Las lentejas turcas tienen un sabor más suave que las lentejas comunes. Son más digestivas, bajas en grasa y tienen un muy buen aporte de nutrientes esenciales, especialmente para los vegetarianos.
El tamaño es similar a la lenteja parda pero su color es rojo o naranja oscuro. Su cocción es mucho más rápida, de todas maneras siempre se recomienda unas horas de remojo para activar cualquier semilla.
Aportes nutricionales
Las lentejas turas ofrecen un gran aporte de proteínas de origen vegetal de alto valor nutricional.
Según datos de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) contienen hidratos de carbono, fibra, proteínas y minerales como el hierro (no hemo), el magnesio, el selenio, el zinc y, además, vitamina B1. También son una buena fuente de fósforo y ácido fólico.
Los expertos señalan que “su contenido en fibra —soluble e insoluble— (aunque en menor concentración que en otras leguminosas) lo que favorece el tránsito intestinal y ayuda a combatir el estreñimiento“.
Por otra parte, estas lentejas son bajas en grasas y solo aportan 360 kilocalorías por cada 100 gramos.
1. Contribuyen con la nutrición durante el embarazo
- Gracias a su aporte de hierro, pueden ayudar a prevenir la anemia durante el período de gestación. Son un gran complemento a los suplementos que algunas mujeres toman durante estos meses.
- Por su contenido en fibra, ayuda a aliviar el estreñimiento que frecuentemente ocurre durante el embarazo. Al ser un producto natural, es una alternativa más sana a los laxantes tradicionales.
- Finalmente, el folato que aportan podría ayudar a prevenir defectos o malformaciones en el sistema nervioso del feto y evitar la posibilidad de sufrir un parto prematuro.
2. Mejoran la salud digestiva
Otra de las propiedades de las lentejas rojas es que, al ser ricas en almidones, mejoran la digestión y dan una sensación de saciedad con menos cantidad y durante más tiempo.
Al no tener piel, son más fáciles de digerir que las lentejas comunes, por eso se recomiendan a personas con problemas intestinales y gástricos, digestiones lentas y exceso de gases.
Lo ideal sería consumir una taza de lentejas rojas cocidas, al menos, una vez a la semana.
3. Ayudan a mantener el tránsito intestinal
Por su contenido de fibra, las lentejas rojas contribuyen con el tránsito intestinal y ayudan a prevenir el estreñimiento. Ojo, deben consumirse dentro de una dieta balanceada para que pueda brindar este beneficio, de lo contrario, será más difícil apreciarlo.
4. Mejoran el rendimiento intelectual
Los hidratos de carbono, vitaminas, proteínas vegetales y minerales que aportan las lentejas rojas son vitales para el adecuado funcionamiento de los nervios y el cerebro. Si has notado que la memoria te falla, y tus habilidades mentales no son las mismas que antes, podría ser recomendable añadir las lentejas a tu alimentación.

¿Cómo preparar las lentejas rojas?
Una de las ventajas de las lentejas rojas es que no necesitan remojo, aunque es recomendado para activarlas y se cocinan rápidamente. Normalmente se preparan más rápido que las lentejas tradicionales.
Para una porción se necesita:
Ingredientes
- 1 taza de lentejas rojas crudas (200 g).
- 2 tazas de agua o caldo (500 ml).
Preparación
- Aclarar las lentejas bajo el chorro de agua del grifo.
- En una olla, colocar el caldo y las lentejas, y cocinarlas durante 20 minutos.
- Si al caldo le hace falta un poco de sazón, se puede añadir un toque de sal y pimienta. Al cocerse, las lentejas suelen variar un poco en su color y tornarse más claras.
- Una vez que las lentejas estén cocidas se puede consumirlas solas o usarlas para preparar otros platos, como sopas y ensaladas.
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