Los 10 mejores aceites de cocina saludables

La forma más saludable de comer es la cocina casera, porque sabes exactamente cómo se prepara y qué contiene. Un buen ejemplo de esto, es la gran variedad de aceites de cocina que puedes elegir para diferentes ocasiones.

Aceite de oliva virgen extra

El aceite de oliva virgen extra rico, de sabor ligeramente picante (que consiste principalmente en grasas monoinsaturadas) está mínimamente procesado, por lo que retiene niveles extremadamente altos de antioxidantes, incluida la vitamina E y un compuesto llamado oleocantal. Un estudio de 2005 publicado en la revista Nature encontró que este compuesto tiene propiedades antiinflamatorias similares al ibuprofeno; Los investigadores creen que comer aceite de oliva con moderación puede ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo con el tiempo.

Aceite de aguacate

El aceite de aguacate mantecoso está cargado de grasas monoinsaturadas, del tipo que se considera saludable para el corazón debido a sus poderes para mejorar los niveles de colesterol. Este aceite de fruta también proporciona luteína, un antioxidante que mejora la salud ocular, y los estudios han determinado que el aceite puede aumentar la potencia de la ensalada al mejorar la absorción de antioxidantes solubles en grasa como el betacaroteno presente en las verduras.

Aceite de cáñamo

Este aceite de sabor terroso extraído de semillas de cáñamo abunda en ácidos grasos esenciales como el ácido alfa-linolénico omega-3, que según los estudios reduce el riesgo de diabetes tipo 2. El aceite de cáñamo es uno de los aceites de cocina menos utilizado por diversas razones pero proporciona ácido gamma linolénico, un omega 6 que según la investigación emergente puede mejorar la salud de la piel al reducir afecciones como la aspereza y la sequedad.

Aceite de coco

Quizás el aceite más incomprendido, y también uno de los más saludables, que puede consumir. El aceite de coco es rico en grasas saturadas saludables y antioxidantes, y se ha descubierto que promueve la salud del cerebro, aumenta la inmunidad y fortalece la función tiroidea. Es un superalimento increíblemente versátil y rico en nutrientes que es la fuente más rica conocida de ácidos grasos de cadena media (MCFA), que ayudan en la digestión y asimilación adecuadas de las grasas, además de aumentar los niveles de energía.

Aceite de palma rojo

Es un primo del popular aceite de coco tropical, este aceite de colores brillantes está mezclado con antioxidantes, incluida la vitamina E y carotenoides como el betacaroteno y el alfacaroteno. En el cuerpo, el betacaroteno se puede convertir en vitamina A, que se utiliza para promover la salud de los ojos, los huesos y el sistema inmunológico. Las ingestas más altas de alfacaroteno, por otro lado, protegen contra la mortalidad por enfermedades cardíacas.

Aceite de semilla de uva

Este aceite de cocina es un subproducto de la elaboración del vino y tiene un sabor limpio y ligero, y es una buena fuente de vitamina E y ácido oleico, una grasa que puede ayudar a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular hasta en un 73%, según un estudio reciente en la revista. Neurología. Además, los científicos han descubierto que el ácido oleico puede frenar el hambre al convertirse en una hormona que calma el apetito.

Aceite de sésamo

Popular en la cocina asiática, el aceite de sésamo tiene un sabor picante que lo convierte en el favorito de muchos alimentos. Y la buena noticia es que también es beneficioso para la salud, ya que se ha demostrado que reduce la presión arterial y reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. El aceite de sésamo también es rico en hierro, calcio y magnesio, el último de los cuales es conocido por su increíble efecto calmante. Debido a que es rico en grasas poliinsaturadas, el aceite de sésamo ayuda a contribuir a la agudeza cognitiva, la absorción adecuada de grasas, un menor riesgo de enfermedades cardíacas, una piel sana y dientes y huesos fuertes.

Aceite de linaza

El aceite de linaza, que proviene de la semilla de la planta de lino, es una fuente rica en ácidos grasos omega-3, un tipo de grasa poliinsaturada. De hecho, contiene más omega-3 que reducen la inflamación que el aceite de pescado y es una de las pocas fuentes vegetarianas del nutriente; esto ayuda con el dolor en las articulaciones y puede aliviar el asma inducida por el ejercicio.

Aceite de almendras

Elaborado al extraer el aceite de la pasta de almendras molida, el aceite de almendras tiene un suave sabor a nuez y un tono amarillo pálido. Contiene grasas monoinsaturadas (como aceite de oliva y aguacate), vitamina E y fitoesteroles, compuestos vegetales que han demostrado mejorar los niveles de colesterol. ¡También se puede utilizar como humectante natural para la piel!

Aceite de nuez

Además  del aceite de linaza, el aceite de nuez es una de las pocas fuentes vegetales concentradas de ácidos grasos omega-3. Un estudio publicado en el Journal of the American College of Nutrition encontró que los omega-3 en las nueces y el aceite de nuez ayudan a reducir los niveles de colesterol y la respuesta biológica del cuerpo al estrés. Las personas que tienen respuestas extremas al estrés tienen un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, por lo que el aceite de nuez puede ayudar a frenar las enfermedades cardíacas a largo plazo.

Por HealthFitness Revolution. Artículo en inglés