenible.

Autogestión y asociatividad

El protagonismo real de las personas y las comunidades en los distintos espacios y ámbitos, es indipensable para impulsar procesos de desarrollo con efectos amplificados en la satisfacción de las necesidades. En este sentido, la autodependencia es una forma de interdependencia equitativa que fomenta la participación en las decisiones, la creatividad social, la autonomía política, la justa distribución de la riqueza y la tolerancia frente a la diversidad de identidades.

La estrategia para el desarrollo local sostenible incluye la apropiación individual y comunitaria de los problemas comunes, la creación de organizaciones de participación y concertación (acuerdo entre distintos actores asumiendo responsabilidades compartidas).

También forman parte de la estrategia la gestión conjunta de recursos y su uso racional, así como el fomento del ejercicio del poder local (según el caso en los municipios, regimientos y corregimientos).

Los recursos para el desarrollo local son los del suelo, la vegetación, infraestructura, industrias, instituciones, organizaciones locales, actividades económicas del lugar y los cuadros profesionales con que cuenta o tiene acceso la comunidad. Otros recursos importantes son las experiencias en gestión comunitaria, así como la capacidad para desarrollar una cultura de poder local.

Los agentes que intervienen en el proceso son las instituciones públicas existentes en la comunidad, las alcaldías, los comités comarcales, los maestros, los líderes naturales comunitarios, los escolares. Además las organizaciones sindicales, gremiales, religiosas, las ONG’s existentes en la zona, cuya orientación sea afin con el desarrollo comunitario sostenible.

Desarrollo y agroecología

No puede haber desarrollo a escala humana local en medio de sistemas agrícolas, sociales y económicos depredados o de recursos naturales fundamentales en procesos de extinción. La comunidad debe tener muy claro lo que es positivo y lo que es negativo para el medio natural. Por tanto, se deben promover tecnologías que se ajusten a las características de cada ecosistema, de manera tal que garanticen la sostenibilidad de los recursos naturales para el futuro.

Una comunidad que no defiende sus recursos, ni vela por el medio natural no tiene capacidad para conducir y mejorar su economía y su vida en el corto, mediano y largo plazo. En este sentido las prácticas agroecológicas son un elemento sustancial en el mantenimiento de las condiciones ambientales de vida de la comunidad, ya que permite la sostenibilidad de las fuentes de agua, suelos, flora y fauna; indispensables para la sobrevivencia de las cuencas y de los territorios comunitarios.

Transformación de las relaciones de género

La integración de la mujer en la participación comunitaria le permite conocer y compartir con los hombres las responsabilidades y experiencias de la comunidad en la búsqueda de alternativas a la sollución de sus problemas, reafirmando su autoestima.

El desarrollo comunitario fomenta la participación de la mujer, porque ella es actualmente, la responsable de la reproducción familiar: alimentación, costumbre de cooperación, solidaridad y responsabilidad del hogar. La gestión del desarrollo comunitario compartido permite al hombre reconocer la igualdad y la capacidad de la mujer en una nueva relación no condicionada por el sexo o la cultura de género. La emancipación de la mujer, el cambio en la identidad machista de los hombres así como la paz y cooperación en el hogar, permite el desarrollo de valores comunitarios y solidarios

Por Galo Muñoz Arce

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